Iv¨¢n Vel¨¢squez: ¡°Los criminales temen nuestra independencia¡±
El juez colombiano ha destapado esc¨¢ndalos en varios pa¨ªses latinoamericanos y ha encarcelado al presidente Otto P¨¦rez Molina
El destino del juez Iv¨¢n Vel¨¢squez (Medell¨ªn, 1955) es hacer temblar la tierra que pisa. En Colombia, destap¨® el nido de v¨ªboras de la parapol¨ªtica, un esc¨¢ndalo que alcanz¨® al coraz¨®n del uribismo y llev¨® a la c¨¢rcel a una veintena de pol¨ªticos y empresarios. Ahora, al frente de la Comisi¨®n Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), no s¨®lo ha puesto entre rejas al presidente Otto P¨¦rez Molina y su vicepresidenta, sino que ha demostrado c¨®mo un instrumento aparentemente predestinado al sopor burocr¨¢tico ?¡ªuna oficina de la ONU coordinada con la fiscal¨ªa local¡ª puede derribar los m¨¢s altos poderes y hacer pensar que frente a la corrupci¨®n hay esperanza. En Guatemala es un h¨¦roe. En El Salvador y Honduras e incluso M¨¦xico y Colombia, un ejemplo a seguir o estudiar. Consciente de que Am¨¦rica Latina tiene los ojos puestos en ¨¦l, este juez habla por tel¨¦fono con calma y concisi¨®n.
Pregunta. ?Teme por su vida?
Respuesta. Pienso poco en ello. He asumido una responsabilidad, y trabajo como creo que debe hacerse. Lo contrario conduce a la inacci¨®n.
P. ?Y a que le preparen alguna trampa?
R. Siempre es una posibilidad. No soy inmune a los montajes, pero poseo una peque?a ventaja: mi experiencia en Colombia, cuando desde el Gobierno de Uribe y las agencias de inteligencia se abri¨® una campa?a de persecuci¨®n. Esa experiencia me da una mejor defensa.
P. ?Y le puede ocurrir algo similar en Guatemala?
R. Los que investigan a la mafia saben que los afectados tienen un mecanismo de defensa que incluye el halago, el desprestigio, el soborno e incluso la muerte. A eso estamos sometidos los que nos dedicamos a este mundo.
P. ?Es exportable el modelo de la CICIG?
R. Lo es, porque su dise?o respeta la soberan¨ªa nacional. Por ejemplo, cualquier decisi¨®n sobre derechos ciudadanos, como una escucha, un arresto o un allanamiento, se efect¨²a a petici¨®n del ministerio p¨²blico. Nosotros aportamos nuestra capacidad de investigaci¨®n, experiencia internacional e independencia. No estamos vinculados a ning¨²n poder f¨¢ctico ni tenemos intereses propios, s¨®lo el de la lucha contra la impunidad. Eso es lo que temen las organizaciones criminales.
P. ?Apoyar¨ªa un organismo como la CICIG en M¨¦xico o Colombia?
R. Lo apoyar¨ªa para todos los pa¨ªses de la regi¨®n. No somos una fuerza extranjera. Este instrumento s¨®lo puede darse si un Gobierno lo pide a la ONU, el Congreso ratifica el acuerdo y la Corte Constitucional valida su legalidad. Si esto ocurre en Honduras, El Salvador, M¨¦xico o Colombia, no le veo obst¨¢culo.
P. ?C¨®mo enjuicia el problema de la impunidad en Am¨¦rica Latina?
R. Es el c¨¢ncer mayor. Si la justicia no act¨²a, la corrupci¨®n desv¨ªa los recursos p¨²blicos e impide que se atiendan las necesidades b¨¢sicas de la poblaci¨®n. La lucha contra la impunidad es la lucha por construir un Estado de derecho.
P. En pa¨ªses como Guatemala, la corrupci¨®n tiene tal alcance que parece imposible de controlar.
R. Mire, desde el optimismo, si se logra que el despertar nacional contra la corrupci¨®n se convierta en un movimiento organizado, con redes de veedur¨ªa sobre el Estado, entonces habr¨¢ esperanza. Pero no basta la reacci¨®n espont¨¢nea de la ciudadan¨ªa, ¨¦sta tiene que involucrarse. La corrupci¨®n no es un fen¨®meno coyuntural, sino estructural.
P. ?Le ha ayudado la presi¨®n popular en sus investigaciones?
R. La reacci¨®n social reduce las presiones sobre el ministerio p¨²blico y los jueces. La dimisi¨®n de la vicepresidenta de Guatemala o el levantamiento de la inmunidad son hechos atribuibles a esa reacci¨®n. Pero la justicia act¨²a de forma independiente e imparcial.
P. ?Es consciente de que en Guatemala es usted un h¨¦roe?
R. No me gustan los hero¨ªsmos ni los personalismos. La lucha contra la corrupci¨®n no la puede hacer una persona sola, ni exclusivamente el CICIG o la Procuradur¨ªa, sino que es una tarea de la sociedad.
P. ?Se siente extranjero en Guatemala?
R. Tengo conciencia latinoamericana. S¨¦ lo que han sufrido nuestros pa¨ªses. Conozco lo que nos une. Si aporto a Guatemala, aporto a Am¨¦rica Latina. Por eso no me siento extranjero.
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