El aborto en Colombia, un camino lleno de baches
La decisi¨®n de la Fiscal¨ªa de procesar a una actriz por interrumpir el embarazo abre de nuevo el debate sobre los avances en este tema
Carolina Sabino, famosa en Colombia por sus actuaciones en telenovelas, se vio obligada a dejar el lado amable de los reflectores para convertirse en el rostro del aborto en Colombia. Su caso se hizo p¨²blico el viernes pasado cuando la Fiscal¨ªa colombiana anunci¨® que ser¨ªa procesada por un supuesto aborto ilegal, lo que gener¨® una oleada de indignaci¨®n entre los defensores de los derechos de las mujeres. A favor o en contra del aborto, la mayor¨ªa coincidi¨® en que la vida privada debe respetarse.
La Fiscal¨ªa conoci¨® del aborto al interceptar una conversaci¨®n telef¨®nica de la actriz con su hermana, en el marco de una investigaci¨®n que no tiene nada que ver con ella. Sabino se mostr¨® sorprendida porque un hecho ¡°tan personal y doloroso¡± fuera expuesto de esa manera y dijo que hab¨ªan atacado su dignidad y por sobretodo, sus derechos como mujer.
Como resultado, la Fiscal¨ªa dio marcha atr¨¢s, e incluso, el fiscal general, Eduardo Montealegre, se declar¨® defensor del derecho de la mujer a interrumpir el embarazo en los tres casos que se permiten en Colombia: cuando hay riesgo para su vida o salud (f¨ªsica y mental), malformaci¨®n del feto o es producto de una violaci¨®n. Pero lejos de apaciguarse, el debate qued¨® abierto, evidenciando que hay un gran desconocimiento de la jurisprudencia sobre el aborto, que existen barreras para que las mujeres puedan acceder al servicio y persiste la estigmatizaci¨®n. ¡°Todas somos Carolina Sabino¡±, propuso la feminista Florence Thomas.
En Colombia, donde no hay un sistema s¨®lido que registre las interrupciones voluntarias del embarazo, se estima que se practican cerca de 400.000 abortos al a?o, de los cuales solo el 1% ser¨ªa legal. Hasta la semana pasada, no se conoc¨ªa de mujeres que hayan ido a la c¨¢rcel por interrumpir su embarazo. ¡°Esto evidencia la gran desinformaci¨®n que hay sobre las circunstancias en las que el Constitucional reconoci¨® el derecho de las mujeres a optar por una interrupci¨®n del embarazo. En particular, el caso de riesgo para la salud mental (caso de la actriz)¡±, dice M¨®nica Roa, la abogada que lider¨® hace una d¨¦cada la despenalizaci¨®n parcial.
A ello Roa suma que no existen garant¨ªas institucionales para las mujeres que ejercen este derecho por la v¨ªa legal. ¡°Hemos tenido que enfrentar a un Procurador General que sin ninguna verg¨¹enza ha usado el poder institucional del Estado para evitar que la sentencia de la Corte se pueda cumplir y ahora nos enfrentamos a una fiscal¨ªa que no tiene el tema claro y aunque se haya retractado, ya cre¨® muchas dudas para las mujeres sobre lo que les puede pasar si acceden al aborto legalmente¡±, agrega.
La despenalizaci¨®n parcial del aborto se constituy¨® en un hito, pero el camino recorrido ha estado lleno de baches, ya que muchos en el campo m¨¦dico, religioso y pol¨ªtico, han intentado entorpecer su implementaci¨®n. ¡°El gran triunfo de 2006 fue m¨¢s en el terreno simb¨®lico. Qued¨® claro que el aborto es un tema de derechos que involucra preocupaciones de salud p¨²blica, discriminaci¨®n, justicia social y equidad de g¨¦nero¡±, dice Roa. Sin embargo, reclama que las mujeres siguen encontrando obst¨¢culos para acceder al servicio.
Se calcula que cada a?o un total de 132.000 mujeres sufren complicaciones por abortos clandestinos, lo que a su vez le genera al Estado colombiano un gasto enorme. Las barreras van desde la negaci¨®n del servicio, la rotaci¨®n por varios centros de salud, la exigencia de juntas m¨¦dicas, hasta la objeci¨®n de conciencia. ¡°Si logramos quitar estas barreras seguro que las cifras de interrupciones del embarazo en condiciones seguras van a aumentar¡±, dice Juan Carlos Vargas, portavoz de Profamilia, una entidad privada que apoya a las mujeres para ejercer su autonom¨ªa reproductiva y sexual. All¨ª, en 2014, se realizaron 3.473 interrupciones de embarazo, mil m¨¢s que el a?o anterior.
La estigmatizaci¨®n tambi¨¦n preocupa. ¡°No queremos m¨¢s mujeres perseguidas ni juzgadas por hacer valer sus derechos¡±, dec¨ªa uno de los mensajes que circularon en redes sociales con el caso de Sabino. ¡°Es uno de los obst¨¢culos m¨¢s grandes. Como hay unos imaginarios negativos sobre las mujeres que abortan, es muy dif¨ªcil que accedan a la informaci¨®n de manera preventiva, que lo vean como un derecho y no como un delito¡±, dice Claudia G¨®mez, directora de investigaciones de Profamilia. Tambi¨¦n se juzga a los m¨¦dicos que prestan el servicio.
Por el desconocimiento del derecho a abortar en los tres casos, Profamilia implementa desde mayo la campa?a La decisi¨®n es tuya, con carteles en el servicio p¨²blico, lo que ha despertado duras cr¨ªticas de quienes se oponen al aborto. Sin embargo, esta instituci¨®n lo toma como ganancia, ya que ha visibilizado a¨²n m¨¢s la campa?a. Para los defensores de las mujeres, la indignaci¨®n por el caso de Sabino es un indicador de cambio. ¡°Tener personas que defiendan el derecho de otros, aunque no est¨¦n de acuerdo, es un avance inmenso. Es la clave para construir una sociedad que pueda vivir en paz en medio de la diferencia¡±, rescata Roa.
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