Econom¨ªa y democracia: el malestar mexicano
En el desempe?o econ¨®mico y social se definir¨¢n la supervivencia y la calidad del arreglo democr¨¢tico del pa¨ªs
Las sociedades latinoamericanas son las m¨¢s desencantadas del orbe con la democracia. El estudio de Latinobar¨®metro 2015 se?ala que mientras en Asia 70% de los ciudadanos se dice satisfecho con la democracia, en Europa 59%, en ?frica 49% y en Am¨¦rica Latina s¨®lo 37%. Y dentro de Latinoam¨¦rica, M¨¦xico es el triste campe¨®n en la insatisfacci¨®n democr¨¢tica: s¨®lo 19 de cada 100 est¨¢n satisfechos y es la naci¨®n de la regi¨®n con menor respaldo a la democracia frente a otras formas de gobierno (48% en M¨¦xico y 56% en la AL).?
El bajo aprecio por la democracia se da aun cuando fue hace poco que M¨¦xico desmont¨® el r¨¦gimen de partido hegem¨®nico. Hace solo dieciocho a?os que el PRI perdi¨® el control hist¨®rico de la C¨¢mara de Diputados y hace apenas quince a?os, al despertar el siglo XXI, cuando ocurri¨® la primera alternancia en la presidencia de la Rep¨²blica despu¨¦s de siete d¨¦cadas de gobiernos del mismo partido. A partir de 1997 y hasta 2015, ning¨²n partido pol¨ªtico por s¨ª mismo ha obtenido la mayor¨ªa en alguna de las C¨¢maras del Congreso; en 2012 se dio una nueva alternancia en la presidencia y una nutrida pluralidad pol¨ªtica define a gobiernos y congresos locales.
Todos estos s¨ªntomas propios de un sistema democr¨¢tico ¨Calternancia, divisi¨®n de poderes, contrapesos-, no revierten el enojo de la sociedad mexicana con su sistema pol¨ªtico y las instituciones p¨²blicas. En M¨¦xico, como alert¨® en su momento el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el descontento en la democracia se torna ya en descontento con la democracia misma.
Las causas de ese malestar apuntan por supuesto al desempe?o de actores pol¨ªticos y responsables institucionales, pero tambi¨¦n a los resultados o falta de estos que la democracia ha producido en t¨¦rminos de bienestar. A la pregunta del Latinobar¨®metro acerca de la marcha de la econom¨ªa, en M¨¦xico la inconformidad es mayor a¨²n que con la democracia: s¨®lo 13% est¨¢ satisfecho con los resultados econ¨®micos (mientras que en AL es 25%) y s¨®lo 11% considera que la situaci¨®n econ¨®mica es buena (19% en la regi¨®n).
Pero no s¨®lo es la percepci¨®n de los mexicanos la que se rezaga respecto al promedio latinoamericano, tambi¨¦n lo hacen el crecimiento econ¨®mico y las remuneraciones de la poblaci¨®n. Con base en cifras de la CEPAL, el crecimiento anual de M¨¦xico entre 2000 y 2014 fue 2,03 por ciento, frente a una velocidad media de 3.02 para Am¨¦rica Latina en el mismo periodo. Adem¨¢s, de acuerdo con el ¨ªndice Doing Business, el salario m¨ªnimo en M¨¦xico (175,5 d¨®lares mensuales) es el m¨¢s bajo de AL (en Argentina es de 1.184,4 d¨®lares; en Venezuela de 707,7; en Uruguay 619,7; en Brasil 435,6; en Chile 419,0 y en Per¨² 269,1).
Entre la primera alternancia en la presidencia en M¨¦xico en el a?o 2000 y la ¨²ltima medici¨®n oficial de la pobreza en 2014, el porcentaje relativo de pobres no vari¨® (53,6% y 53,2% del total de la poblaci¨®n) pero s¨ª creci¨® en t¨¦rminos absolutos en tres millones de personas. Es decir, en los a?os de vida de la joven democracia la econom¨ªa mexicana no ha crecido lo suficiente, las remuneraciones de la poblaci¨®n no mejoran y el n¨²mero de pobres aumenta.
Quiz¨¢ el fortalecimiento de la democracia mexicana deba pasar por una suerte de alternancia en la pol¨ªtica econ¨®mica, que m¨¢s all¨¢ de las siglas del partido en el gobierno, se haga cargo de las exigencias de la demograf¨ªa ¨CM¨¦xico es un pa¨ªs de decenas de millones de j¨®venes excluidos de la educaci¨®n y del mercado formal de trabajo- y ponga ¨¦nfasis en las variables econ¨®micas reales. En el desempe?o econ¨®mico y social de M¨¦xico se definir¨¢n la supervivencia y la calidad del arreglo democr¨¢tico.
Ciro Murayama es economista, consejero electoral en el Instituto Nacional Electoral de M¨¦xico. Twitter @CiroMurayamaINE
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