Macri, el millonario reinventado
El asesor Dur¨¢n Barba hizo un enorme trabajo para suavizar la imagen del futuro presidente argentino, que hace a?o y medio estaba en el 13%
Cuando alguien pregunta a las personas que conocen a Mauricio Macri casi desde ni?o, la respuesta se repite: ¡°Mauricio cambi¨®, aprendi¨®¡±. ?l mismo no para de decirlo: ¡°He aprendido mucho en estos a?os hablando con la gente¡±. Este ingeniero de 56 a?os, nacido en el seno de una de las familias m¨¢s ricas del pa¨ªs, educado en el elitista colegio Cardenal Newman, guapo, rico y famoso desde muy joven, acompa?ado por las mujeres m¨¢s bellas de Argentina, se ha reinventado por completo con un objetivo: dejar de dar miedo a los pobres y a las clases populares.
Hace solo dos a?os, todas las encuestas detectaban que Macri ten¨ªa un techo electoral porque millones de argentinos lo ve¨ªan como alguien distante, millonario, alejado de los problemas de la gente com¨²n. Era un representante cl¨¢sico de la derecha argentina, siempre minoritaria. Para muchos no era m¨¢s que el hijo de Franco Macri, una referencia de los grandes empresarios del menemismo, constructor de grandes obras y miembro destacado de lo que en Argentina se llama ¡°la patria contratista¡±, esto es los hombres de negocios cercanos al poder que obtienen las mayores obras p¨²blicas.
Macri sufri¨® un secuestro en 1991 que lo mantuvo 12 d¨ªas ¡°encerrado en un ata¨²d¡±
En ese momento, en 2014, Macri estaba en el 13% de apoyo electoral. No ayudaba su forma de hablar, claramente de clase alta, e incluso su forma de comportarse con la gente. Macri sufri¨® un dur¨ªsimo secuestro en 1991 que lo mantuvo 12 d¨ªas ¡°encerrado en un ata¨²d¡±, seg¨²n su propia definici¨®n. Lo organiz¨® una banda de polic¨ªas para sacar dinero. Asfixiado, atado a la cama, lo pas¨® muy mal hasta que su familia pag¨® el rescate y lo liberaron. Le dej¨® un gran trauma. Le qued¨® una cierta agorafobia, que sumada a su timidez reforzaba esa imagen distante, altiva.
Jaime Dur¨¢n Barba, el asesor ecuatoriano que acaba de disparar su cotizaci¨®n en el mercado con el ¨¦xito de su cliente argentino, se puso manos a la obra para dise?ar a un nuevo Macri. Y el candidato puso todo de su parte. Cambi¨®, como dicen sus amigos.
Dej¨® atr¨¢s la agorafobia, y cada d¨ªa, tres veces por semana, se iba a la casa de alg¨²n simpatizante elegido por Facebook a que le contara sus problemas. Tambi¨¦n iba casa por casa tocando el timbre, y enfrent¨¢ndose a gente que le criticaba. Todo era grabado por un enorme equipo de prensa para lanzarlo de nuevo en Facebook con v¨ªdeos emotivos de esos encuentros. En todos los carteles publicitarios, Macri aparece con gente, nunca solo. Todo estudiado para mostrar cercan¨ªa.
Dur¨¢n Barba explot¨® al m¨¢ximo la faceta m¨¢s popular del candidato: fue presidente de Boca Juniors, el club m¨¢s importante de Argentina con River Plate. El f¨²tbol lo humaniza, y Macri no para de sacarlo. En plena jornada electoral, y a sus 56 a?os, anunci¨® a los periodistas que se iba a jugar al f¨²tbol para relajarse.
Llamadas al azar
El propio Dur¨¢n Barba se?alaba el jueves pasado en conversaci¨®n con un grupo reducido de periodistas que otra clave del cambio han sido las centenares de llamadas que ha hecho a n¨²meros elegidos al azar. Les preguntaba qu¨¦ har¨ªan si fueran presidentes. Y se limitaba a escuchar. A una familia de Luj¨¢n que se quejaba de la inseguridad les cont¨® c¨®mo le marc¨® su secuestro.
En enero el padre de Macri apoyaba al kirchnerismo. Ahora est¨¢ en silencio y parece haberse reconciliado con su hijo
El Macri que siempre vivi¨® entre la ¨¦lite se mezcl¨® con los problemas de la clase media y se reinvent¨®. Y gan¨®, algo impensable hace solo dos meses. Con esa victoria ha logrado otro hito personal: superar a su padre, un l¨ªder carism¨¢tico con un car¨¢cter dur¨ªsimo que marc¨® su vida. En un pa¨ªs en el que hacer terapia es m¨¢s frecuente que ir al gimnasio, los que conocen a Macri aseguran que la idea freudiana de ¡°matar al padre¡± ha movido su ambici¨®n, sus ganas de luchar.
Hasta el pasado enero, Franco Macri apoyaba abiertamente al kirchnerismo, defend¨ªa que el jefe de Estado ten¨ªa que ¡°salir de La C¨¢mpora¡± y dec¨ªa que su hijo ¡°no tiene coraz¨®n para ser presidente¡±. Ahora el padre, ya anciano, est¨¢ en silencio y parece haberse reconciliado con el hijo triunfador que le ha superado. ¡°No esperen de ¨¦l mucho protagonismo, ya est¨¢ grande¡±, resumi¨® el hijo esta semana. El momento en el que dej¨® la empresa familiar fue un gran trauma para los Macri.
El presidente electo conserva su c¨ªrculo ¨ªntimo entre sus compa?eros del colegio, sobre todo el empresario Nicol¨¢s Caputo, una especie de hermano que se encarg¨® de llevar el dinero para pagar a los secuestradores en 1991. Pero a la vez habla de ¡°pobreza cero¡± y llena su gesti¨®n como alcalde de Buenos Aires de gestos hacia las clases bajas, como trasladar el Ayuntamiento al sur pobre o hacer l¨ªneas de metrob¨²s de barrios populares al centro.
Macri no para de contradecir el clich¨¦ que los argentinos tienen de ¨¦l. Gracias a eso gan¨®, pero sabe que tendr¨¢ que hacer mucho m¨¢s para conquistar a una parte de ese 48,6% de argentinos que a¨²n le tiene miedo o desconfianza. Ayer empez¨® ese trabajo.
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