¡°Si el c¨®mico Jimmy Morales lo hace mal, le echaremos¡±
El encarcelamiento de Otto P¨¦rez Molina, anterior presidente, pende sobre las elecciones en Guatemala
Antigua, la vieja ciudad virreinal, disfruta hoy de una jornada dulce. Luce un sol pausado, las calles andan medio vac¨ªas y no hay colas para votar. La antigua capital guatemalteca es un feudo del c¨®mico y empresario Jimmy Morales, favorito en estos comicios presidenciales. Vencedor en la primera vuelta, las encuestas le otorgan ahora un 65% del voto, casi el doble que su rival, la ex primera dama Sandra Torres. Esta ventaja se dispara en Antigua. En el colegio electoral La Santa Familia, en el coraz¨®n colonial, el porcentaje alcanz¨® el 75% en septiembre y hoy va camino de superarlo. ¡°Es que representa el cambio, lo otro ya lo hemos visto¡±, explica Jos¨¦ Alberto, un contable de 20 a?os.
-?Y si no cumple?
-Pues el pueblo ya demostr¨® cu¨¢l es su fuerza. Si no lo hace bien, le echamos, como hicimos con Otto P¨¦rez Molina.
Las palabras de Jos¨¦ Alberto reflejan una opini¨®n muy extendida. Morales, un candidato procedente de los m¨¢rgenes de la pol¨ªtica, sin historial de gesti¨®n p¨²blica ni apenas estructura de partido, avanza empujado por el viento de la novedad. Pocos acuden a votar por ¨¦l entusiasmados. Pero casi todos lo prefieren porque implica una posibilidad, aunque remota, de transformaci¨®n. Tras meses de indignaci¨®n popular, de protestas y presi¨®n callejera, Guatemala espera que el anquilosado sistema pol¨ªtico surgido tras el fin de la dictadura en 1985 inicie una transici¨®n. El encarcelamiento del presidente Otto P¨¦rez Molina por corrupci¨®n es la se?al de que no se deber¨ªa volver atr¨¢s. Pero las dudas subsisten.
¡°Nada va a cambiar y, la verdad, no conf¨ªo en ninguno de los candidatos, pero me basta con que se avance un poco, por eso he votado por Morales¡±, comenta Luc¨ªa, de 29 a?os y un beb¨¦ en brazos. ¡°El pueblo ha despertado, ya no pueden ser impunes. Y espero que haya captado el mensaje¡±, explica Julio, de 29 a?os, para quien la candidata Sandra Torres representa una forma de hacer pol¨ªtica destinada al olvido. ¡°Ella fue primera dama y estuvo en el poder, no puede decirnos ahora que va a cambiar algo¡±, a?ade.
Esta esperanza de cambio, aunque mitigada por d¨¦cadas de decepciones, anida en la mayor¨ªa de los votantes que acuden a este tranquilo colegio electoral. En el ambiente no se percibe tensi¨®n. El edificio, un colegio habilitado para el escrutinio, exuda calma. ¡°Vamos por la mitad de participaci¨®n que en la primera vuelta. La gente se ha relajado, da por ganador a Morales¡±, se?ala el coordinador del centro, Walter Garc¨ªa. En ninguna de las cuatro mesas de su colegio hay esperas. Todo anda tranquilo. La victoria parece segura para Morales. Al menos ah¨ª.
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