La crisis de Brasil mete presi¨®n a una Argentina en plena campa?a
Los candidatos evitan hablar de ajuste pero los expertos creen que la ca¨ªda del gigante estrecha el margen
Brasil y Argentina, los dos gigantes sudamericanos, tienen una larga historia econ¨®mica en com¨²n. Casi siempre han crecido juntos y han ca¨ªdo juntos. Pero esta vez es diferente. Brasil ha entrado en una fase de ajuste y devaluaci¨®n fuerte ¨Cel 70% en los ¨²ltimos 12 meses, 50% en lo que va de a?o- y su econom¨ªa cae al 2% mientras Argentina se niega a devaluar ¨Csolo lo ha hecho un 10%, muy por debajo de la inflaci¨®n del 25%- aumenta cada mes el gasto p¨²blico y mantiene un ligero crecimiento del PIB. Argentina, en plena campa?a electoral, vive un espejismo. Todos los candidatos dan buenas noticias, prometen m¨¢s gasto p¨²blico y rechazan hablar de ajuste. Pero los expertos y los datos apuntan en otro sentido: la crisis de Brasil, el principal socio de Argentina, ya ha hundido las exportaciones a este pa¨ªs por encima del 26% y est¨¢ afectando sobre todo a la industria del autom¨®vil, clave en Argentina.
¡°El 50% de las exportaciones industriales argentinas se van a Brasil. Es clave en el sector automotriz, qu¨ªmico, petroqu¨ªmico. No es tan importante el tipo de cambio como la propia recesi¨®n. Los brasile?os dejan de comprar, no importa el precio. La industria brasile?a est¨¢ cayendo un 7%¡±, explica Diego Coatz, economista jefe de la Uni¨®n Industrial Argentina. ¡°Esto presiona al nuevo Gobierno. Pero tampoco se puede esperar una devaluaci¨®n brusca. Argentina no puede devaluar como Brasil porque tiene mucha m¨¢s inflaci¨®n y muchas menos reservas. Tiene que tener mucho cuidado¡±, resume Coatz. No solo los brasile?os est¨¢n dejando de comprar productos en Argentina. La devaluaci¨®n en Brasil y otros pa¨ªses est¨¢ afectando a todas las exportaciones argentinas, tambi¨¦n los productos agr¨ªcolas, su especialidad. En algunos hay ca¨ªdas de hasta el 67% este a?o.
Argentina est¨¢ tan caro, o Brasil tan barato, seg¨²n se mire, que se est¨¢ girando de nuevo la pelota. En los ¨²ltimos a?os, los de la explosi¨®n de Brasil, los brasile?os viajaban a Argentina como nunca y las tiendas y los hoteles de cualquier ciudad de este pa¨ªs estaban llenas de sus vecinos comprando. Este a?o, cuando se acerca el verano austral, todo est¨¢ girando y los argentinos van a volver a Brasil de vacaciones, como hac¨ªan en los 90, porque en este momento es mucho m¨¢s barato un apartamento en las costas brasile?as, con avi¨®n incluido, que en las argentinas. La industria tur¨ªstica local ya lo est¨¢ notando.
En Argentina hay mucha inquietud por la posibilidad de que Brasil siga su ca¨ªda en 2016. ¡°La ca¨ªda de Brasil est¨¢ afectando a las exportaciones y por tanto a las reservas. Esto le pone mucha tensi¨®n a la agenda del Gobierno que viene. Esta ca¨ªda le impone tener que hacer algo r¨¢pido, no va a poder hacer correcciones graduales¡±, explica Dante Sica, director de la consultora Abeceb. A¨²n as¨ª, nadie se imagina en Argentina un ajuste como el brasile?o. Porque la sociedad no lo aceptar¨ªa, y porque no parece necesario. ¡°Argentina tiene m¨¢s posibilidades de salir que Brasil, tiene menor nivel de endeudamiento¡±, asegura Sica.
En cualquier caso, ninguno de los candidatos habla de este asunto. La diferencia entre lo que ellos dicen en la campa?a y lo que centra tanto los comentarios en la prensa como los debates pol¨ªticos en la sombra, entre los entornos de los candidatos ya sin micr¨®fonos, es abismal. Las elecciones llegan el 25 de octubre y nadie quiere ser el responsable de dar las malas noticias a los argentinos. ¡°No creo que Argentina necesite un ajuste ni una devaluaci¨®n, esas son recetas del pasado¡±, insisten los tres principales candidatos. El Gobierno se concentra en destacar las fortalezas de la econom¨ªa, sobre todo el bajo nivel de deuda, y sostiene que Argentina no seguir¨¢ los pasos de Brasil. Pero cada movimiento del gigante brasile?o se mira con detalle en Buenos Aires y mete m¨¢s presi¨®n sobre todo para el nuevo Gobierno. Todo en Argentina est¨¢ parado a la espera de que un nuevo presidente d¨¦ un giro aunque nadie sabe hacia d¨®nde.
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