ISIS: un itinerario

La pol¨¦mica sobre la responsabilidad que incumba al tr¨ªo de las Azores en los atentados de Par¨ªs y en la existencia del Estado Isl¨¢mico (ISIS, por sus siglas en ingl¨¦s) ¡ªseg¨²n la derecha tradicional, ninguna, y la izquierda indignada, mucha¡ª me parece desavisada. Los responsables de asesinato son quienes los cometen, y no es de recibo culpar a otros, aunque inadvertidamente contribuyeran a crear las condiciones para que el terror se convirtiera en la guerra asim¨¦trica de nuestro tiempo. Pero s¨ª existe un itinerario que cabe recorrer para mejor entender lo que pas¨®, porque nada ocurre por generaci¨®n espont¨¢nea.

La primera parada retrospectiva tocar¨ªa en la guerra de Siria-Irak, que el presidente El Asad hizo tanto por desencadenar en 2011, con la valiosa colaboraci¨®n de las potencias occidentales que armaron a los rebeldes sun¨ªes contra Damasco, y llega hasta los recent¨ªsimos bombardeos que todo parece indicar que inspiran a tantos o m¨¢s partidarios de la yihad como destruyen sobre el terreno. De ah¨ª saltamos a la invasi¨®n norteamericana de Irak en 2003, que hizo volar el poderoso contrafuerte entre sun¨ªes y chi¨ªes que era el r¨¦gimen sun¨ª de Sadam Hussein, dictador sanguinario pero que inhib¨ªa con mano de hierro el crecimiento del fanatismo terrorista. Algo tiene que ver con todo esto el adiestramiento y financiaci¨®n de los guerrilleros afganos contra Kabul y la URSS en las d¨¦cadas anteriores: Najibullah, otro dictador que Occidente no quiso tolerar, era probablemente lo menos malo para la realpolitik de las potencias en la zona. Un parteaguas fue la humillaci¨®n de 1967, con la abrumadora victoria de Israel sobre Egipto, Siria y Jordania, nunca resta?ada por la guerra de octubre, seis a?os m¨¢s tarde.

Ah¨ª es donde parte del mundo sun¨ª lleg¨® a la conclusi¨®n de que la ¨²nica guerra que pod¨ªa ganar era la del terrorismo, frustraci¨®n que sigue alimentando la inexistencia de negociaciones de paz dignas de tal nombre; remont¨¢ndonos al comienzo institucional de la historia se llega a la imposici¨®n de los mandatos, franc¨¦s sobre Siria y L¨ªbano, y brit¨¢nico sobre Irak y Transjordania-Palestina, al fin de la Gran Guerra (1914-18). Y para redondear solo faltar¨ªa citar la conquista de Argelia iniciada en el reinado de Luis Felipe (1830), y extendida al resto de ?frica del norte por la propia Francia, junto con Italia y Gran Breta?a en las d¨¦cadas siguientes.

A la disoluci¨®n de la URSS en 1991 la geopol¨ªtica qued¨® renqueante; los vislumbres de un enemigo de sustituci¨®n encarnado por Al Qaeda, con su c¨²spide en la matanza de las Torres Gemelas (2001), se revelaron insuficientes. Y la gran pregunta es si los esfuerzos de Francia por crear una coalici¨®n internacional que borre del mapa la base territorial del ISIS lograr¨¢n que el yihadismo acabe por asumir ese papel. Pero todo lo que no haga la propia comunidad ¨¢rabe-isl¨¢mica est¨¢ amenazado de inutilidad, porque la reconstrucci¨®n de un imperio mundial que pretende el terrorismo del ISIS es m¨¢s una idea que un pa¨ªs; la enfermedad psiqui¨¢trica que padece parte del islam es lo que hay que sanar, empezando por Arabia Saud¨ª y las monarqu¨ªas del Golfo. Y contra eso no hay coalici¨®n que valga.