Ir¨¢n y Rusia ganan tiempo para El Asad con su despliegue militar en Siria
Washington y Riad piden la renuncia del presidente antes de aceptar una salida negociada
Rusia e Ir¨¢n est¨¢n reforzando su presencia militar en Siria mientras el Ej¨¦rcito del presidente Bachar el Asad no deja de retroceder desde hace seis meses y apenas controla ya un 20% del territorio del pa¨ªs. El despliegue de Mosc¨² y Teher¨¢n no persigue dar un vuelco al conflicto, sino consolidar los frentes y ganar tiempo a favor de su aliado ante la eventual apertura de un proceso de negociaciones para poner fin a la guerra. El ministro de Exteriores ruso, Sergu¨¦i Lavrov, confirm¨® el domingo que el Kremlin seguir¨¢ entregando armamento a su aliado ¨¢rabe.
En cuatro a?os y medio, las hostilidades se han cobrado m¨¢s de 250.000 vidas. Con cuatro millones de refugiados y m¨¢s de siete millones de desplazados internos, la marea del ¨¦xodo ha desbordado a los pa¨ªses vecinos y se ha extendido hacia Europa. Naciones Unidas estima que hasta el final de este a?o huir¨¢n un mill¨®n de refugiados m¨¢s si prosiguen los enfrentamientos con la misma intensidad.
¡°El Ej¨¦rcito de El Asad se encuentra ahora claramente a la defensiva¡±, puntualiza Bruce Maddy-Weitzman, investigador principal del Centro de Estudios de Oriente Pr¨®ximo en la Universidad de Tel Aviv. ¡°El apoyo de Ir¨¢n y Rusia ha sido esencial para su supervivencia, y ambos est¨¢n redoblando ahora su ayuda, que presumiblemente servir¨¢ para detener la hemorragia que sufre el r¨¦gimen en sentido literal y figurado¡±.
Los servicios de inteligencia se refieren ya a la zona controlada por el El Asad como ¡°Little Syria¡± o ¡°Alauist¨¢n¡±, en referencia a la minor¨ªa alau¨ª (secta isl¨¢mica cercana a los chi¨ªes) a la que pertenece el presidente. Se trata de la regi¨®n de Damasco, la franja costera de Latakia ¡ªel gran basti¨®n alau¨ª¡ª, y Qalamun, en la estrat¨¦gica frontera con L¨ªbano. Mientras, el Estado Isl¨¢mico controla el este del pa¨ªs ¨¢rabe desde su feudo de Raqqa, los kurdos se hacen fuertes en el noreste, y el sur se lo reparten otras milicias rebeldes e islamistas.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha revelado que Rusia est¨¢ construyendo una pista de aterrizaje para aviones de gran capacidad cerca de una base en Latakia, con centenares de consejeros militares desplegados sobre el terreno. La red de seguimiento de esta ONG viene a confirmar la alerta lanzada por el Pent¨¢gono sobre una intensificaci¨®n de la presencia de tropas rusas en Siria. Mientras tanto, centenares de miembros de un grupo de combate de la Guardia Revolucionaria iran¨ª han tomado posiciones cerca de la frontera libanesa en los ¨²ltimos d¨ªas, seg¨²n fuentes militares israel¨ªes citadas por el diario Haaretz.
¡°La actual crisis de refugiados est¨¢ demostrando con crudeza que la inacci¨®n de los pa¨ªses occidentales en Siria desde 2011 tiene un elevado coste¡±, advierte un analista
La demostraci¨®n de fuerza del Kremlin y de la Rep¨²blica Isl¨¢mica en la regi¨®n representa un claro respaldo para El Asad, pero ante todo obedece a intereses de seguridad propios. La base naval de Tartus, pr¨®xima a Latakia, es la ¨²nica con la que cuenta la flota rusa en el Mediterr¨¢neo. Siria tambi¨¦n ofrece un acceso directo al r¨¦gimen de los ayatol¨¢s para reforzar a sus aliados libaneses de Hezbol¨¢, que a su vez apoyan en el frente al Gobierno de Damasco.
¡°Mosc¨² y Teher¨¢n pretenden forzar un estancamiento del conflicto para que pueda surgir un proceso diplom¨¢tico que permita la supervivencia del r¨¦gimen, al menos en parte del pa¨ªs¡±, sostiene el profesor Maddy-Weitzman. ¡°Ambos se sienten libres para actuar, una vez concluido el acuerdo sobre el programa nuclear iran¨ª con las grandes potencias¡±.
El enviado de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, es consciente de que no ha llegado a¨²n la hora de las negociaciones. El mediador internacional propuso al Consejo de Seguridad de la ONU el 29 de julio la creaci¨®n de ¡°grupos de trabajo¡± entre los bandos para intentar limitar los da?os a la poblaci¨®n civil. La alta representante para Pol¨ªtica Exterior de la UE, Federica Mogherini ha planteado a su vez la creaci¨®n de un ¡°grupo de contacto¡± internacional sobre Siria.
A pesar de las numerosas reuniones diplom¨¢ticas mantenidas durante el verano, los analistas del conflicto parecen pesimistas. ¡°Nadie est¨¢ dispuesto a buscar un compromiso o a hacer concesiones¡±, advierte el director de Syria Comment, Joshua Landis, en respuesta a una encuesta sobre las perspectivas negociadoras publicada por el experto Aron Lund en Syria in crisis. ¡°El Asad puede ser forzado a retroceder, pero no a renunciar al poder¡±. El dilema es dif¨ªcil de resolver: ?Puede el tirano que ha provocado el conflicto ser parte de la soluci¨®n?
Los analistas destacan que EE UU y las naciones ¨¢rabes sun¨ªes se niegan a dialogar con el presidente sirio. Insisten en que consideran que para desbloquear el di¨¢logo, el c¨ªrculo de poder de El Asad deber¨ªa convencerle de que se retire para permitir que el r¨¦gimen siga en pie y pueda participar en las negociaciones diplom¨¢ticas.
Los ministros de Exteriores espa?ol, Jos¨¦ Manual Garc¨ªa-Margallo, y brit¨¢nico, Phillip Hammond, han coincidido recientemente en apuntar que, en una transici¨®n pragm¨¢tica para poner fin a la guerra, se deber¨¢ tener en cuenta de alg¨²n modo al presidente sirio. Lo mismo aventur¨® en marzo el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, cuando los avances del Ej¨¦rcito de El Asad hac¨ªan presagiar su victoria. Ahora EE UU parece haber cambiado de criterio.
¡°El Asad aceptar¨ªa cualquier oferta de negociaci¨®n que incluya una fase de transici¨®n en la que pueda participar, ya que le aportar¨ªa legitimidad internacional y le permitir¨ªa ganar tiempo. Pero la fragmentada oposici¨®n siria y sus aliados [con Arabia Saud¨ª, Turqu¨ªa y Qatar a la cabeza] se oponen por esa misma raz¨®n¡±, sostiene el investigador de la Universidad de Tel Aviv. ¡°La actual crisis de refugiados est¨¢ demostrando con crudeza que la inacci¨®n de los pa¨ªses occidentales desde 2011 tiene un elevado coste¡±.
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