Se apag¨® la c¨¢mara, se apag¨® el activista
El fot¨®grafo Rub¨¦n Espinosa apenas usaba el celular, cambiaba de casas para dormir y nunca le cont¨® su problema a sus padres
Uno de los primeros trabajos de Rub¨¦n Espinosa en Veracruz fue hacerle fotos a Javier Duarte. El entonces candidato del PRI a gobernador del Estado contrat¨® en 2009 al joven fotoperiodista para aquella campa?a electoral que gan¨® con holgura. Ten¨ªa 25 a?os. Y pronto abandonar¨ªa su puesto de fot¨®grafo de c¨¢mara para curtirse en el peligroso zafarrancho del periodismo local.
Seis a?os despu¨¦s, el pasado junio,?Espinosa se tuvo que ir de Xalapa, capital de Veracruz. Sinti¨® que su vida corr¨ªa peligro. Unos desconocidos armados hab¨ªan empezado a seguirlo. Hac¨ªan guardia en la puerta de su casa, le sacaban fotos, dijo que lleg¨® a sentir su aliento a un palmo. Denunci¨® las amenazas y apunt¨® directamente a aquel hombre que alg¨²n d¨ªa fotografi¨®, Javier Duarte.
La salida iba a ser un par¨¦ntesis. Ten¨ªa pensado volver a Veracruz. All¨ª hab¨ªa dejado a su novia, a sus amigos, a su casa y con las prisas por ponerse a resguardo en el Distrito Federal, a su propio perro. El cad¨¢ver de Espinosa apareci¨® el viernes pasado, con dos tiros en el pecho y uno en la cabeza, junto con otras cuatro mujeres asesinadas, en un apartamento de la ciudad que pens¨® que lo pod¨ªa salvar.
Su cad¨¢ver apareci¨® el viernes pasado con dos tiros en el pecho y uno en la cabeza junto con otras cuatro mujeres asesinadas
En la capital se sent¨ªa m¨¢s protegido, menos vulnerable. Hab¨ªa regresado a casa de sus padres, en la zona de Santa Fe, y algunos amigos periodistas hab¨ªan tejido una red de apoyo para arroparlo. ¡°Siempre estaba muy nervioso, todos lo not¨¢bamos. No hab¨ªa bajado la guardia. Estaba tomando ayuda psicol¨®gica¡±, cuenta una amiga. ¡°Segu¨ªa muy tenso y le costaba relajarse. Pensaba que todo el mundo le vigilaba. ?l mismo lleg¨® a pensar que estaba paranoico¡±. Espinosa hab¨ªa contactado con organizaciones de derechos humanos del DF y ya estaba en marcha una campa?a de denuncia sobre la situaci¨®n l¨ªmite que sufre la prensa en Veracruz, donde han muerto 15 periodistas en los ¨²ltimos cuatro a?os. Entend¨ªa que al hacerse visible, quedar¨ªa m¨¢s blindado.
Ese permanente estado de alerta le hab¨ªa llevado a esconder ante su familia los motivos de su vuelta a casa. ¡°Dec¨ªa que solo se lo hab¨ªa contado a su hermana, pero que no quer¨ªa que sus pap¨¢s supiesen nada¡±. Rara vez dorm¨ªa tres noches seguidas en la misma casa y apenas usaba el tel¨¦fono m¨®vil. Seg¨²n el relato de sus amigos, el jueves por la noche hab¨ªa ido a casa de una amiga de Veracruz. Nadia Vera, miembro del movimiento estudiantil de Xalapa, fue una de las cinco v¨ªctimas. La investigaci¨®n del multihomicidio por parte de la Fiscal¨ªa del DF est¨¢ de momento envuelta en hermetismo.
Su entorno le recuerda como un chico tranquilo, enamorado de la fotograf¨ªa y con una fuerte conciencia social. Le gustaban los legendarios grupos espa?oles de punk de los noventa. ¡°Ven¨ªa a veces con camisetas de La Polla Records, Eskorbuto, y as¨ª¡±.
Como fotoperiodista freelance Espinosa estaba especializado en la cobertura de movimientos sociales y protestas estudiantiles. Veracruz se convirti¨® en 2012 en uno de los focos m¨¢s activos del movimiento universitario #YoSoy132. La figura del gobernador Duarte encarn¨® sus reclamaciones de m¨¢s calidad democr¨¢tica ante las elecciones federales de aquel a?o, que coincidieron adem¨¢s con el asesinato de la veterana periodista Regina Mart¨ªnez, que investigaba las supuestas conexiones entre las mafias del narcotr¨¢fico y el poder pol¨ªtico local.
Trabajaba como freelance?para una dos agencias y el semanario Proceso. Pero desde su regreso al DF, sus ingresos hab¨ªan adelgazado
¡°Rub¨¦n no cubr¨ªa temas de seguridad o de crimen organizado, m¨¢s all¨¢ de alguna nota de actualidad. Pero s¨ª trabajaba en las protestas sociales. Adem¨¢s, desde los primeros asesinatos a compa?eros particip¨® activamente en las movilizaciones de periodistas para exigir justicia. Se hab¨ªa convertido en un fot¨®grafo inc¨®modo para el gobierno. En los ¨²ltimos tiempos no le dejaban entrar siquiera a los eventos institucionales¡±, explica Pedro Valtierra, director de la agencia mexicana de fotoperiodismo Cuartoscuro, una de las empresas con las que colaboraba Espinosa.
Trabajaba tambi¨¦n para una agencia local veracruzana y para el semanario Proceso. Pero desde su regreso al DF, sus ingresos hab¨ªan adelgazado. ¡°Estaba angustiado por asuntos econ¨®micos. Con unos 5.000 pesos al mes no le alcanzaba. Quer¨ªa volver a Xalapa pero a la vez estaba tanteando trabajos por aqu¨ª¡±, cuenta otro amigo fot¨®grafo. ¡°Era t¨¦cnicamente bueno, con mucho entusiasmo por los temas. La semana pasada llam¨® a la agencia para que le di¨¦ramos chamba. Hab¨ªamos quedado en vernos y cerrar los detalles. Estaba listo para empezar a trabajar¡±, a?ade Valtierra.
Hay una foto de Espinosa que su entorno se?ala como paradigm¨¢tica. Es una portada de febrero de 2014 de la revista Proceso, caracterizada por su l¨ªnea editorial contra el poder pol¨ªtico mexicano. Aparece Javier Duarte en primera plana, de perfil, camisa blanca, gorra azul de polic¨ªa. Mira a la c¨¢mara. Veracruz: estado sin ley era el t¨ªtulo de aquella portada.
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