Macri inaugura una estatua de Per¨®n y busca votos entre sus fieles
El alcalde de Buenos Aires se ¡°peroniza¡± para intentar romper su techo electoral, demasiado bajo como para estar seguro de llegar a la segunda vuelta el 25
Mauricio Macri y su formaci¨®n, Cambiemos, tienen un problema importante. Tras el hundimiento del Partido Radical que vino despu¨¦s del desastre de 2001, cuando su l¨ªder y entonces presidente, Fernando de la R¨²a, abandon¨® la Casa Rosada en helic¨®ptero, el peronismo se ha ido convirtiendo en una fuerza hegem¨®nica, casi un partido ¨²nico. Los votantes peronistas est¨¢n en la Argentina actual por encima del 60%, seg¨²n los expertos en sondeos. La ventaja de Macri es que el peronismo no est¨¢ unido, sino dividido entre kirchnerismo y peronismo opositor, liderado por Sergio Massa. Pero Macri, si no logra pescar en el votante peronista, tiene un techo electoral muy bajo y muchas dificultades para ganar.
Por eso el l¨ªder de la oposici¨®n, que tradicionalmente ten¨ªa una imagen clara de antiperonista, se ha ido ¡°peronizando¡± a lo largo de las ¨²ltimas semanas hasta llegar hoy a su punto m¨¢s alto: Macri, a¨²n alcalde de Buenos Aires, ha inaugurado en la capital el primer monumento al general Per¨®n, tres veces presidente de la Argentina y proscrito y exiliado en Madrid durante 18 a?os.
Per¨®n est¨¢ por todas partes en Argentina, sus fotos llenan todos los despachos oficiales y casi todos los discursos pol¨ªticos lo citan. 120 a?os despu¨¦s de su nacimiento y 41 despu¨¦s de su muerte, su presencia y la de su primera mujer, Eva Per¨®n, es desorbitada. Pero no ten¨ªa una estatua en Buenos Aires. Y ha sido precisamente Macri, en principio una ant¨ªtesis del peronismo, quien la ha inaugurado rodeado de referentes de esta ideolog¨ªa, como el expresidente Eduardo Duhalde o el l¨ªder del sindicato de camioneros, Hugo Moyano. Ambos son peronistas enfrentados al kirchnerismo.
Macri evita presentarse como un antiperonista a pesar de que lleva en su coalici¨®n al Partido Radical, el gran rival hist¨®rico del peronismo. Macri sostiene que su formaci¨®n, el PRO, surge de la crisis de 2001, es nueva, y ¡°ha aprendido el valor de la justicia social del peronismo y los valores republicanos e institucionales del radicalismo¡±. Se vende as¨ª como una versi¨®n moderna de lo mejor de los dos sectores que han dominado la pol¨ªtica Argentina durante casi un siglo.
El alcalde de Buenos Aires ha rendido un homenaje al general dif¨ªcil de imaginar hace solo unos meses. ¡°Per¨®n y Evita vinieron a hacer algo hist¨®rico en Argentina para los trabajadores. Hoy es imposible imaginar un trabajador sin aguinaldo y derechos para la familia. Pero en ese momento Argentina no entend¨ªa que no ten¨ªa que aceptar. Per¨®n lo hizo¡±, ha se?alado.
En un gesto claro y pol¨¦mico, ning¨²n miembro del Gobierno ni kirchnerista destacado estaba presente en el acto, pese a que se inauguraba una estatua de su gran referente pol¨ªtico. La presidenta tambi¨¦n estaba invitada y no acudi¨®, aunque el monumento est¨¢ a pocos metros de la Casa Rosada, la sede del Gobierno.
La intenci¨®n pol¨ªtica es evidente. Macri necesita escapar de la imagen que trata de trasladar el Gobierno, la de un hijo de uno de los empresarios m¨¢s ricos del pa¨ªs que viene a quitar derechos a los trabajadores. El alcalde de Buenos Aires lleva meses tratando de rebajar su imagen y en julio dio un giro y prometi¨® que respetar¨¢ los principales hitos del kirchnerismo, como la nacionalizaci¨®n de Aerol¨ªneas Argentinas o de la petrolera YPF, a pesar de que en su momento vot¨® en contra.
Macri trata adem¨¢s de robarle votos a Sergio Massa, que resiste seg¨²n las encuestas en un 20%, lo que complica el intento del l¨ªder de Cambiemos de superar el 30% y forzar as¨ª una segunda vuelta imprevisible para tratar de ganarle all¨ª a Daniel Scioli. A poco m¨¢s de dos semanas de las elecciones, Macri se peroniza como nunca. El resultado de esta estrategia se conocer¨¢ muy pronto.
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