?Crisis bilateral o crisis regional?

La situaci¨®n en la frontera colombo-venezolana (T¨¢chira/Norte de Santander), lejos de reducirse a lo econ¨®mico, como lo ha asegurado perversamente el r¨¦gimen venezolano, se traduce en una grave crisis humanitaria que afecta los derechos humanos. Centenares de familias colombianas han sido expulsadas arbitrariamente por las autoridades venezolanas, en violaci¨®n de todas las normas de Derecho Internacional. Ello en relaci¨®n a los extranjeros, sean ilegales o no, de los refugiados y desplazados, de los trabajadores migratorios y de los migrantes en general.

No solamente se han violado los derechos humanos relativos a la unidad familiar, a la propiedad, a la vida y a la integridad f¨ªsica y moral de las personas, los derechos de los ni?os y de la mujer, al desplaz¨¢rseles forzadamente y de manera discriminatoria, en base a la nacionalidad. Tambi¨¦n el derecho que tiene todo ciudadano extranjero de no ser expulsado arbitrariamente.

Si bien es cierto que no hay un texto convencional que regule esta delicada materia, hoy se reconoce una serie de normas de Derecho Internacional consuetudinario que buscan la protecci¨®n de las personas objeto de alguna medida de expulsi¨®n. El Estado tiene el derecho de expulsar a no nacionales de su territorio, pero no en forma arbitraria como se aceptaba antes. Toda expulsi¨®n debe hacerse mediante una orden administrativa y debe darse a la persona objeto de la medida la posibilidad de recurrir a los ¨®rganos administrativos o judiciales correspondientes y contestarla en un proceso justo. Adem¨¢s, el Estado territorial debe garantizarle el respeto de todos sus derechos humanos reconocidos por el Derecho Internacional y el Derecho Interno.

La expulsi¨®n en este caso ha sido colectiva, lo que es absolutamente prohibido por el Derecho Internacional. No se trata de una cuesti¨®n de exclusivo inter¨¦s nacional o bilateral, de una cuesti¨®n que pueda afectar a Colombia o a Venezuela o sus relaciones bilaterales, sino de una materia que va m¨¢s all¨¢ y que se debe colocar en el ¨¢mbito del inter¨¦s regional, raz¨®n por la cual los representantes de los pa¨ªses de la regi¨®n, reunidos en el Consejo Permanente de la OEA el pasado 31 de agosto, lejos de rechazar el examen de la situaci¨®n, ten¨ªan que haber convocado una Reuni¨®n Extraordinaria de Ministros de Relaciones Exteriores para que se abordara la situaci¨®n e hiciera las recomendaciones necesarias para superarla.

Aunque el resultado muestre un claro debilitamiento de la influencia de Venezuela en la regi¨®n, hasta hace poco basado en los altos precios del petr¨®leo, la decisi¨®n del Consejo Permanente, con el voto de los pa¨ªses socios del Alba y el apoyo, mediante su abstenci¨®n, de otros once¡ªentre ellos Brasil, pa¨ªs que pretende no s¨®lo erigirse en gendarme de la regi¨®n, sino ingresar como miembro permanente al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas¡ªrefleja un peligroso retroceso en el tratamiento de las crisis en la regi¨®n. Ello resta credibilidad y genera desconfianza en las instituciones interamericanas.

Es hora que los pa¨ªses de Am¨¦rica se unan a la corriente de cambios jur¨ªdicos que exigen las nuevas realidades, en especial, cuando se trata de la protecci¨®n de los derechos humanos y de las libertades fundamentales y acepten que la soberan¨ªa no es concepto inmutable, un pretexto m¨¢s para justificar las violaciones del Derecho Internacional.

V¨ªctor Rodr¨ªguez Cede?o es ex embajador de Venezuela, ex Presidente del Consejo Ejecutivo del ACNUR.