Obama da un giro a favor de las pol¨ªticas de reinserci¨®n de reclusos
Las nuevas medidas coinciden con la campa?a para reformar el sistema penal
M¨¢s de dos tercios de los presos estadounidenses vuelven a la c¨¢rcel antes de cumplir tres a?os en libertad. Otros tres cuartos son detenidos antes de que pasen cinco a?os. El presidente Barack Obama, inmerso en una campa?a por la reforma del sistema penal y de prisiones, presenta este lunes una serie de medidas para favorecer la reinserci¨®n de los presos y reducir el porcentaje de poblaci¨®n encarcelada.
En Estados Unidos hay 2,4 millones de presos, uno de cada 100 adultos norteamericanos -una de cada cuatro personas encarceladas en el mundo- y el Gobierno federal invierte 80.000 millones al a?o en el sistema de prisiones, m¨¢s que en educaci¨®n. En los ¨²ltimos meses, estas cifras han inspirado un nuevo debate sobre el papel del sistema de prisiones estadounidense en el que cada vez m¨¢s voces abogan por la reinserci¨®n frente al castigo, por la rehabilitaci¨®n de los presos frente a d¨¦cadas de prisi¨®n por delitos menores de drogas. Las reformas que propone Obama este lunes son un reflejo de este cambio de direcci¨®n.
¡°Hay una raz¨®n por la que personas de todo el pa¨ªs est¨¢n a favor de reformar nuestro sistema judicial¡±, dijo Obama en su mensaje a los ciudadanos de este fin de semana. ¡°Porque no es una cuesti¨®n de pol¨ªtica. Se trata de si como pa¨ªs podemos estar a la altura de nuestros ideales de libertad y justicia para todos¡±.
El sistema actual no ha logrado reducir las tasas de reincidencia, intactas desde que el pa¨ªs declarara la guerra contra las drogas en los a?os 70. El 68 por ciento de los presos regresen a la c¨¢rcel despu¨¦s de cumplir su primera condena, seg¨²n la Oficina de Estad¨ªsticas de Justicia. Obama propone remediarlo con tres cambios clave: permitir el acceso a viviendas p¨²blicas a los exreclusos, eliminar el proceso por el que se puede negar un empleo a cualquier ciudadano con antecedentes penales y crear programas educativos y de atenci¨®n m¨¦dica para facilitar la reinserci¨®n.
El planteamiento del mandatario estadounidense tendr¨¢ un efecto limitado, a la espera de que el Congreso apruebe una nueva legislaci¨®n para reformar el sistema actual a nivel federal. Sin embargo, la apuesta es significativa en un pa¨ªs en el que, a diferencia de Europa, cualquier conversaci¨®n entorno al crimen est¨¢ limitada al castigo y no a la reinserci¨®n desde hace m¨¢s de cuatro d¨¦cadas.
En los a?os 70, el Gobierno de Richard Nixon declar¨® la guerra contra las drogas y dispar¨® el presupuesto destinado a las fuerzas de seguridad. Desde entonces hasta 2013, la poblaci¨®n encarcelada se multiplic¨® por cuatro. Una sucesi¨®n de leyes federales y estatales endurecieron adem¨¢s las penas por delitos de drogas y limitaron los recursos p¨²blicos a los que pod¨ªan acceder los presos una vez liberados. Y es en este ¨¢rea donde Obama quiere que inyectar un cambio de direcci¨®n.
Acceso a vivienda p¨²blica y empleo
El presidente ha anunciado su respaldo a la propuesta conocida como ban the box y por la que los ciudadanos ya no tendr¨¢n que revelar si han estado en prisi¨®n a la hora de solicitar un empleo. Este requerimiento serv¨ªa para detectar el historial de cualquier solicitante, pero ha sido denunciado como una v¨ªa para discriminar contra exreclusos, dificultando su reinserci¨®n. Siete estados ya lo han prohibido y el presidente ha solicitado al Congreso que lo elimine a nivel federal.
Seg¨²n el Departamento de Justicia, entre el 60 y el 75% de ellos no encuentra trabajo durante sus tres primeros a?os en libertad, uno de los principales obst¨¢culos a la reinserci¨®n. Las empresas rechazan adem¨¢s al doble de solicitantes afroamericanos frente a los blancos cuando tienen antecedentes, seg¨²n un estudio realizado en Nueva York en 2009 por el Departamento de Justicia. Este domingo, el presidente asegur¨® que tanto los presos como empresas y organizaciones ¡°tendr¨¢n un papel que cumplir¡±.
El conjunto de reformas encaja en la campa?a de Obama para reformar el sistema judicial de Estados Unidos, en sinton¨ªa con otra iniciativa bipartidista que ha puesto de acuerdo a dem¨®cratas y republicanos tanto en el Congreso como en la campa?a presidencial de 2016. El presidente se ha beneficiado del hecho de encontrarse en el segundo mandato, la cohesi¨®n de ambos partidos y el hecho de que abogar por reducir las sentencias ya no tiene el mismo precio pol¨ªtico que hace unas d¨¦cadas.
La Casa Blanca tambi¨¦n ha anunciado la inversi¨®n de 8 millones de d¨®lares en becas para exreclusos y la creaci¨®n de una oficina que les ayude a limpiar su historial delictivo y determine si necesitan asistencia m¨¦dica o psicol¨®gica. Las medidas siguen el modelo adoptado por el estado de Texas en 2007, cuando decidi¨® invertir 240 millones de d¨®lares en programas de reinserci¨®n en vez de financiar nuevos espacios en las c¨¢rceles por valor de 2.000 millones. En los dos primeros a?os, uno de los estados m¨¢s duros con el crimen vio que la tasa de reincidencia se redujo en un 25 por ciento y la violaci¨®n de la libertad condicional en un 49 por ciento.
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