El Mandela venezolano
Con esta condena el r¨¦gimen heredero de Ch¨¢vez ha convertido a Leopoldo en un s¨ªmbolo de la lucha por los derechos humanos
El jueves 10 de septiembre de 2015, en el Palacio de Justicia de Venezuela, la jueza Susana Barreiros condenaba a 13 a?os, 9 meses, 7 d¨ªas y 12 horas de prisi¨®n a Leopoldo L¨®pez. Su delito: pensar diferente y salir a las plazas para protestar contra el gobierno de Nicol¨¢s Maduro.
Lo esperado de la sentencia no hace m¨¢s peque?a la ignominia. Con esta condena el r¨¦gimen heredero de Ch¨¢vez ha convertido a Leopoldo en un s¨ªmbolo de la lucha por los derechos humanos y la democracia. Desde 2008, cuando no era m¨¢s que un joven alcalde del municipio de Chacao, el chavismo lo ha convertido en su principal objetivo pol¨ªtico. Su inhabilitaci¨®n, declarada improcedente por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en 2011, no buscaba m¨¢s que apartarle de la vida pol¨ªtica, pero no logr¨® detener su actividad. Tampoco lo ha conseguido m¨¢s de un a?o en una celda de 2x2 metros en la c¨¢rcel militar de Ramo Verde, en la que esperaba in¨²tilmente que en Venezuela todav¨ªa existiera un poco de Justicia.
Desde all¨ª, donde ha sido golpeado y amedrentado por los sicarios del chavismo, Leopoldo no ha dejado de trabajar mostrando la crueldad del gobierno venezolano y llamando a derrotar al Gobierno en las urnas, convencido como Chesterton de que ¡°No puedes hacer una revoluci¨®n para tener la democracia. Debes tener la democracia para hacer una revoluci¨®n¡±.
Con el apoyo de su valiente mujer Lilian Tintori, convertida, a su pesar, en los ojos y la voz de su marido, el l¨ªder venezolano ha conseguido despertar la solidaridad internacional; y con ella, algunos elocuentes silencios de aquellos que m¨¢s podr¨ªan haber hecho por ayudarle.
La condena de la jueza Barreiros abre un poco m¨¢s a Leopoldo L¨®pez las puertas de la historia de la lucha por la Democracia. Como un nuevo Mandela, L¨®pez no s¨®lo ha sido acosado y acusado permanentemente por el r¨¦gimen chavista, sino que ha sido condenado a la condena m¨¢s dura posible tras un proceso en la que no ha podido presentar pruebas ni testigos.
La condena es un intento desesperado, otro m¨¢s, de mantener en pie un r¨¦gimen que se desmorona, a las puertas de las elecciones del 6 de diciembre. Inhabilitaciones, estados de excepci¨®n, estados de emergencia, condenas judiciales son s¨®lo la punta del iceberg de una estrategia que ha demostrado ser capaz de cualquier cosa para mantener el poder.
Estoy convencido de que anoche, mientras golpeaban a mi amiga Manuela Bol¨ªvar, embarazada, condenaban a 13 a?os, 9 meses, 7 d¨ªas y 12 horas de prisi¨®n al futuro Presidente de Venezuela.
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