¡®Yihad versus McMundo¡¯
Las rebeliones de izquierda y derecha, los nacionalismos y el islamismo radical comparten y se nutren mutuamente del rechazo a la globalizaci¨®n cultural y econ¨®mica
¡°El gran problema del mundo es que los tontos y los fan¨¢ticos siempre est¨¢n muy seguros de s¨ª mismos y los sabios est¨¢n llenos de dudas¡± (Bertrand Russell)
?Qu¨¦ tienen en com¨²n Podemos en Espa?a, el nuevo laborismo de Jeremy Corbyn en Reino Unido, el Frente Nacional en Francia, el independentismo catal¨¢n y el Estado Isl¨¢mico? Bastante, si uno se basa en el an¨¢lisis de Benjamin Barber, un profesor estadounidense de Ciencias Pol¨ªticas. Lo defini¨® con extraordinaria clarividencia en la feliz formulaci¨®n Yihad versus McMundo: c¨®mo la globalizaci¨®n y el tribalismo est¨¢n remodelando el mundo, el t¨ªtulo, traducido del ingl¨¦s, de un libro que public¨® en 1995.
Las rebeliones de la izquierda, de la derecha, de los nacionalismos y del islamismo radical que definen el mundo en 2015 se expresan de diferentes maneras pero todos comparten un impulso ¡°yihadista¡± similar: su rechazo a un mundo culturalmente y econ¨®micamente globalizado (¡°el McMundo¡±) en el que las multinacionales, los bancos de inversi¨®n e instituciones transnacionales como el Fondo Monetario Internacional o la Uni¨®n Europea subvierten la democracia, la identidad o la tradici¨®n. ¡°Se re¨²nen aislados el uno del otro¡±, bajo diferentes banderas ¨¦tnicas, religiosas o ideol¨®gicas, escribi¨® Barber, pero en una lucha com¨²n contra ¡°el capitalismo cosmopolita¡± cuyo dios es el mercado.
Dada su vigencia, el libro de Barber lo va a recuperar su editorial a fin de a?o. Habl¨¦ con ¨¦l hace unos d¨ªas.
Barber me insisti¨® en que utiliza la palabra ¡°yihad¡± en primer lugar como met¨¢fora, aunque tambi¨¦n se extiende bastante en su libro sobre el fen¨®meno real del islamismo armado. ¡°Lo que propongo en el libro es que hay un choque entre, por un lado, el triunfo del capitalismo global y de un mundo unido alrededor de la comida r¨¢pida, los ordenadores r¨¢pidos y tal y, por otro, las fuerzas que se oponen a esta noci¨®n de la modernidad¡±, dijo Barber. ¡°La idea clave es que los unos necesitan a los otros, incluso que los unos crearon a los otros¡±.
El panorama que propuso Barber en 1995 ha resultado ser especialmente prof¨¦tico en el caso de la yihad literal, ya que escribi¨® su libro seis a?os antes de los ataques de Al Qaeda en Estados Unidos, con las secuelas devastadoras que aquello ha generado. Pero sus ¡°profec¨ªas¡±, me dijo, se extienden a las crisis que envuelven hoy a las democracias occidentales, particularmente en Europa.
¡°Esto ha ocurrido como consecuencia del cinismo que ha generado el car¨¢cter antidemocr¨¢tico de las instituciones financieras y la corrupci¨®n en las instituciones pol¨ªticas. El hecho es que s¨ª existe un d¨¦ficit democr¨¢tico y parte de la responsabilidad por la reacci¨®n que ha provocado la tienen que asumir las democracias europeas. Esta reacci¨®n no solo se ve bajo el rubro del nacionalismo, de gente que exige m¨¢s autonom¨ªa cultural y autogobierno, sino tambi¨¦n en los llamados partidos populistas que est¨¢n en parte motivados por la ausencia de democracia en instituciones como la Uni¨®n Europea que presumen de ser grandes instituciones democr¨¢ticas mundiales¡±.
Algo que Barber no podr¨ªa haber anticipado hace 20 a?os es el enorme impacto de Internet y las redes sociales como instrumento de persuasi¨®n pol¨ªtica, tanto para los nuevos partidos europeos como tambi¨¦n, con cierta iron¨ªa, para el islamismo radical, tema que tratar¨¢ en un nuevo cap¨ªtulo de su libro. ¡°Un posible subt¨ªtulo para la nueva edici¨®n de mi libro podr¨ªa ser El Estado Isl¨¢mico en Facebook. Estamos ante la grotesca situaci¨®n de que gente pone ¡®me gusta¡¯ en sitios de la web donde se ven decapitaciones. ?Estamos ante el movimiento simult¨¢neamente m¨¢s moderno y m¨¢s reaccionario de la historia! Est¨¢n intentando destruir Occidente en parte debido a su modernidad y su tecnolog¨ªa pero al mismo tiempo son creaciones de la tecnolog¨ªa moderna, y dependen de ella ¨ªntimamente para generar miedo y odio¡±.
La constante en el an¨¢lisis de Barber es que todas estas contradicciones se nutren mutuamente. El capitalismo desaforado nutre a partidos como Podemos o la nueva izquierda, que ha tomado el mando del partido laborista en Reino Unido; la globalizaci¨®n nutre al nacionalismo y a la derecha xen¨®foba; Internet y los tel¨¦fonos m¨®viles de Samsung y Apple nutren a los que luchan contra la modernidad en nombre de una antigua fe.
En cuanto a los j¨®venes criados en Europa occidental que se incorporan a las filas del Estado Isl¨¢mico, Barber reconoce que el fen¨®meno es complejo. ¡°Pero hasta cierto punto, al menos, nosotros estamos creando estos reclutas, el McMundo los est¨¢ creando. La cultura en la que viven est¨¢ permeada de codicia, de corrupci¨®n, de una ausencia de valores y ellos son idealistas, a su manera. Creen en una causa, como aquellos j¨®venes extranjeros que fueron a luchar en la guerra civil espa?ola¡±.
Y como aquellos que hoy se unen a las nuevas corrientes pol¨ªticas que fluyen por el viejo continente, con la diferencia de que ellos no ven la necesidad de matar para lograr sus sue?os. Si Barber mira una vez m¨¢s en su bola de cristal, ?cu¨¢l es el futuro que vislumbra para el enemigo que comparten tanto McDonald¡¯s, Goldman Sachs y la Uni¨®n Europea como el Frente Nacional franc¨¦s, la izquierda rebelde europea y el independentismo catal¨¢n?
¡°El Estado Isl¨¢mico se ha condenado a s¨ª mismo. Ha cometido un profundo error. La gran lecci¨®n del terrorismo moderno, de la llamada guerra asim¨¦trica, es que no le das al enemigo tu direcci¨®n. El problema del Estado Isl¨¢mico es que al construir un califato y conquistar territorio se vuelve vulnerable a la guerra convencional. Cuando sus enemigos finalmente se organicen tomar¨¢n sus ciudades y los barrer¨¢n¡±.
En este punto, al menos, el cl¨¢sico optimismo estadounidense parece vencer al dial¨¦ctico hegeliano que Barber lleva dentro. Pero aunque el profesor tenga raz¨®n y caiga el Estado Isl¨¢mico, otros lo remplazar¨¢n y, de aqu¨ª a 20 a?os, podr¨¢ sacar otra versi¨®n m¨¢s de su libro con la total seguridad de que seguir¨¢ habiendo conflictos entre los defensores del McMundo y los que rezan en los altares de la ideolog¨ªa, la patria y la religi¨®n.
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