Un preso pol¨ªtico
Leopoldo L¨®pez es un preso pol¨ªtico venezolano, sometido a un juicio ama?ado y dispar
Antes de ser electo presidente en cuatro ocasiones consecutivas, Hugo Rafael Ch¨¢vez Fr¨ªas fue un teniente coronel que tent¨® la suerte de un cruento y fallido golpe de estado en contra del presidente venezolano constitucionalmente electo, Carlos Andr¨¦s P¨¦rez. Una vez rendido y desarticulado el movimiento sedicioso, cumpli¨® dos a?os de c¨¢rcel, al ser sobrese¨ªda su causa por el entonces presidente de Venezuela, Rafael Caldera. Mientras cumpl¨ªa su arresto, el ¡°sistema¡± le permiti¨® un r¨¦gimen carcelario blando y poroso donde entraban y sal¨ªan buena parte de quienes lo acompa?aron, luego, en su acceso al poder por la v¨ªa electoral. Venezuela ya nunca ser¨ªa la misma.
El profuso y aguerrido movimiento de los indignados tom¨® por asalto plazas y rincones en las principales capitales del mundo desarrollado, acamparon durante semanas en una especie de happening alternativo, hasta ser desalojados por la polic¨ªa, sin balazos ni muertos. Uno de sus exponentes m¨¢s medi¨¢ticos es hoy candidato a presidente del Gobierno de Espa?a. Una lecci¨®n de convicci¨®n democr¨¢tica ¡ªde nuevo¡ª del aborrecido ¡°sistema¡±.
El mensaje es claro para la sociedad venezolana: no estamos jugando
Alguien recuerda al iracundo Danny el rojo, dirigente alem¨¢n del ahora paleol¨ªtico Mayo Franc¨¦s, dispuesto entonces a acabar a punta de adoquines y trincheras con el gobierno del general Charles de Gaulle ¡ªy de paso llevarse en los cachos al capitalismo internacional¡ª reconvertido en l¨ªder de los institucionales verdes europeos. Y de R¨¦gis Debray, fabricante de la teor¨ªa del ¡°foco¡± guerrillero y acompa?ante circunstancial del Che Guevara en su aventura boliviana. Asesor posterior del Pr¨ªncipe Mitterrand y conspicuo fil¨®sofo de las tertulias televisivas europeas.
Leopoldo L¨®pez es un preso pol¨ªtico venezolano, sometido a un juicio ama?ado y dispar; condenado a 13 a?os, 9 meses, 7 d¨ªas y 12 horas de c¨¢rcel; v¨ªctima de un r¨¦gimen que confisc¨® la divisi¨®n de poderes, y enfrenta su peor momento en la actualidad. El mensaje es claro para la sociedad venezolana: no estamos jugando. Su arbitraria condena se a¨²na a la casa por c¨¢rcel dictada al Alcalde Mayor de Caracas, Antonio Ledezma, sin juicio alguno; y a la defenestraci¨®n de la diputada Mar¨ªa Corina Machado. El movimiento que lideraron ¡ªLa salida¡ª no tuvo el consenso de toda la oposici¨®n democr¨¢tica venezolana, y sus resultados est¨¢n a la vista. Pero nunca llamaron a la violencia como mecanismo de cambio pol¨ªtico en el pa¨ªs. Trataron de ejercer su derecho a manifestar en las calles, como sucede tantas veces en el resto del mundo. La represi¨®n desbordada del gobierno cre¨® el drama del que hoy se acusa a L¨®pez. Su libertad, y la de los otros presos y exiliados pol¨ªticos es una tarea pendiente en la recuperaci¨®n democr¨¢tica de Venezuela.
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