El Papa anuncia que la anulaci¨®n matrimonial ser¨¢ gratuita
Los dos decretos publicados simplifican el proceso de anulaci¨®n del sacramento
Hasta ahora, obtener la nulidad de un matrimonio cat¨®lico sol¨ªa costar una eternidad y una fortuna. El?papa Francisco ha dispuesto por decreto que, a partir del 8 de diciembre, el proceso sea gratuito, m¨¢s ¨¢gil y dure entre 90 d¨ªas y un a?o, salvo complicaciones especiales. Se trata de otra de las reformas ya caracter¨ªsticas de Jorge Mario Bergoglio, por cuanto no cambia la esencia ¡ªla Iglesia sigue considerando el matrimonio indisoluble¡ª pero s¨ª busca la manera de acercar la doctrina cat¨®lica a los problemas actuales de los cristianos.
De hecho, el Papa explica que su iniciativa parte de ¡°la presi¨®n reformista de un enorme n¨²mero de fieles¡± que se estaba alejando de ¡°las estructuras jur¨ªdicas de la Iglesia [cat¨®lica] a causa de la distancia f¨ªsica y moral¡±. Jorge Mario Bergoglio, que en octubre de 2014 ya hab¨ªa criticado con dureza el sistema aplicado hasta ahora para las nulidades matrimonilaes por lento, pesado y caro, encarg¨® a un grupo de expertos una reforma del derecho can¨®nico que acaba de ser puesta en marcha mediante la publicaci¨®n de dos motu proprio o decretos papales ¡ªuno para el c¨®digo latino y otro para el oriental¡ª.
Entre las principales novedades, la reforma establece que la declaraci¨®n de nulidad sea posible despu¨¦s de ¡°una sola sentencia¡± ¡ªen vez de dos como hasta ahora¡ª, firmada por ¡°un juez ¨²nico bajo la responsabilidad del obispo¡± y como consecuencia de ¡°un proceso m¨¢s breve¡±, sobre todo en los casos, advierte Francisco, ¡°en los que la nulidad del matrimonio sea m¨¢s evidente¡±. Sobre el coste econ¨®mico, el Papa no hace m¨¢s que cumplir un deseo anunciado hace 10 meses: ¡°La Iglesia tiene que tener generosidad para hacer justicia gratuitamente¡±.
En el decreto papal se advierte de que "la gratuidad del procedimiento tiene que ser asegurada, porque la Iglesia, mostr¨¢ndose ante los fieles madre generosa, en una materia tan estrechamente ligada a la salvaci¨®n de las almas, manifieste el amor gratuito de Cristo¡±. A partir de diciembre, las di¨®cesis tendr¨¢n que hacerse cargo del coste de los procesos.
La reforma, adem¨¢s de la sentencia ¨²nica y del juez ¨²nico ¡ªmedidas que ya de por s¨ª simplifican el proceso¡ª, establece una mayor implicaci¨®n de los obispos. En primer lugar, para que se encarguen de juzgar los casos m¨¢s evidentes y por tanto m¨¢s breves. Y, sobre todo, para que ¡°tanto en las grandes como en las peque?as di¨®cesis ofrezcan un signo de la conversi¨®n de las estructuras eclesi¨¢sticas, y no delegue completamente a la administraci¨®n de la curia la funci¨®n judicial en materia matrimonial¡±.
El Papa quiere que los obispos se conviertan en c¨®mplices activos de su papado y bajen del palacio arzobispal a enfrentarse con los problemas reales de la gente. De ah¨ª que, tambi¨¦n en el texto, Bergoglio haya querido dejar claro ante propios y extra?os que su reforma no pretende ¡°favorecer la nulidad de los matrimonios, sino la celeridad de los procesos¡±, para que ¡°el coraz¨®n de los fieles que esperan la aclaraci¨®n de su propio estado no sea largamente oprimido por la oscuridad de la duda¡±.
En las ¨²ltimas semanas, las palabras y las acciones de Francisco han estado encaminadas precisamente a una actitud m¨¢s comprensiva hacia los cristianos en dificultades, ya se trate de los divorciados vueltos a casar o de las mujeres que decidieron abortar. El primer d¨ªa de septiembre, Francisco anunci¨® que durante la celebraci¨®n del jubileo de la Misericordia ¡ªdesde el pr¨®ximo 8 de diciembre al 20 de noviembre de 2016¡ª todos los sacerdotes tendr¨¢n la facultad de absolver a las mujeres que hayan cometido ¡°el pecado del aborto¡±, porque ¡°el perd¨®n de Dios no se puede negar a todo el que se haya arrepentido¡± y ¡°muchas de ellas llevan en su coraz¨®n una cicatriz por esa elecci¨®n sufrida y dolorosa¡±.
Seg¨²n la doctrina cat¨®lica, el aborto es un pecado muy grave que comporta la excomuni¨®n y que solo se puede absolver por orden de un obispo o del propio papa. Nada hace pensar que la Iglesia vaya a cambiar su actitud ante el aborto, el divorcio o el matrimonio entre personas del mismo sexo. Las reformas del papa Francisco tienen m¨¢s que ver con la actitud que con el fondo.
Las reglas por las que se deben regir los cat¨®licos seguir¨¢n siendo las mismas, pero quienes las infrinjan ¡ªen palabras del Papa¡ª seguir¨¢n teniendo la puerta abierta: ¡°Veo con claridad que lo que la Iglesia necesita con mayor urgencia hoy es una capacidad de curar heridas y dar calor a los corazones de los fieles, cercan¨ªa, proximidad. Veo a la Iglesia como un hospital de campa?a tras una batalla. ?Qu¨¦ in¨²til es preguntarle a un herido si tiene altos el colesterol o el az¨²car! Hay que curarle las heridas. Ya hablaremos luego del resto. Curar heridas, curar heridas...¡±.
Casos para un proceso abreviado
Entre los casos que pueden desembocar en un proceso breve para la anulaci¨®n del matrimonio, el texto papal pone como ejemplo ¡°la brevedad de la convivencia conyugal, el aborto buscado para impedir la procreaci¨®n o la obstinada permanencia en una relaci¨®n extraconyugal durante la boda o un tiempo inmediatamente posterior¡±.
Tambi¨¦n el ¡°ocultamiento doloso de la esterilidad¡± de alguno de los c¨®nyuges ¡° o de una grave enfermedad contagiosa o de hijos nacidos de una relaci¨®n anterior o de una permanencia en prisi¨®n¡±. Asimismo la utilizaci¨®n de ¡°la violencia f¨ªsica para obtener el consentimiento del matrimonio o la falta de uso de raz¨®n comprobada por diagn¨®sticos m¨¦dicos¡±.
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