Abdul Kalam, cerebro del proyecto nuclear indio
El cient¨ªfico que desarroll¨® el programa de misiles del subcontinente asi¨¢tico lleg¨® a presidir el pa¨ªs de 2002 a 2007
Abdul Kalam, fallecido el pasado lunes, era uno de los pol¨ªticos m¨¢s queridos en India, uno de los pocos que estaban m¨¢s all¨¢ de los partidos pol¨ªticos. Se le consideraba el ¡°primer presidente del pueblo¡±, despu¨¦s de que ocupara la jefatura del Estado de 2002 a 2007.
Hasta entonces todos los presidentes hab¨ªan sido pol¨ªticos. Abdul Kalam era un cient¨ªfico. Y no cualquiera: fue una pieza clave en el programa nuclear de India, espec¨ªficamente en el desarrollo de misiles. ¡°Las armas nucleares de India son para muchos un motivo de orgullo nacional. En su visi¨®n, las bombas son una defensa del pa¨ªs asi¨¢tico ante sus vecinos hostiles, China y Pakist¨¢n, que tambi¨¦n cuentan con armamento nuclear¡±, explica Rajeshwari Krishnamurthy, investigadora del reconocido Instituto de Estudios de la Paz y el Conflicto.
Abdul Kalam naci¨® en 1931 en una familia humilde de Rameswaram, Tamil Nadu, en el sur del pa¨ªs. Su padre arrendaba botes a los pescadores y ¨¦l vendi¨® peri¨®dicos durante alg¨²n tiempo. Pero siempre fue buen estudiante y se gradu¨® como ingeniero aeron¨¢utico. Fue rechazado en las pruebas para ser piloto de guerra y trabaj¨® durante cuatro d¨¦cadas en la Agencia de Investigaci¨®n para la Defensa y el Desarrollo y la Agencia de Investigaci¨®n del Espacio, donde particip¨® en la creaci¨®n de misiles. Tambi¨¦n tuvo un papel relevante en la segunda prueba nuclear de India en 1998. Entre sus detractores estaban precisamente los activistas en contra del programa nuclear y los grupos que se opon¨ªan a la planta de energ¨ªa nuclear en Kudankulam, en Tamil Nadu, su Estado natal.
Kalam estaba muy orgulloso de ser ¡°made en India¡± y lo dejaba claro cada vez que pod¨ªa, hablando de su educaci¨®n, cursada por completo en ese pa¨ªs. Era amante de la poes¨ªa y la m¨²sica. Aunque era musulm¨¢n, tambi¨¦n citaba el Bhagavad Gita, uno de los textos sagrados del hinduismo. Era vegetariano. Siempre dio la imagen de persona cercana, que entend¨ªa la esencia de muchos de los problemas de India y que daba soluciones concretas.
Respetado y querido
Gan¨® muchos de los reconocimientos civiles del pa¨ªs, incluido el m¨¢s alto, el Padma Bhushan, por su carrera cient¨ªfica. Se le admiraba tambi¨¦n porque a pesar de ser muy poderoso fue siempre humilde y cort¨¦s: trataba a todos por igual. En 2011, la pel¨ªcula I am Kalam (Yo soy Kalam) retrataba la historia de c¨®mo un ni?o pobre tomaba al expresidente como inspiraci¨®n para estudiar. ¡°Abdul Kalam era querido y respetado por muchos, pero de manera especial para los j¨®venes, que lo ve¨ªan como un modelo: un hombre que se cre¨® a s¨ª mismo y se convirti¨® en alguien importante. Al mismo tiempo, era el tipo de l¨ªder que quer¨ªan para el pa¨ªs¡±, asegura la analista pol¨ªtica e investigadora Manisha Priyam. Durante su presidencia, Kalam se entrevist¨® con medio mill¨®n de j¨®venes, a los que siempre intentaba motivar. As¨ª, sigui¨® dando charlas en universidades. Precisamente hab¨ªa apenas comenzado una de sus conferencias el pasado 27 de julio en el Instituto de Direcci¨®n de Shillong cuando se desvaneci¨® para ya nunca despertar.
Los doctores determinaron que fue un paro cardiaco el que termin¨® con su vida a los 83 a?os. Su cuerpo recorri¨® varios puntos de India para las ceremonias de despedida. En la capital, Nueva Delhi, presentaron sus respetos pol¨ªticos importantes como Sonia y Rahul Gandhi. Despu¨¦s fue llevado a su pueblo natal, donde fue despedido por miles de personas, entre ellas el primer ministro, Narendra Modi, quien tuite¨® tras su funeral: ¡°Sus contribuciones a nuestros logros nucleares y espaciales le han dado a India el m¨²sculo necesario para tener m¨¢s confianza sobre su lugar en la regi¨®n y en el mundo¡±.
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