El partido prokurdo de Turqu¨ªa aspira a revalidar su ¨¦xito de junio

En los comicios del pasado junio, el Partido de la Democracia de los Pueblos (HDP) logr¨® lo que hasta entonces era solo un sue?o para las formaciones prokurdas de Turqu¨ªa: cosechar el 13 % de los votos y superar el umbral del 10 % que exige la ley turca para entrar en el Parlamento. Fue, adem¨¢s, una de las principales causas por las que el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista) perdi¨® su mayor¨ªa absoluta despu¨¦s de 13 a?os en el poder. Este domingo, de la mano de su carism¨¢tico l¨ªder Selahattin Demirtas, el HDP aspira a revalidar este triunfo y a impedir as¨ª que los islamistas puedan gobernar en solitario, poniendo coto a las aspiraciones del presidente Recep Tayyip Erdogan.

Los secretos del ¨¦xito de la formaci¨®n kurda fueron su firme apuesta por las negociaciones de paz entre el Gobierno y el grupo armado PKK y su apertura a otros sectores ¡°oprimidos¡± de Turqu¨ªa ¨Csindicalistas, feministas, colectivo LGTB, ecologistas- de manera que, por un lado, pudo arrebatar al AKP importantes graneros de votos entre los kurdos m¨¢s conservadores (opuestos a la guerrilla kurda de origen marxista) y, por el otro, cosechar votos m¨¢s all¨¢ de las regiones surorientales del pa¨ªs, entre los turcos de izquierda y liberales.

Sin embargo, desde las elecciones de junio, la violencia ha regresado a las regiones kurdas de Turqu¨ªa, el PKK ha dado por terminado el alto el fuego que manten¨ªa desde 2013 (aunque a inicios de octubre declar¨® una nueva tregua, los enfrentamientos han continuado), el Ej¨¦rcito bombardea las posiciones de los rebeldes kurdos y varios atentados suicidas con sello yihadista han golpeado al entorno del HDP. M¨¢s de 250 civiles, unos 150 miembros de las fuerzas de seguridad turcas y ¡°unos 2.000¡± militantes vinculados al PKK ¨Cseg¨²n el Gobierno turco- han muerto en estos meses.

Ziya Pir, diputado del HDP por Diyarbakir, reconoce que la vuelta a las armas del PKK puede reducir ¡°ligeramente¡± su apoyo entre los votantes turcos: ¡°En el oeste del pa¨ªs se ha creado una percepci¨®n negativa sobre nosotros, que no nos permite trabajar all¨ª. Pero entre los kurdos ganaremos votos, porque es un pueblo pol¨ªticamente muy consciente y sabe que esta guerra la ha desatado el Gobierno¡±.

Las ¨²ltimas 30 encuestas sobre intenci¨®n de voto corroboran esta percepci¨®n ya que ninguna le otorga menos del 11 % y algunas incluso prev¨¦n que supere el 14 % de sufragios. Seg¨²n el director de la empresa demosc¨®pica KONDA, Bekir Agirdir, la ¡°polarizaci¨®n¡± que vive Turqu¨ªa ¡°ha consolidado cuatro identidades pol¨ªticas¡± (islamista, socialdem¨®crata, ultranacionalista turca e izquierda prokurda), por lo que se prev¨¦n pocos trasvases de voto entre una formaci¨®n y otra. De hecho, si se pregunta a los electores del AKP, el origen de la violencia es el PKK; si se pregunta a la oposici¨®n, el culpable es Erdogan. Casi nadie escapa de las opiniones en que se ha encasillado.

La tensi¨®n es palpable y por ello se ha encomendado a 385.000 polic¨ªas y gendarmes la vigilancia de la jornada electoral. En el sudeste, ser¨¢n agentes de las fuerzas especiales, apoyados por helic¨®pteros y veh¨ªculos blindados, los que se hagan cargo de la seguridad. En Diyarbakir, la capital oficiosa de los kurdos de Turqu¨ªa, pese a que la situaci¨®n permanece en calma, es patente el aumento de efectivos de la polic¨ªa, armados con fusiles, pues hace apenas dos semanas el centro hist¨®rico de la ciudad estaba bajo toque de queda por enfrentamientos entre la guerrilla urbana y las fuerzas de seguridad.

¡°Mira ¨Cdice Ihsan Aytekin, jefe provincial de campa?a del AKP, se?alando los agujeros en la ventana de la sede del partido-. Fueron provocados por las esquirlas de una bomba que nos lanzaron el otro d¨ªa. Un polic¨ªa qued¨® herido¡±. Aytekin se queja de que su partido no ha podido llevar a cabo actos electorales en algunos barrios y distritos rurales de la provincia ¡°por la presencia del PKK¡±. ¡°El PKK, en el que se apoya el HDP, nos amenaza y utiliza la violencia. As¨ª no se puede llevar a cabo una campa?a justa¡±, afirman.

Es la misma cr¨ªtica que hacen los kurdos, quienes denuncian ¡°m¨¢s de 400 ataques¡± a sedes del HDP y a militantes en los ¨²ltimos tres meses pasados. Uno de los m¨¢s graves se produjo en Kirsehir (Anatolia Central) el 8 de septiembre cuando, tras una marcha contra el terrorismo, los manifestantes prendieron fuego a la sede del HDP, una librer¨ªa regentada por un izquierdista y cuatro negocios kurdos, a la vez que asaltaron otros 32 edificios en que viv¨ªan o trabajaban kurdos. Se cree que la muchedumbre estaba dirigida por una asociaci¨®n llamada Hogares Otomanos, que mantiene v¨ªnculos con el AKP y a la que tambi¨¦n se responsabiliza de ataques a medios opositores.