Un premio bien dado

Hay varias formas de interpretar el Nobel de la Paz de este a?o al Cuarteto del Di¨¢logo Nacional Tunecino. La m¨¢s evidente, en clave interna, privilegia el reconocimiento a una excepcionalidad, la de la transici¨®n democr¨¢tica de T¨²nez, que sigue adelante a pesar de los enfrentamientos pol¨ªticos, las brechas sociales, la crisis econ¨®mica, la inestabilidad regional y la lacra del terrorismo. Tambi¨¦n, en cierta medida, se reconoce el car¨¢cter pionero del levantamiento popular tunecino de enero de 2011. La portavoz del comit¨¦ del Nobel, Kaci Kullman Five, as¨ª lo ha expresado, y es notorio que sea esta instituci¨®n la que destaque el valor de la experiencia tunecina en un momento en que todas las instancias internacionales dan por enterrada la Primavera ?rabe y sucumben a la ret¨®rica sobre el Estado Isl¨¢mico, los refugiados y la estabilidad.

Pero caben m¨¢s interpretaciones, en parte m¨¢s sutiles. Una es la que ha hecho Houcine Abassi, secretario general de la Uni¨®n General de Trabajadores Tunecinos, una de las organizaciones del Cuarteto premiado, quien ha se?alado que "este premio es un mensaje a la regi¨®n sobre la fuerza de la negociaci¨®n y el di¨¢logo". Que uno de los protagonistas llame la atenci¨®n sobre la clave inter¨¢rabe no solo revela un sentimiento, sino la necesidad que el mundo ¨¢rabe tiene de un futuro com¨²n. La precaria estabilidad de T¨²nez es inviable si el actual contexto regional se perpet¨²a, no solo por la amenaza yihadista dentro y fuera de sus fronteras, sino porque la historia ha demostrado la dependencia estructural de los sociedades ¨¢rabes entre s¨ª. Recu¨¦rdese, sin ir m¨¢s lejos, el "efecto domin¨®" con que se explicaron los levantamientos sucesivos en T¨²nez, Egipto, Yemen, Bahr¨¦in, Libia, Siria... Esta dependencia inter¨¢rabe tiene m¨¢s que ver con la llamada "sociedad civil", a la que el Nobel de este a?o reconoce "un papel fundamental en los procesos de democratizaci¨®n", que con la pol¨ªtica gubernamental de cada pa¨ªs.

Y no menos importante, en tercer lugar, es la lectura del Nobel en clave europea. Por una parte, porque el premio al Cuarteto tunecino devuelve la atenci¨®n al origen del problema en un momento en que la gesti¨®n inmediata de la crisis de los refugiados acapara la agenda en Europa. Y el origen es la demanda de libertad, pan y justicia social de las sociedades ¨¢rabes que, siendo dif¨ªcil, es posible: T¨²nez lo demuestra. Por otra parte, porque cuando las opciones militares cobran cada vez m¨¢s fuerza el premio a este grupo, nacido de un compromiso de la sociedad civil, muestra por d¨®nde ha de transitar el camino en la b¨²squeda de soluciones a los enfrentamientos armados en Siria, Libia, Yemen, o a dictaduras camino de la consagraci¨®n, como la de Egipto. De Europa se sigue esperando su compromiso y su solidaridad.

Luz G¨®mez es profesora de Estudios ?rabes e Isl¨¢micos de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.