El desaf¨ªo de las arcas vac¨ªas
Cambiar un modelo de crecimiento no es sencillo, menos si se afronta con pocos recursos y con la econom¨ªa casi en n¨²meros rojos
"Argentina lleva mucho tiempo con el indicador de combustible encendido. El pr¨®ximo Gobierno se va a encontrar el tanque de gasolina pr¨¢cticamente sin nada", explica desde Washington Ram¨®n Aracena, economista jefe para Am¨¦rica Latina del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en ingl¨¦s).
Pese a los esfuerzos del Gobierno de Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner por ocultar el ajuste que inevitablemente viene, el desfase entre ingresos y gastos ha alcanzado niveles casi insostenibles. La carrera electoral ha disparado el gasto p¨²blico en lo que va de a?o un 41%, hasta convertir esta partida en el principal motor de la econom¨ªa. El d¨¦ficit p¨²blico se situar¨¢ este a?o entre el 6% y el 7%, seg¨²n distintas fuentes, impulsado por una abultada factura de subsidios sobre la energ¨ªa y el transporte (que equivalen al 5,3% del PIB) y una dr¨¢stica ca¨ªda de los ingresos por exportaciones de materias primas.
Para financiar ese d¨¦ficit, Argentina no puede acudir a los mercados internacionales. Desde el impago de su deuda en 2001, los inversores desconf¨ªan de prestarle dinero y menos a un precio razonable. Todos salvo China, que se ha convertido de facto en su prestamista de ¨²ltima instancia. El a?o pasado Pek¨ªn abri¨® una l¨ªnea de canje de divisas por 11.000 millones de d¨®lares durante los pr¨®ximos tres a?os pero el cr¨¦dito ha sido consumido casi en su totalidad y las autoridades chinas se resisten a ampliar el acuerdo.
As¨ª que, b¨¢sicamente, el pa¨ªs depende de los recursos de la seguridad social, de los bancos p¨²blicos y de los activos del Banco Central para hacer frente a sus pagos. Y ah¨ª el margen cada vez es m¨¢s reducido.
Seg¨²n los datos oficiales, Argentina mantiene unos 32.500 millones de d¨®lares en reservas internacionales pero la cifra est¨¢ artificialmente inflada: "Una vez que descuentas las importaciones sin pagar, los vencimientos pendientes de la deuda, los canjes de divisas con China y otros apuntes mal contabilizados, la posici¨®n de Argentina cae hasta los 10.000 o 12.000 millones de d¨®lares (y posiblemente m¨¢s cerca de cero)", sostiene Fernando Sedano, analista de Morgan Stanley. Los economistas de Ita¨² Unibanco, el mayor banco del vecino Brasil, afirman que los pagos pendientes de deuda (del Estado y de las provincias) hasta finales de a?o situar¨¢n "el saldo neto a finales del ejercicio en unos 6.000 millones de d¨®lares". Unos niveles que hacen saltar las alarmas de los organismos y los inversores internacionales.
"Hay buena voluntad en los mercados con Argentina porque casi cualquier medida que se adopte va a ser mejor de lo que hay ahora. Pero la paciencia no va a ser mucha, la luna de miel va a ser corta. Los inversores quieren acci¨®n", asegura Aracena, del IIF, la organizaci¨®n que agrupa a los mayores bancos privados del mundo. Las perspectivas de cambio dispararon ayer la Bolsa de Buenos Aires un 3,6%. Pero cambiar el modelo de crecimiento exigir¨¢ tomar medidas con rapidez y escaso margen de error. En todo caso, dolorosas.
La negociaci¨®n con los acreedores parece inevitable y esa factura asciende a no menos de 7.000 millones de d¨®lares. M¨¢s urgente a¨²n es dar credibilidad a las cifras oficiales que sit¨²an la inflaci¨®n en el entorno del 14%, lejos del 26% que calculan los expertos. Y situar la divisa en su valor real, seg¨²n algunos acad¨¦micos, entre un 30% y un 40% por debajo de su valor actual.
En esas condiciones, no es dif¨ªcil pensar que la econom¨ªa entrar¨¢ en recesi¨®n el pr¨®ximo a?o. Demasiados factores en contra. El Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula un l¨¢nguido crecimiento del 0,4% para este a?o y un descenso del 0,7% en 2016.
Pese al rechazo personal de Fern¨¢ndez de Kirchner a cualquier implicaci¨®n del Fondo en la econom¨ªa argentina, las negociaciones con el organismo exist¨ªan, aunque no se hayan hecho p¨²blicas. Solo el visto bueno de la instituci¨®n a las cifras argentinas les dar¨¢ credibilidad, a ojos de los inversores. Y ese es el primer paso hacia el cambio.
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