La m¨ªmesis pol¨ªtica de los intelectuales en la Argentina
Se utiliza al Estado para regular un debate que se deber¨ªa mantener con total libertad
Si algo ha caracterizado hist¨®ricamente a buena parte de la intelectualidad argentina es su cr¨ªtica al poder establecido. Esto cambi¨® en la ¨²ltima d¨¦cada: el silencio intelectual de ciertos sectores, incluida la universidad, prim¨® sobre la palabra cr¨ªtica. Luego del primer turno de las elecciones presidenciales de octubre esto se ha profundizado.
Un a?o atr¨¢s, Ricardo Forster, funcionario p¨²blico y referente intelectual af¨ªn al kirchnerismo, hab¨ªa enunciado: ¡°Daniel Scioli no me representa, en absoluto¡±. Un amplio fragmento del campo de la cultura ligado al gobierno coincid¨ªa con esta afirmaci¨®n y apoyaba a Florencio Randazzo, otro candidato potencial del Frente para la Victoria. Sin embargo, todo ha cambiado en las ¨²ltimas semanas de cara al balotaje del 22 de noviembre. El alineamiento ha sido tal que Carta Abierta expres¨®: ¡°Hasta el 22 somos una sola cosa y apoyamos a Scioli sin fisuras¡±.
En esta l¨ªnea de adhesiones incondicionales, diversos rectores de universidades p¨²blicas, a trav¨¦s del Consejo Interuniversitario Nacional que los congrega, manifestaron oficialmente su voto a Scioli. Utilizaron su posici¨®n institucional para una proclama que exced¨ªa en mucho la representaci¨®n de sus comunidades universitarias (que, por supuesto, son plurales).
Por su parte, el Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Sociales, de la Universidad de Buenos Aires, lleg¨® a dictar una resoluci¨®n en la que convoc¨® ¡°a defender las conquistas¡± y a ¡°alertar sobre probables pol¨ªticas de ajuste y mercantilizaci¨®n, inspiradas por el expl¨ªcito neoliberalismo de uno de los proyectos en pugna en el balotaje electoral¡±, en referencia a Mauricio Macri. Usando la advertencia como estandarte, se llam¨® a votar a Scioli por medio de una ¡°resoluci¨®n¡±, que es un instrumento normativo que implica el cumplimiento obligatorio por parte de la comunidad universitaria. Algo que suena muy parecido a inhibir la libertad constitucional de cada docente y alumno de esa Facultad.
Dos asuntos emergen de este comportamiento tirano. Por un lado, se privatiza un espacio institucional p¨²blico. Se apropia lo p¨²blico para un fin partidario, con lo cual se deja de representar pluralmente al conjunto. Por el otro, con estas modalidades tal vez se encuentra mucho m¨¢s cerca de lo que se piensa la supuesta amenaza de la derecha conservadora organizada ¡ªtantas veces denunciada por estos sectores universitarios¡ª que pretende recortar libertades. Las universidades son de todos, no del gobierno de turno. Se utiliza al Estado para regular un debate que, especialmente en esos espacios, se deber¨ªa mantener con total libertad: autoritarismo en sede universitaria.
As¨ª, se echa por tierra una tradici¨®n intelectual siempre abierta a la disidencia (que algunos espacios mantienen, claro). Sus intelectuales claudican en el rol de cr¨ªticos p¨²blicos y pasan a duplicar, casi sin fisuras, el mensaje de la pol¨ªtica. Tal es as¨ª que una autoridad universitaria, para sorpresa de siglos de filosof¨ªa, lleg¨® a escribir ¡°los intelectuales no pueden dudar¡±. Un proselitismo resuelto: el ¡°vamos por todo¡± intelectual fundamentado en que ¡°est¨¢ en juego la defensa del modelo¡±.
Pero no parece importar que en ese modelo haya habido una manipulaci¨®n sistem¨¢tica de las estad¨ªsticas p¨²blicas (muy usadas en investigaci¨®n social); que el Jefe del Ej¨¦rcito haya sido denunciado por la presidenta de Madres de Plaza de Mayo de La Rioja de participar en la muerte de su hijo en la ¨²ltima dictadura (madre que fue silenciada por las Madres cercanas al Gobierno); que los servicios de inteligencia hayan espiado periodistas y opositores; o que en ese modelo los inundados que perdieron familiares y viviendas en la ciudad de La Plata no hayan recibido respuesta por parte de su gobernador (y candidato de turno) que huy¨® en un vuelo de primera clase. Nada de ello se torna relevante cuando se ha decretado la subordinaci¨®n de lo intelectual a lo pol¨ªtico. Ni siquiera el pasado neoliberal de Scioli.
Ser intelectual es hacer distinciones y marcar matices. Pero ciertos sectores se han dedicado a alentar incondicionalmente a los propios, como en el f¨²tbol. La ratio ha sido desterrada por la voluntas.
Desde estas l¨®gicas acad¨¦micas espurias se anuncia que un triunfo de la oposici¨®n ser¨ªa el regreso de la derecha organizada a la cual, de ganar, habr¨ªa que intentar acercarle un fin catastr¨®fico. Primero Scioli y luego su ac¨²stica, los intelectuales oficialistas, llegaron a comparar abiertamente al frente opositor Cambiemos con La Alianza del 2001, que tuvo un final tormentoso bajo el grito ¡°que se vayan todos¡±, con muertos en las calles y la coacci¨®n del peronismo.
Invitar al voto por medio de la intimidaci¨®n del caos social. Interesante. La presidenta Cristina Kirchner no se qued¨® atr¨¢s. La semana pasada, en un acto realizado en el Consejo Nacional de Investigaciones Cient¨ªficas y T¨¦cnicas, la principal instituci¨®n cient¨ªfica del pa¨ªs, sentenci¨®: ¡°Despu¨¦s nunca m¨¢s gritemos 'que se vayan todos', porque nos vamos a quedar todos los que estamos y todos los que somos¡±. Una frase un tanto amenazadora para la alternancia democr¨¢tica, pero que cientos de cient¨ªficos aplaudieron de pie.
Nicol¨¢s Jos¨¦ Isola es fil¨®sofo y doctor en Ciencias Sociales.
Twitter: @NicoJoseIsola
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