Una guerra invisible e inevitable
Los atentados del 13-N frustran la estrategia antiterrorista que Francia hab¨ªa dise?ado despu¨¦s de la matanza de 'Charlie Hebdo'
La matanza cometida en la sede del semanario sat¨ªrico Charlie Hebdo el pasado mes de enero precipit¨® una transformaci¨®n legislativa, operativa y presupuestaria de la estrategia antiterrorista francesa, pero las ambiciones del plan se han resentido de la tragedia descomunal que implica el 13-N.
Es la mayor carnicer¨ªa que Par¨ªs ha conocido desde la II Guerra Mundial y la raz¨®n por la que el presidente Hollande ha declarado un estado de emergencia nunca aplicado en toda Francia desde 1961, partiendo de una ley que se remonta a 1955 y cuyos detalles -superpoderes policiales, control de la prensa, limitaciones al derecho de reuni¨®n- pretenden neutralizar a un enemigo ubicuo, imprevisible e inevitable.
Empezando por la frustraci¨®n que supone la dificultad de rastrear los movimientos de 4.000 sospechosos fichados. Se necesitar¨ªan siete polic¨ªas y tres turnos por individuo para hacer las cosas de manera impecable, contaba un funcionario de Interior, insistiendo en que la sofisticaci¨®n de las escuchas, el refuerzo de polic¨ªas y de investigadores y la mayor coordinaci¨®n de los servicios secretos representan un mero ejercicio de voluntarismo respecto a la envergadura de la amenaza terrorista.
Para contenerla, tendr¨ªa que verificarse una unidad del precrimen con la que hab¨ªa fantaseado Philip K. Dick en sus novelas visionarias. Se trata no de prevenir, sino de castigar el delito antes de que se produzca, pero semejante aspiraci¨®n, retratada por Spielberg en Minority Report, implica el cuestionamiento del Estado de derecho. Y estimula la beligerancia con que las voces opositoras al Gobierno, entre ellas el exministro sarkozysta Laurent Wauquiez, exigen que los 4.000 sospechosos sean recluidos en un campo de internamiento, acaso con los uniformes naranjas de Guant¨¢namo.
Es una exageraci¨®n del debate entre la seguridad y las libertades, aunque el problema del terrorismo en Francia tambi¨¦n consiste en la proliferaci¨®n de sujetos no fichados, en la implicaci¨®n de los connacionales, en la categor¨ªa de los lobos solitarios y en el v¨ªnculo estructural que se ha creado entre el ISIS y los voluntarios que luego regresan al Hex¨¢gono perfectamente instruidos y convenientemente inducidos a la guerra santa.
De hecho, Francia est¨¢ expuesta m¨¢s que ning¨²n otro pa¨ªs europeo porque ha liderado desde septiembre la ofensiva militar a¨¦rea bombardeando los campos del Estado Isl¨¢mico en Siria. Reprocha la oposici¨®n a Hollande haber actuado en solitario, sin la implicaci¨®n de los dem¨¢s pa¨ªses europeos, aunque resulta a¨²n m¨¢s inquietante plantearse si la pasividad comunitaria -Espa?a forma parte de ella- no es una manera c¨ªnica de prevenirse de las represalias del terrorismo yihadista.
En tal caso, tendr¨ªa poco sentido significarse en la propaganda buenista de?Je suis Paris. Francia es un objetivo espec¨ªfico del Estado Isl¨¢mico. Espec¨ªfico y sistem¨¢tico, hasta el extremo de que Manuel Valls admiti¨® ayer que podr¨ªan sucederse nuevos atentados, sobrentendiendo que se antojan previsibles y a la vez inevitables.
?C¨®mo puede evitarse que un terrorista desenfunde una ametralladora en un restaurante? ?Qu¨¦ medios puede utilizarse para controlar a un kamikaze yihadista en un cine, en unos grandes almacenes o en la puerta de un colegio?
Sarkozy ha roto el bon ton institucional urgiendo a Hollande una plena conciencia de la respuesta, exigi¨¦ndole un despliegue polifac¨¦tico de los recursos del Estado. Todav¨ªa no se han puesto a trabajar los 3.000 funcionarios que fueron nombrados en verano para fortalecer la plantilla antiterrorista, ni se ha demostrado demasiado eficaz la coordinaci¨®n de los diferentes servicios de investigaci¨®n.
Fue en julio cuando se levantaron las siglas del EMOPT (Estado Mayor Operacional de Prevenci¨®n del Terrorismo), y es noviembre cuando los agentes de la Direcci¨®n General de la Seguridad Interior (DGSI) lamentan la precariedad de medios y la relaci¨®n esclerotizada, burocratizada, entre la justicia y la polic¨ªa, hasta el extremo de que los yihadistas convierten las garant¨ªas del Estado de derecho en un mecanismo de impunidad que dilatan hasta que sobreviene el momento del atentado.
Los autores de la matanza de Charlie Hebdo estaban fichados. Estaba fichado el autor de los cuatro cr¨ªmenes cometido en el Museo Jud¨ªo de B¨¦lgica (mayo de 2014). Y no ser¨ªa sorprendente que estuvieran fichados tambi¨¦n, como as¨ª ya parece, algunos de los terroristas implicados en la masacre del Viernes 13. Partiendo de una paradoja: aprovechan el h¨¢bitat de la democracia para acabar con ella.
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