¡°Nos sobran motivos para emigrar¡±
Los sirios que pueden pagar entre 2.500 y 4.500 euros para llegar a Europa huyen de una guerra que ha costado ya 240.000 muertes
Cuatro millones de sirios han huido de la guerra y malviven en los pa¨ªses vecinos. Otros ocho han sido desplazados de sus hogares por los combates. Muchos refugiados en L¨ªbano o Turqu¨ªa emprenden una segunda huida. En esta ocasi¨®n se juegan todos sus ahorros a una sola carta: llegar a Europa. Los sirios ya no temen morir y arriesgan su vida subiendo a fr¨¢giles barcazas que a menudo naufragan en el Mediterr¨¢neo.
La mayor¨ªa huye de Homs, Alepo o del territorio controlado por el Estado Isl¨¢mico. Pero cada vez m¨¢s, una clase media, educada y a¨²n con recursos, abandona Damasco recurriendo a los traficantes como ¨²ltima opci¨®n. M¨¦dicos y campesinos sirios comparten hoy patera. Europa ha acogido a 338.000 refugiados en los siete primeros meses de 2015. Los pa¨ªses del Golfo, a ninguno.
Reunidos en torno a la pantalla del ordenador, tres j¨®venes sirios ultiman su viaje. En 48 horas se convertir¨¢n en migrantes, siguiendo la ruta que otras 23.000 personas han recorrido la semana pasada rumbo a Europa. En lo que va de a?o, 350.000 han cruzado el Mediterr¨¢neo, un gran porcentaje de ellos son sirios que tratan de pasar de Turqu¨ªa a alguna isla griega.
Las novedades de las rutas, en Facebook
A trav¨¦s de la p¨¢gina de Facebook Garaje de los que no van a ninguna parte, 94.000 sirios se mantienen al d¨ªa sobre las rutas migratorias hacia Europa. Toda la informaci¨®n para migrar est¨¢ disponible en los chats: mapas se?alando los pasos ilegales en las fronteras, precios, contactos, referencias de traficantes y advertencias a los m¨¢s despiadados. Otros usan el grupo para encontrar a familiares.
"Mam¨¢ Merkel", como se bautiza en este grupo a la presidenta alemana, ocupa un lugar especial. El p¨®ster de Bachar el Asad es suplantado por una versi¨®n con el rostro de Merkel y sobre el m¨ªtico "Te queremos" en ¨¢rabe aparece su versi¨®n en alem¨¢n: "Wir lieben dich".
Hani, de 23 a?os, se hace cargo de las llamadas para coordinar con el traficante, mientras que su novia Marwa y su amiga Nazha, de 21 y 27, respectivamente, chatean en la red en busca de las ¨²ltimas informaciones. ¡°Hay un problema. No podemos ir en avi¨®n a Beirut. Hay que cruzar la frontera¡±, alerta Hani nada m¨¢s colgar. Las caras de las dos j¨®venes se contraen. ¡°Nos hace falta una reserva de hotel de tres d¨ªas para que nos dejen entrar como turistas, eso son 150 euros m¨¢s¡±, murmura en voz alta Nazha.
Llevan meses preparando el viaje junto a otros nueve amigos que, una vez reunidos los 3.500 euros que cobran los traficantes por el traslado de Damasco a Estocolmo, se lanzan al periplo. ¡°Los planes difieren mucho de la realidad¡±, dice al tel¨¦fono Nazir, que hizo la misma ruta 10 d¨ªas atr¨¢s y les asesora ya a salvo en Estocolmo. ¡°Somos un mero mercado de carne para los traficantes. Nuestras vidas valen 1.100 euros¡±, dice el joven, que sobrevivi¨® primero a un naufragio y luego a morir por asfixia en una furgoneta hacinado junto a otras 20 personas. ¡°La segunda vez iba mejor preparado, ya no ten¨ªa miedo. Cr¨¦eme: en Siria se pasa m¨¢s miedo bajo la guerra. No hay marcha atr¨¢s¡±, a?ade.
Los que huyen rumbo a Europa lo hacen cargados con miles de razones. Pero todos escapan de una guerra que se enquista en su quinto a?o. Los que escapan del Estado Isl¨¢mico lo hacen traumatizados por una dictadura del terror. Los que huyen de zonas rebeldes o leales al r¨¦gimen de Bachar El Asad lo hacen agotados psicol¨®gicamente. Hastiados de bombas y morteros, consumen sus ahorros en una rutina en la que en el mejor de los casos disponen de ocho horas de electricidad diarias. Todos tienen un familiar o un amigo entre los 240.000 muertos de la guerra. ¡°Queremos un futuro mejor¡±, claman.
Decenas de miles de sirios como Hani abandonan su pa¨ªs antes que hacer la mili, al tiempo que un Ej¨¦rcito falto de efectivos busca todo tipo de artima?as para captar nuevos reclutas. Entre ellas, la de encarecer el coste del pasaporte: las mujeres pagan 25 euros, los varones, 300.
¡°Dios est¨¢ con ella. Me da miedo, pero tal vez sea lo mejor¡±, dice resignada la madre de Nazha, quien financia el viaje con los ahorros que le quedan. ¡°Nos sobran motivos para migrar¡±, comenta Nazha, que en pleno divorcio deja a su hija de cuatro a?os en su pa¨ªs. ¡°Una vez est¨¦ establecida en Europa, regresar¨¦ por ella¡±, asegura. Le llevar¨ªa siete a?os juntar el precio exigido por los traficantes con su sueldo de 40 euros mensuales. Migrar es un lujo que pocos pueden permitirse. Tan s¨®lo un pu?ado, decenas de miles entre los 23 millones de sirios, pueden afrontar los entre 2.500 y 4.500 euros que cuesta el pasaje ilegal a Europa.
Como si de una compa?¨ªa de bajo coste se tratara, los traficantes informan de que cada pasajero solo podr¨¢ llevar una mochila y una ri?onera como equipaje, y ello para un viaje sin billete de regreso. ¡°Mi pijama, una muda seca de recambio, el m¨®vil bien plastificado, mi pasaporte y el certificado universitario¡±, son las ¨²nicas pertenencias que acompa?ar¨¢n ma?ana a Marwa, una vez deje atr¨¢s cinco a?os de guerra.
Todos los nombres citados en el art¨ªculo son falsos para proteger la identidad de los informantes.
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