La Peque?a Espa?a ahora es magreb¨ª

Hay poca actividad estos d¨ªas en la Casa de Espa?a del barrio de Saint-Denis, al norte de Par¨ªs. Tras los atentados del viernes, apenas un grupo de septuagenarios se re¨²ne a jugar a las cartas en el hogar para emigrantes del barrio, conocido como La peque?a Espa?a, y que acoge a los descendientes de espa?oles llegados a Francia a principios del siglo XX (350.000 en todo el pa¨ªs, seg¨²n el censo de 1931). El distrito que el mi¨¦rcoles despert¨® en medio de una operaci¨®n policial ha transformado por completo su estrato sociol¨®gico. Hasta 135 nacionalidades conviven en este ¨¢rea de 108.000 habitantes escogida por los terroristas para ocultarse y esconder su arsenal mort¨ªfero.

¡°Saint-Denis ha recibido inmigrantes a lo largo de toda su historia¡±, comenta Gabriel Gas¨®, director de la Federaci¨®n de Asociaciones de Espa?oles Emigrados a Francia, que recuerda c¨®mo a finales del siglo XIX los espa?oles se convirtieron en mano de obra tan barata como necesaria en plena industrializaci¨®n. ¡°Ahora el turno les toca a otros, en particular a los inmigrantes del norte de ?frica que, adem¨¢s de los salarios de miseria que tuvieron aqu¨ª nuestros padres y abuelos, han heredado la estigmatizaci¨®n con la que son observados¡±, cuenta. ¡°Los primeros emigrantes en llegar a Francia fueron los italianos y tampoco fueron bien recibidos. Solo es necesario recordar los linchamientos de los que, aunque ahora suene incre¨ªble, fueron v¨ªctimas en el sur de Francia. Cuando llegaron los espa?oles, extreme?os y castellanos la mayor¨ªa, contratados muchos como alba?iles, pasaron a ser los perseguidos¡±. Ahora, seg¨²n Gas¨®, es el turno para la emigraci¨®n del Magreb y el sur de ?frica.

Similar a Molenbeek

Solo es necesario dar un paseo por Saint-Denis para constatar la elevada presencia de poblaci¨®n musulmana. Sin embargo, las razones por las que el barrio que un d¨ªa acogi¨® a decenas de miles de espa?oles se ha convertido en refugio de un grupo yihadista se les escapan a los compatriotas que hoy habitan el barrio, comparado estos d¨ªas con el de Molenbeek en Bruselas por los radicales que se han ocultado en ¨¦l.

¡°La penuria en la que viven muchos emigrantes en Saint-Denis es el caldo de cultivo perfecto para que los imanes extremistas laven sus cerebros prometi¨¦ndoles para¨ªsos m¨ªticos¡±, opina Gas¨® apoyado en el llamado olivo de la paz, el ¨¢rbol que apela a la convivencia en el Parque de los derechos de los ni?os. A su lado, una placa conmemora a los emigrantes espa?oles de Sant-Denis ca¨ªdos en la lucha contra las fuerzas nazis ocupantes de Francia y a los enviados a campos de concentraci¨®n. ¡°Esta es una ciudad de convivencia. Pero no todos los franceses disfrutan de la misma igualdad, libertad y fraternidad. No desear¨ªa que los emigrantes de hoy en Sant-Denis sufriesen las persecuciones que vivimos los espa?oles hace 80 a?os¡±, concluye.