El 57% de las personas con VIH en el mundo a¨²n no reciben tratamiento
La OMS recomienda que se medique a todos los infectados desde el primer momento
La tranquilidad relativa con la que se afronta la infecci¨®n por el VIH en los pa¨ªses occidentales no es extensiva al resto del planeta, que es donde se da la mayor parte de los casos. La clave est¨¢ en el acceso a la medicaci¨®n, esa combinaci¨®n de f¨¢rmacos que ha conseguido que la mayor¨ªa de las personas infectadas que la reciben hayan cronificado la enfermedad. En Espa?a, por ejemplo, el Ministerio de Sanidad calcula que m¨¢s del 92% de las personas diagnosticadas est¨¢n en tratamiento. Pero en el mundo, seg¨²n los datos de Onusida, el panorama cambia: hay 16 millones de personas medicadas, lo que representa el 43% de los infectados. El resto, 21 millones (el 57% de los afectados) a¨²n no tiene acceso a los antivirales.
Espa?a se borra de la lista de donantes
Espa?a est¨¢ desaparecida de la lista de donantes al Fondo Mundial contra el Sida, la Malaria y la Tuberculosis. La crisis acab¨® con una cooperaci¨®n que entre 2001 y 2013 supuso una aportaci¨®n de m¨¢s de 600 millones de euros. En 2011, a rebufo de una crisis de confianza en la organizaci¨®n por el mal uso de los fondos en algunos pa¨ªses, el Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero suspendi¨® las aportaciones. Dej¨® incluso a deber los ¨²ltimos 150 millones de euros comprometidos. M¨¢s tarde Espa?a anunci¨® nuevas aportaciones. No lo cumpli¨®.
Hace un a?o, Onusida calculaba que m¨¢s del 50% de los afectados que la necesitaban ya recib¨ªan medicaci¨®n. Era un gran logro. Y no es que haya habido un retroceso. Lo que ha ocurrido este a?o es que los criterios de la propia OMS han cambiado: ya no se establece que hay que tratar a partir de un determinado deterioro del sistema inmunitario (el que se destruye por el efecto de VIH). Ahora la evidencia cient¨ªfica ha demostrado que lo mejor es medicar desde el principio. Es preferible afrontar los posibles efectos secundarios de las pastillas que el deterioro del sistema inmunitario. Este lleva al sida, la inmunodeficiencia que causa que el afectado sufra m¨²ltiples infecciones, hasta llegar a un debilitamiento general que le ocasiona la muerte. Al cambiar los requisitos, ha aumentado el n¨²mero de personas que deben ser tratadas. Y, de nuevo, hemos vuelto a que sean menos de la mitad de quienes lo necesitan.
Esta es la mayor novedad este a?o. En cifras generales, la epidemia mantiene su ca¨ªda paulatina. Aunque a¨²n se est¨¢ lejos de controlarla. En 2014, ¨²ltimo a?o con datos, a¨²n hubo 1,2 millones de muertes asociadas al sida. Son muchas, pero confirman el descenso de los ¨²ltimos a?os. En 2005 esta cifra alcanz¨® su m¨¢ximo, con 2,2 millones. De las ocho regiones en que Onusida divide el planeta, en seis ha habido una disminuci¨®n desde 2011, por ejemplo. Y ello incluye al centro y sur de ?frica, donde se concentran los fallecimientos (790.000, el 65% del total), Asia-Pac¨ªfico y Latinoam¨¦rica, con 42.000 muertes, un 31% menos que en 2001, cuando la regi¨®n lleg¨® a su m¨¢ximo.?
La disminuci¨®n de los fallecidos ha supuesto que cada vez haya m¨¢s personas que viven con el VIH. Estas son ya 36,9 millones. Esto, en s¨ª, es una buena noticia, pero supone, sobre todo en pa¨ªses menos ricos, un importante esfuerzo para mantenerles la medicaci¨®n. No solo econ¨®mico, sino de infraestructuras.
Tambi¨¦n el n¨²mero de nuevos infectados va en descenso. Ello se debe a las campa?as de prevenci¨®n y, sobre todo, al aumento de personas que siguen tratamiento antiviral. Este ha demostrado ser un eficaz freno para la propagaci¨®n de virus. Las personas que lo toman y a las que les hace efecto ¡ªla mayor¨ªa¡ª consiguen reducir la cantidad de VIH en su sangre tanto que se vuelven no infectivas. Pese a ello, el ¨²ltimo a?o hubo dos millones de infecciones. Muchas, pero un 41% menos que los 3,4 millones de 1984.
Donde no se ven avances es en el n¨²mero de personas que siguen sin saber su estado. En eso los pa¨ªses ricos y los pobres muestran la misma tendencia, con una peque?a diferencia: el porcentaje de personas que no saben que tienen el VIH se calcula que ronda el 30% en Occidente, y el 50% en ?frica, por ejemplo.
Este dato es especialmente importante si se quieren cumplir los objetivos de tener controlada la epidemia en 2030. Para ello la OMS se ha fijado un objetivo intermedio: que, en 2020, el 90% de los infectados sepan que lo est¨¢n; que, de ellos, el 90% reciba medicaci¨®n; y que, de estos ¨²ltimos, el 90% llegue a controlar el virus hasta mantenerlo indetectable en su sangre. Como se ve, un objetivo ambicioso a cinco a?os vista, que solo un mayor esfuerzo pol¨ªtico y la ayuda de los gen¨¦ricos, que han abaratado el tratamiento de los 6.000 euros anuales a 300 en los pa¨ªses m¨¢s pobres, pueden conseguir.
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