¡°Perd¨®n por nuestro Gobierno¡±
Hungr¨ªa radicaliza su r¨¦gimen antiinmigraci¨®n mientras miles de profesionales protagonizan un ¨¦xodo sin precedentes
El abuso de poder no es una sorpresa¡±. Este lema estaba impreso en camisetas, vallas publicitarias, sombreros y pegatinas dise?adas por una de mis artistas estadounidenses contempor¨¢neos favoritas, Jenny Holzer. Formaba parte de una serie llamada Truisms [Perogrulladas] all¨¢ por la d¨¦cada de 1970, y ahora es bastante dif¨ªcil dar con ella. Pero tengo ganas de hacerme con una de esas camisetas. Una perogrullada siempre ser¨¢ una perogrullada, y aunque Holzer empez¨® a hacer esa serie despu¨¦s de que las tropas estadounidenses se marcharan de Vietnam y como un reflejo de la era de Nixon y el esc¨¢ndalo Watergate, viene como anillo al dedo en la Hungr¨ªa actual.
El partido de derechas en el Gobierno, Fidesz, que logr¨® un triunfo aplastante en 2010, obtuvo una mayor¨ªa de dos tercios en el Parlamento y ahora est¨¢ en su segundo mandato. Est¨¢ en su segundo mandato de extraordinario abuso de poder hasta unos l¨ªmites que nadie habr¨ªa cre¨ªdo posibles despu¨¦s de la transici¨®n a la democracia tras la era comunista. Nadie, en sus peores pesadillas ¡ªy les garantizo que las pesadillas pueden ser bastante malas por estos lares, aunque la realidad no les va a la zaga¡ª, habr¨ªa pensado que solo 25 a?os despu¨¦s de que los pol¨ªticos h¨²ngaros desmantelasen el Tel¨®n de Acero en 1989, el Gobierno h¨²ngaro actual comenzar¨ªa la construcci¨®n de un nuevo ¡°tel¨®n¡±, esta vez al sur, en la frontera con Serbia.
El grupo de oposici¨®n m¨¢s popular, El Perro con Dos Colas, combate con iron¨ªa la propaganda oficial
Uno suele pensar que las perogrulladas son verdades generales, aprende a aceptarlas como se aceptan las reglas que se ense?an en el colegio, que el aceite no se mezcla con el agua o que las ballenas no son peces sino mam¨ªferos. Las tenemos en la cabeza, pero cuando experimentamos en primera persona las verdades que formulan, nos pillan por sorpresa: ¡°As¨ª que efectivamente es verdad, vaya¡±, te dices a ti mismo. Resulta que todas esas cosas que nos ense?aron son verdad; y nos pesa un poco, porque en alg¨²n sitio, en nuestro fuero interno, anhelamos encontrar excepciones, las excepciones a la regla. Anhelamos ser testigos excepcionales de algo ¨²nico, de algo fuera de lo com¨²n, de algo que resulte ser un acontecimiento que cambie la vida o la historia. Poder presenciar, por ejemplo, c¨®mo el gobierno democr¨¢tico se arraiga en un pa¨ªs que nunca hab¨ªa tenido una historia democr¨¢tica; verlo crecer, funcionar, suponer realmente una diferencia al ser diferente. Claro que, por supuesto, el abuso de poder no es una sorpresa, pero sin duda nos baja el ¨¢nimo. Como siempre.
Qui¨¦n sabe, puede que nuestro Gobierno haya aprendido algo de los artistas como Holzer, y anuncia en enormes vallas publicitarias lo que cree que son perogrulladas. Como reacci¨®n a la crisis de refugiados en Europa, el Gobierno h¨²ngaro comenz¨® una feroz campa?a publicitaria xen¨®foba (con el dinero de los contribuyentes), explotando la crisis con el peor de los populismos, para erigirse como el protector ben¨¦volo de la gente cuyos miedos el propio Gobierno ha azuzado con vallas publicitarias, programas de televisi¨®n y una ¡°consulta popular¡±. ¡°Si ven¨ªs a Hungr¨ªa, no deb¨¦is robar el trabajo a los h¨²ngaros¡±. ¡°Si ven¨ªs a Hungr¨ªa, ten¨¦is que respetar nuestras leyes¡±, proclaman las vallas (en h¨²ngaro). Y esto en un pa¨ªs que en los ¨²ltimos cinco o seis a?os ha visto marcharse a m¨¢s de medio mill¨®n de sus profesionales j¨®venes y no tan j¨®venes en busca de un trabajo y una vida dentro de la Uni¨®n Europea u otros pa¨ªses de acogida. Se han marchado m¨¢s personas de Hungr¨ªa que despu¨¦s de 1956, cuando los nacionalistas h¨²ngaros buscaron refugio en otros pa¨ªses tras el fracaso de la revoluci¨®n.
Y ahora, el 21 de julio, Hungr¨ªa anuncia que va a ser el ¨²nico pa¨ªs europeo que no va a aceptar a un solo refugiado, y rechaza la cuota que la Uni¨®n Europea propuso: habr¨ªa tenido que aceptar a 307 refugiados en los pr¨®ximos dos a?os. El primer ministro h¨²ngaro ha jugado, a sabiendas, el as oculto que gustar¨¢ a muchas de las personas a las que les encanta jugar a ¡°seguir al l¨ªder¡±. Sabe que esa carta funciona a la perfecci¨®n con gente a la que no le queda m¨¢s que su falsa sensaci¨®n de superioridad, de ser ¡°mejores¡± que quienes buscan refugio. Hace algunos a?os, uno de los cerebros del Gobierno actual afirmaba que todo el mundo vale lo que tiene. Se refer¨ªa a la condici¨®n social: si eres pobre, es tu culpa. Ahora ¡°nosotros¡± defenderemos lo que tenemos, el pa¨ªs ¡ªo lo que queda de ¨¦l¡ª, construyendo una alambrada de espino a lo largo de la frontera sur. Y no aceptaremos a un solo refugiado. Palabra del l¨ªder. Por cierto, ?por qu¨¦ no introducimos la pena de muerte, ya que estamos?
Se han marchado en los ¨²ltimos meses m¨¢s personas de Hungr¨ªa que despu¨¦s de 1956
Por supuesto, lo que m¨¢s cuesta arrebatarle a la gente es su sentido del humor. Si todo lo dem¨¢s falla ¡ªy hasta ahora ha fallado¡ª, siempre se puede recurrir a ese ¨²ltimo recurso. Hace unos a?os se fund¨® en Hungr¨ªa un ¡°partido¡± pol¨ªtico no registrado que act¨²a como un grupo de acci¨®n de guerrilla en la oposici¨®n: el Partido del Perro con Dos Colas. Empezaron repartiendo pegatinas con comentarios pol¨ªticos graciosos. Por ejemplo, en lugar de dar pegatinas con los mapas revisionistas de la Gran Hungr¨ªa previa al Tratado de Trianon, que la gente de derecha y extrema derecha luce en la parte trasera de sus coches, el Partido del Perro con Dos Colas distribuy¨® pegatinas que ped¨ªan una Hungr¨ªa m¨¢s peque?a. Cuando, recientemente, la campa?a antiinmigraci¨®n del Gobierno estaba en su m¨¢ximo esplendor, decidieron recaudar dinero a trav¨¦s de donaciones individuales para empezar su propia campa?a de vallas publicitarias contra el Gobierno. Su plan inicial era reunir tres millones de forintos. Acabaron con 34 millones (unos 100.000 euros). A d¨ªa de hoy, es posible que el Partido del Perro con Dos Colas sea el grupo de la oposici¨®n m¨¢s popular del pa¨ªs. Una de sus primeras vallas publicitarias gubernamentales dec¨ªa: ¡°?Los inmigrantes no trabajan y nos roban el trabajo!¡±. Ahora, cuando se entra en la ciudad en coche desde el aeropuerto de Budapest, se puede leer otro: ¡°?Perd¨®n por nuestro primer ministro!¡±.
?A¨²pa Perro!
Zs¨®fia B¨¢n es una escritora h¨²ngara que reside en Budapest. Su primer libro traducido al espa?ol, Escuela nocturna, fue publicado este a?o por Siruela.
Traducci¨®n de News Clips.
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