G?ncz ?rp¨¢d, h¨¦roe cercano
Fue el primer presidente h¨²ngaro tras la transici¨®n a la democracia
Aquel 7 de marzo del 2000 Budapest amaneci¨® recibiendo una fina lluvia de nieve, que no lleg¨® a impedir el flujo de los largos tranv¨ªas amarillos, y trolebuses, que bordean las dos riberas del Danubio y atraviesan alguno de sus preciosos puentes. A las 10 en punto me recib¨ªa en su despacho del Parlamento el presidente de la Rep¨²blica de Hungr¨ªa, el abogado, pol¨ªtico, escritor y traductor G?ncz ?rp¨¢d, quien a sus 76 a?os cumpl¨ªa con los ¨²ltimos meses de su segundo mandato de cinco a?os. Y poco antes de encontrarme con la conocida traductora Yvone M¨¦ster en el suntuoso Caf¨¦ Gerbeaud de la plaza V?r?sm¨¢rty, comprob¨¦ que no hab¨ªa incluido ninguna corbata en el equipaje.
¡°Pues ya no puedes comprar ninguna ¡ªdijo la traductora¡ª, las tiendas no abren hasta las diez. Pero no te preocupes, es un hombre muy asequible, no le dar¨¢ importancia a tu descuido¡±. As¨ª que sin la protocolaria prenda, en el amplio sal¨®n contiguo a su despacho del singular edificio neog¨®tico, nos recibi¨® G?ncz ?rp¨¢d. Uno de los hombres m¨¢s relevantes de la convulsa historia de Hungr¨ªa en el pasado siglo, que hab¨ªa nacido en Budapest el 10 de febrero de 1922 y falleci¨® el pasado 6 de octubre a los 93 a?os, despu¨¦s de culminar una prol¨ªfica y variada biograf¨ªa siempre encaminada a la defensa de la libertad solidaria, y de la dignidad humana.
Siendo muy joven desert¨® del ej¨¦rcito pronazi magiar y entr¨® a colaborar con la Resistencia, ayudando a salvarse a compa?eros que hu¨ªan del desp¨®tico ejercicio militar, adem¨¢s de a algunos de los miles de jud¨ªos que en Budapest eran perseguidos por los temibles Cruces Flechadas, cruel azote de jud¨ªos y gitanos h¨²ngaros. Luego se doctor¨® en Derecho en la universidad P¨¦ter Pazm¨¢ny, y entre 1945 y 48 edit¨® el peri¨®dico Nemzed¨¦k (Generaci¨®n).
La consolidaci¨®n y el refuerzo del dominio sovi¨¦tico en su pa¨ªs ir¨ªa disminuyendo sus perspectivas de crecimiento intelectual, y tuvo que sobrevivir trabajando en diversos oficios manuales ¡ªfontanero, entre otros¡ª; y en 1952 comenz¨® a estudiar Agricultura en la universidad de G?d?l¨®, localidad cercana a la capital, c¨¦lebre tambi¨¦n por el palacio real que sol¨ªa ocupar la emperatriz ?rzs¨¦b¨¦t (Elizabeth).
Y como no pod¨ªa ser de otra forma para alguien tan comprometido con la noble idea de Libertad, las revueltas populares del 23 de octubre de 1956 le hicieron volver a la acci¨®n pol¨ªtica formando parte del Circle P¨¦t?fi. No abandon¨® su amada Hungr¨ªa, como muchos otros profesionales liberales de entonces, pero unos meses m¨¢s tarde, en mayo de 1957, fue arrestado por el gobierno de J¨¢nos K¨¢dar y condenado a cadena perpetua por haber participado, junto a Bib¨® Istvan, en la elaboraci¨®n y difusi¨®n de un informe que pretend¨ªa hallar soluciones a la problem¨¢tica magiar, buscando un punto intermedio entre las ideas revolucionarias de N¨¢gy Imre, uno de los l¨ªderes de aquellas revueltas pioneras, y las intenciones sovi¨¦ticas representadas por K¨¢dar.
La prisi¨®n no logr¨® paralizar a G¨®ncz ?rp¨¢d y entre rejas comenz¨® a escribir y a aprender - ¨¦l solo - ingles, as¨ª que despu¨¦s de casi siete a?os de encierro, y como consecuencia de una amnist¨ªa general, el 2 de agosto de 1963 fue liberado junto a 4.000 presos. Y poco despu¨¦s empezaron a editarse sus traducciones de William Faulkner y Ernest Hemingway, sobre todo, y m¨¢s tarde las de los tambi¨¦n novelistas John Updike, Saul Bellow, William Golding, William Styron, Malcolm Lowry, incluyendo obras como "El se?or de los anillos", o el "Frankenstein o el moderno Prometeo" de Mary Shelley.
Antes de la llegada de la democracia a Hungr¨ªa ?rp¨¢d escribi¨® un pu?ado de buenas novelas, y algunas obras de teatro, como "Sarusok", "Magyar Medeia", "R¨¢csok", o "Talal Koz¨¢sok". Y en 1988 fund¨® el partido liberal "Alianza de Dem¨®cratas Libres", que por el acuerdo con el Foro Democr¨¢tico propici¨® su acceso a la presidencia de la Rep¨²blica de Hungr¨ªa despu¨¦s de las primeras elecciones y del ejemplar proceso de transici¨®n que protagoniz¨® el peque?o y bello pa¨ªs centroeuropeo. Pues s¨ª, ten¨ªa raz¨®n mi famosa traductora aquella inolvidable ma?ana del 7 de marzo de hace quince a?os: el hombre entra?able, rudo y cercano, simp¨¢tico, cordial y misterioso a un tiempo; v¨ªctima y h¨¦roe final de tantas batallas, en lo que menos pon¨ªa atenci¨®n era en si te hab¨ªas olvidado de cumplir con el ritual de la corbata. No ten¨ªa el glamour medi¨¢tico de ese otro gran intelectual comprometido, y hombre de acci¨®n centroeuropeo, V¨¢clav Havel, pero supo conquistar a los h¨²ngaros que cari?osamente le llamaban "Uncle ?pi", y a esa Europa esperanzada que le reconoci¨® al final ya de su mandato con el Premio "Visi¨®n de Europa": por su decidida defensa de un continente unido; lo que no parece ahora muy extendido entre las opiniones que singularizan a un bello pa¨ªs, que a menudo ha lucido una extensa y cualificada n¨®mina de intelectuales y escritores comprometidos con la acci¨®n pol¨ªtica.
?Fernando Garc¨ªa Rom¨¢n es escritor.
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