¡®Nadar¨¢n fritas con su lim¨®n¡¯
Todos los candidatos saben que en el Per¨² el rechazo de la gente significa apenas el comienzo de los requiebros
Hace unos d¨ªas, Alan Garc¨ªa lanz¨® su candidatura para tentar, por tercera vez, la presidencia de la Rep¨²blica en las pr¨®ximas elecciones generales peruanas, dentro de cinco meses.
Por el momento, Garc¨ªa mantiene una involuntaria cuanto re?ida competencia con el tambi¨¦n ex-presidente Alejandro Toledo por encabezar el antivoto: el porcentaje de ciudadanos que proclaman que de ninguna manera votar¨ªan por ¨¦l. En una encuesta nacional reciente, el 65% de los entrevistados declar¨® que ¡°definitivamente no votar¨ªa¡± por Toledo y el 64% dijo lo mismo respecto de Garc¨ªa. El 4% sostuvo que s¨ª votar¨ªa por Toledo y el 7% por Garc¨ªa.
Hay que a?adir que, sin los porcentajes abrumadores de Toledo y Garc¨ªa, el antivoto es superior a la intenci¨®n de voto de los cinco candidatos que lideran las encuestas; reflejo de la notoria desconfianza que, con sobrado fundamento, tienen los peruanos respecto de sus pol¨ªticos.
Entre los cinco que encabezan ahora las encuestas hay dos ex-presidentes (Garc¨ªa y Toledo); un ex-primer ministro (Pedro Pablo Kukczinski); una ex-primera dama (Keiko Fujimori); y un millonario creador y ex-rector de universidades de costo m¨®dico, C¨¦sar Acu?a, que confes¨® en 2013 ¨Caunque despu¨¦s trat¨® de retractarse¨C que nunca lee un libro.
Compite en gazapos con otro self-made man, Alejandro Toledo, que hace poco anunci¨® que sal¨ªa de viaje para recibir un premio Nobel. ?Premio Nobel? S¨ª, confirm¨® el ex-presidente, con el tono de voz apurado que pone cuando se da cuenta que pis¨® el acelerador en lugar del freno: se trata del ¡®nobel de la India¡¯¡; y as¨ª, mientras en el Per¨² recordaban su memorable felicitaci¨®n a Vargas Llosa por haber recibido ¡°el Premio Nobel de la Paz en Literatura¡±, Toledo era galardonado en India con el premio del Kalinga Institute on Social Sciences.
Todos los candidatos saben, sin embargo, que en el Per¨² el rechazo de la gente significa apenas el comienzo de los requiebros, danzas y serenatas de la seducci¨®n pol¨ªtica; de los cortejos, maniobras e intrigas para presentarse, en el momento de la decisi¨®n inevitable, como el partido m¨¢s conveniente. No el mejor sino el menos malo, lo cual es suficiente para una presidencia.
Y nadie lo sabe mejor que Garc¨ªa.
El 2001, pese a que los desastres de su primer gobierno estaban todav¨ªa relativamente frescos en la memoria de la gente, perdi¨® la elecci¨®n en segunda vuelta con Toledo por un margen relativamente estrecho de siete puntos. Pero su principal haza?a fue pasar a la segunda vuelta, superando en ¨²ltimo momento, luego de hacer perder el paso a la entonces favorita Lourdes Flores, a quien present¨® como ¡®la candidata de los ricos¡¯.
En 2006 volvi¨® a dar cuenta de Lourdes Flores (con quien ahora considera una alianza) para enfrentarse al entonces radical Ollanta Humala. Garc¨ªa se present¨® como el defensor de la democracia y gan¨® sin gran problema, para demostrar pronto que una cosa es la campa?a y otra la presidencia.
Tanto en los reg¨ªmenes de Toledo como en el de Garc¨ªa, la econom¨ªa peruana creci¨® notablemente (lo cual, aunque en menor grado, sucedi¨® tambi¨¦n con Humala) y el pa¨ªs progres¨® pese a las disfunciones pol¨ªticas y la fuerte corrupci¨®n que tuvieron esos gobiernos.
La memoria de disfunciones y corrupciones se expresa ahora en el antivoto. Pero la temporada de los candidatos est¨¢ por comenzar. Y entre ellos, quien mejor maneja la ret¨®rica de campa?a es Garc¨ªa.
Hace m¨¢s de medio siglo, la compositora Serafina Quinteras compuso un vals criollo, ¡°Parlaman¨ªas¡±, que, cantado entonces por los Troveros Criollos, contin¨²a expresando las promesas, las irrealidades y la seductora eficacia de la ret¨®rica de campa?a, donde importa m¨¢s lo que te hagan so?ar que lo que ver¨¢s cuando despiertes.
¡°Haremos casas de 80 pisos/ [¡] Las carreteras correr¨¢n solas/ Buques y aviones en pelot¨®n/ Y las corvinas sobre las olas/ Nadar¨¢n fritas con su lim¨®n¡±.
¡°Si usted me da un balc¨®n, yo triunfo¡±, escribi¨® el legendario Jos¨¦ Mar¨ªa Velasco Ibarra, cinco veces presidente de Ecuador. Y ahora en el Per¨², los balcones f¨ªsicos y digitales se alistan para adormecer el antivoto y convertir la decepci¨®n en ef¨ªmero romance, mientras las corvinas empiezan a nadar al encuentro de su lim¨®n.
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