35 a?os del gran ¨¦xodo del Mariel
La marcha de m¨¢s de 125.000 cubanos a Estados Unidos en 1980 fue una conmoci¨®n para la revoluci¨®n y para la ciudad de Miami
El ¨¦xodo del Mariel, uno de los grandes movimientos migratorios del siglo XX, cumple 35 a?os. M¨¢s de 125.000 cubanos salieron de la isla en apenas siete meses ¡ªentre abril y octubre de 1980¡ª con destino a Estados Unidos, especialmente a Miami, que se vio superada por la masiva y repentina llegada de ciudadanos que hu¨ªan del r¨¦gimen de Fidel Castro, que por aquel entonces todav¨ªa contaba con el apoyo de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. La crisis migratoria del Mariel fue un shock para Cuba y para EE UU, dos pa¨ªses vecinos (uno peque?o; el otro, un gigante) que han convivido m¨¢s de medio siglo en medio de la desconfianza, y que ahora buscan el sendero del reencuentro. ¡°El mito de la revoluci¨®n cubana empieza a caer con el Mariel¡±, afirma sin dudar Sebasti¨¢n Arcos, director asociado del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de Florida.
Esta oleada migratoria tiene su origen en un incidente diplom¨¢tico entre Cuba y Per¨². El 1 de abril de 1980, un grupo de cubanos empotr¨® un veh¨ªculo contra la verja de la embajada de Per¨² en La Habana para solicitar asilo. Un suboficial que custodiaba el edificio falleci¨® cuando intent¨® evitar la entrada. Castro exigi¨® a Per¨² la entrega de sus conciudadanos y amenaz¨® con quitarle la protecci¨®n a la legaci¨®n diplom¨¢tica, algo que finalmente ocurri¨®. Y ah¨ª lleg¨® la sorpresa. M¨¢s de 10.000 cubanos irrumpieron en poco tiempo en la embajada peruana solicitando asilo. Sin ser consciente nadie, estaba empezando un imponente movimiento migratorio que, como le ocurre ahora a Europa con la crisis de los refugiados, dej¨® boquiabiertos a los dirigentes pol¨ªticos, que tardaron semanas en dar respuesta al fen¨®meno.
La ocupaci¨®n de la embajada peruana empuj¨® a Castro a anunciar la apertura del puerto del Mariel para que pudiesen salir de la isla los cubanos que lo deseasen. Decenas de barcos procedentes de Miami, del primer exilio cubano, el que se produjo tras el triunfo de la revoluci¨®n, arribaron al puerto del Mariel para trasladar a sus familiares a Estados Unidos. El trasiego de embarcaciones fue diario, constante, con im¨¢genes que sacudieron la conciencia mundial. El dram¨¢tico ¨¦xodo dur¨® siete meses, hasta que Estados Unidos, baj¨® la presidencia de Jimmy Carter, cerr¨® la puerta por las repercusiones negativas que la crisis migratoria estaba teniendo en la pol¨ªtica dom¨¦stica. M¨¢s de 125.000 cubanos llegaron a Estados Unidos en esos intensos meses, transformando definitivamente la historia reciente de la isla y de la revoluci¨®n cubana, pero tambi¨¦n de Miami, que experiment¨® un cambio que tard¨® a?os en asimilar.
M¨¢s de 125.000 cubanos salieron de la isla en apenas siete meses
¡°Fue un momento traum¨¢tico para Cuba. Hac¨ªa una d¨¦cada que el pa¨ªs estaba domesticado por Fidel Castro. La oposici¨®n, los ¨²ltimos focos guerrilleros, estaban extinguidos. Se hab¨ªa institucionalizado la econom¨ªa sovi¨¦tica con los planes quinquenales. El pa¨ªs estaba plenamente sovietizado¡±, afirma Arcos, que en 1980 estudiaba el primer a?o de la carrera en La Habana. Este investigador sit¨²a el origen del ¨¦xodo del Mariel en 1978, cuando Castro indult¨® a m¨¢s de 3.000 presos tras una negociaci¨®n con el Gobierno de Jimmy Carter. ¡°Hubo un flexibilizaci¨®n del r¨¦gimen y a Cuba llegaron personas del exilio que estremecieron a las sociedad. La historia oficial dec¨ªa que el exilio cubano en Estados Unidos hac¨ªa los trabajos sucios. Y es verdad que una parte trabajaba en hoteles, pero ten¨ªan m¨¢s poder adquisitivo que un m¨¦dico, un ingeniero o un profesor de universidad en Cuba. Tra¨ªan productos y comida que en Cuba no exist¨ªan. La sociedad comprendi¨® que los hab¨ªan enga?ado. Ese reencuentro entre cubanos del exilio y los que resid¨ªan en Cuba es el origen del Mariel¡±, a?ade Arcos, quien recuerda ¡°los actos de repudio y la violencia¡± que el r¨¦gimen emple¨® contra los ciudadanos que decid¨ªan irse de Cuba. ¡°La Habana estaba aterrorizada, lo que gener¨® confusi¨®n en las generaciones m¨¢s j¨®venes, que vieron que los cubanos se quer¨ªan ir del pa¨ªs. Yo romp¨ª con la revoluci¨®n y dos a?os despu¨¦s estaba en la c¨¢rcel¡±, a?ade el profesor universitario.
Castro aprovech¨® la crisis para vaciar las c¨¢rceles de presos comunes y enviarlos a Estados Unidos, una decisi¨®n que tendr¨ªa consecuencias fatales para Miami, donde se quedaron la mayor¨ªa de los cubanos que salieron en esta ola migratoria. ¡°Las estimaciones m¨¢s conservadoras apuntan que el 15% de los que llegaron eran delincuentes¡±, apunta Tom¨¢s Regalado, actual alcalde de Miami por el Partido Republicano y que en 1980 cubri¨® el ¨¦xodo como reportero. ¡°Los guardianes de las c¨¢rceles le¨ªan listas de presos para soltarlos, los montaban en un veh¨ªculo y los llevaban hasta los barcos. A la gente que ven¨ªa de Miami le dec¨ªan que por cada familiar se ten¨ªan que llevar personas adicionales. Y ah¨ª hab¨ªa delincuentes y esp¨ªas¡±, a?ade Arcos.
Si el impacto del ¨¦xodo en Cuba fue enorme, no le va a la zaga lo ocurrido en Miami, que no estaba preparada para acoger a tantas personas en tan poco tiempo. De los 125.000 cubanos que llegaron en 1980, unos 100.000 se quedaron en Miami, tras una intervenci¨®n del Gobierno federal, que promovi¨® que algunos de los reci¨¦n llegados fuesen a otros estados. ¡°Fue una bomba demogr¨¢fica y una bomba pol¨ªtica¡±, afirma el alcalde de la ciudad. Hubo que alojar a gente en campamentos junto a las autopistas, hacer ejercicios malabares para alimentar a todos los reci¨¦n llegados o escolarizar a m¨¢s de 12.000 ni?os que no hablaban ingl¨¦s. En pocos meses, creci¨® el paro y el n¨²mero de pobres. No obstante, Regalado cita el incremento de la criminalidad como la consecuencia m¨¢s nefasta de esta etapa. ¡°La mayor¨ªa de los que llegaron eran buenas personas, pero los delincuentes que envi¨® Castro siguieron delinquiendo aqu¨ª¡±, a?ade el alcalde. Los siguientes a?os fueron los que quedaron inmortalizados en la serie Miami Vice. Drogas, armas, corrupci¨®n. ¡°El repunte del crimen hizo que la ciudad contratase a muchos polic¨ªas sin un chequeo meticuloso, lo que dio lugar al mayor esc¨¢ndalo de corrupci¨®n de la historia de Miami. Con el tiempo, decenas de polic¨ªas fueron detenidos por el FBI. Los polic¨ªas cog¨ªan a los narcotraficantes se quedaban con la droga y los mataban¡±, recuerda Regalado.
La ocupaci¨®n de la embajada peruana en 1980 empuj¨® a Castro a anunciar la apertura del puerto del Mariel para que pudiesen salir de la isla los cubanos que lo deseasen
La Peque?a Habana, la zona de Miami colonizada por los cubanos, por ejemplo, se vino abajo. ¡°La gente dej¨® de ir por la delincuencia¡±, afirma Regalado, que a?ade que tuvieron que pasar m¨¢s de cuatro a?os para que la ciudad volviera a tener cierta normalidad tras la convulsi¨®n de uno de los grandes movimientos migratorios del pasado siglo.
La mala fama de los 'marielitos'
35 a?os despu¨¦s, el t¨¦rmino marielito, como se conoce a los cubanos que salieron de la isla en 1980, sigue teniendo un componente negativo. En Miami, y por a?adidura en todo Estados Unidos, todos ellos quedaron manchados por los presos comunes liberados por Fidel Castro que llegaron en aquella oleada migratoria. Todav¨ªa hoy, afirma Jorge Duany, director del Instituto de investigaciones cubanas, se percibe una fractura entre los cubanos del primer exilio y los que llegaron a partir de 1980. ¡°Antes de 1980, es el exilio de la clase media-alta de Cuba. El que llega despu¨¦s, adem¨¢s, se hab¨ªa formado bajo la revoluci¨®n¡±, afirma este antrop¨®logo de origen cubano. ¡°La imagen de los marielitos ha sido sumamente negativa. La propaganda del r¨¦gimen fue eficaz al identificarlos con lo que llam¨® la escoria de la sociedad: delincuentes, homosexuales, enfermos mentales, prostitutas¡¡± Tampoco ayudaron pel¨ªculas como Scarface, protagonizada por Al Pacino, a?ade Duany: ¡°Los marielitos sal¨ªan como mafiosos, sangrientos, sin escr¨²pulos¡±. Con el paso del tiempo, esta mala imagen se ha atenuado, y la mayor¨ªa de los marielitos est¨¢n integrados en Estados Unidos sin ning¨²n problema, pero a¨²n se percibe ciertos recelos hacia ellos, dice el antrop¨®logo. Los balseros que llegaron a mediados de los a?os noventa del siglo pasado, en otra crisis migratoria, tienen mejor imagen no solo en la sociedad estadounidense, sino entre la propia comunidad cubana.
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