Desahucio
En M¨¦xico no son pocos los cientos de ciudadanos que habitan viviendas en situaciones irregulares
Leo en las p¨¢ginas de este diario que Do?a Josefa Hern¨¢ndez, de 63 a?os de edad y enferma de diabetes e hipertensi¨®n pasa ya sus noches en la c¨¢rcel de Tah¨ªche, en la isla de Lanzarote de Canarias. La abuela fue sentenciada por haber construido hace diez a?os una casa en lo que es hoy el parque natural de Betancuria, ubicado en Fuerteventura, Canarias. El terreno donde iz¨® la precaria vivienda para el m¨ªnimo bienestar de los suyos hab¨ªa sido propiedad de los padres de Do?a Josefa y la construcci¨®n se realiz¨® antes de que se declarara zona protegida por intereses medioambientales. Do?a Josefa pag¨® 700 euros de multa, pero se neg¨® a demoler la casa porque no ten¨ªa a d¨®nde ir, am¨¦n con un hijo discapacitado y tres nietos que ella misma mantiene.
El revuelo e indignaci¨®n de diversos grupos, organizaciones sociales y partidos pol¨ªticos ha logrado que el presidente Mariano Rajoy anunciara hoy mismo que el gobierno de Espa?a indultar¨¢ a Do?a Josefa Hern¨¢ndez el pr¨®ximo viernes y que ella y su familia no quedar¨¢n desamparadas, con lo cual se finca un caso donde el sentido com¨²n y cierta congruencia humanitaria, alivian o al menos se contraponen a los muchos casos de incongruencia y lamentables injusticias que ha transpirado el clima de desahucios de viviendas en Espa?a, consecuencia ¨Centre otras verdades¡ªde la explosi¨®n de la llamada burbuja inmobiliaria y dem¨¢s enso?aciones de abundancias que resultaron en enga?os¡ y desahucios.
En M¨¦xico no son pocos los cientos de ciudadanos que habitan viviendas en situaciones irregulares ¨Cno s¨®lo por su construcci¨®n en terrenos invadidos o por tomas clandestinas de luz y/o agua, tel¨¦fono e incluso drenaje¡ªsino tambi¨¦n por una cada vez m¨¢s generalizada sensaci¨®n de desahucio ante la incertidumbre y ferocidad de los mercados inmobiliarios, los latigazos de una econom¨ªa que al parecer est¨¢ en chino intentar entender y las muchas injusticias que revelan los eternos contrastes entre las clases sociales: mientras que cientos de trabajadores s¨®lo pueden improvisar lo que ser¨¢ su hogar con infinitas preocupaciones, una despreocupada ¨¦lite ha garantizado su bienestar con la multiplicaci¨®n de casas ¨Cadquiridas no necesariamente para vivirlas ni mucho menos para convertirlas en hogar¡ªsin el menor problema para la opulencia, despilfarro o comodidad en tama?o o ubicaci¨®n. En particular, siempre ha sido tema de inquietud ¨Csi no de constantes corajes¡ªla incongruencia o descarada liviandad con la que muchos pol¨ªticos fardan lujosas propiedades que no corresponden a los ingresos que declaran.
Siempre ha sido tema de inquietud la incongruencia o descarada liviandad con la que muchos pol¨ªticos fardan lujosas propiedades que no corresponden a los ingresos que declaran
Se acumulan meses, lustros y d¨¦cadas en los que miles de ciudadanos que intentan vivir con sus cuentas en orden, sus casas apenas casas y a penas superadas de todos los d¨ªas se ven forzados a obviar o tragarse las recurrentes justificaciones leguleyas o abiertas burlas descaradas con las que no pocos abusivos celebran se?ales de injusticia, desigualdad y autoritarismo. Hablo de que ya ni es noticia si los sueldos acumulados durante a?os por una actriz de telenovelas realmente suman los siete millones y medio de d¨®lares que cuesta una casa inconcebible, o que ya nadie se gasta saliva en subrayar que una lideresa de un sindicato inmenso de maestros (en su mayor¨ªa, heroicos asalariados de apenitas que imparten c¨¢tedra en aulas sin techo o sin pizarr¨®n) intente ahora justificar desde la c¨¢rcel ser due?a de casas por todo el mundo y adem¨¢s pedir que su condena sea traducida a un ¡°arresto domiciliario¡± (que le fue negado) o ya nadie ve que valga la pena abrir discusi¨®n o comentario de que el Ciudadano Licenciado Virgilio Andrade, Secretario de la Funci¨®n P¨²blica (nombrado apenas hace unos meses por el C. Presidente de la Rep¨²blica) haya concluido en su investigaci¨®n sobre el posible conflicto de intereses en la conducta del propio C. Presidente de la Rep¨²blica (que lo nombr¨®, no obstante la urgente emergencia capilar que presenta el funcionario), su esposa Ang¨¦lica Rivera (otrora actriz de telenovelas) y el Secretario de Hacienda y Cr¨¦dito P¨²blico (su compa?ero de Gabinete), al presuntamente favorecer al contratista Grupo Higa para la construcci¨®n de sus respectivas casas particulares (por lo visto, inhabitables ante el esc¨¢ndalo o revuelo que han suscitado).
En su despeinada conferencia de prensa, el Secretario Andrade inform¨® que quedan libres de toda culpa los funcionarios por la asignaci¨®n de dichos contratos al grupo inmobiliario (luego, tambi¨¦n revelado como prestamista) que no solamente hab¨ªa sido uno de los principales contratistas del gobierno federal, sino tambi¨¦n beneficiado en no pocas ocasiones durante la administraci¨®n del ahora Presidente de la Rep¨²blica durante su gesti¨®n como gobernador del Estado de M¨¦xico. La inocencia de los tres mencionados se finca ¨Cseg¨²n el informe acairelado del Secretario Andrade¡ªen que ninguno de ellos ha tenido ni tiene responsabilidad alguna en materia de licitaciones, que las transacciones se hab¨ªan realizado antes de que formaran parte del gobierno federal y que los funcionarios que efectivamente realizaron las licitaciones para esas casas jam¨¢s fueron presionados ni recibieron ordenes expresas para asignar dichos contratos. Punto final, sanseacab¨® y ya ni valen la pena estos p¨¢rrafos ni la gentil disculpa que el propio Presidente Pe?a Nieto expres¨® de viva voz, asumiendo que el tema hab¨ªa causado indignaci¨®n y estupor en no pocos ciudadanos. Repito, no valen la pena ya las sobremesas ni los comentarios sobre un asunto que ya se da por cerrado, salvo que pende sobre mi inquietud la definici¨®n misma de Desahucio.
Seg¨²n el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, cuando un m¨¦dico declara que un enfermo est¨¢ desahuciado, confiere que no tiene posibilidad alguna de curaci¨®n y dicho de un due?o, arrendador o inquilino de una casa se refiere a la acci¨®n legal con la que se le despide o expulsa de la propiedad. En el caso de Do?a Hern¨¢ndez de las Islas Canarias, el indulto y la promesa de no dejarla en el abandono le permitir¨¢n salir de la c¨¢rcel y quiz¨¢ empezar una nueva vida, pero dando cumplimiento legal al desahucio de la vivienda que fue su hogar (que por ubicarse en terreno ahora protegidos ya no puede ser habitado como tal) y en el caso de los pol¨ªticos mexicanos, el desahucio de sus respectivas propiedades es ahora simb¨®lico: la Primera Dama devolvi¨® la casa para su venta ¨Cluego de rega?arnos en una supuesta aclaraci¨®n filmada que result¨® difusa, si no es que confusa¡ªy el presidente y su gabinete transpiran un ¨¢nimo relajado con respecto a este tema que ¨Crepito¡ªya a nadie le resulta noticia, indignaci¨®n o interesante, mas para todo ni?o, anciano, trabajador, maestro, alba?il, empresario, ama de casa, artista, fontanero, carpintero, chofer, atleta, lector o ciudadano que realmente desea un mundo donde al menos la realidad inmediata deje ser turbia, enredada, enga?osa, injusta e injustificable, resuena como un eco imbatible la primera acepci¨®n de la palabra Desahucio, all¨ª donde el diccionario nos recuerda que se trata de Quitar a alguien toda esperanza de conseguir lo que desea.
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