El verbo que casi hizo naufragar el acuerdo contra el cambio clim¨¢tico

Fue ya en el tiempo de descuento, cuando todos daban por seguro que el primer acuerdo global contra el cambio clim¨¢tico se firmar¨ªa en la capital francesa. El texto de la propuesta final ya estaba listo para que los 195 pa¨ªses presentes en el plenario de la Cumbre del Clima lo aprobaran.

Pero en la ¨²ltima versi¨®n, que incluso fue traducida del ingl¨¦s a las distintas lenguas oficiales en la ONU, hab¨ªa un problema. En el art¨ªculo 4, el que hace referencia a las obligaciones en el recorte de emisiones de gases de efecto invernadero por parte de los firmantes, aparec¨ªa la palabra "deber¨¢n" ("shall", en ingl¨¦s). En concreto, se dec¨ªa: "Las partes que son pa¨ªses desarrollados deber¨¢n seguir encabezando los esfuerzos y adoptando metas absolutas de reducci¨®n de emisiones para el conjunto de la econom¨ªa". Tambi¨¦n se establec¨ªa que cada firmante "deber¨¢ preparar, comunicar y mantener" sus planes de recorte de emisiones de di¨®xido de carbono.

Esta formulaci¨®n, seg¨²n indican fuentes de las negociaciones, situaba en una posici¨®n complicada a EE UU. El grado de vinculaci¨®n del acuerdo de Par¨ªs ha sido uno de los puntos que han centrado los debates dentro de esta cumbre. El Gobierno norteamericano, con una posici¨®n d¨¦bil en el Senado, ha hecho que del pacto desaparezca, por ejemplo, la vinculaci¨®n legal de los objetivos de cada pa¨ªs a la hora de reducir las emisiones. Esto no quiere decir que la Administraci¨®n de Barack Obama no quiera actuar. Como otros 187 pa¨ªses, EE UU ha presentado ante la ONU un plan concreto de mitigaci¨®n en el que se compromete a recortar sus emisiones entre un 26% y un 28% en 2025. Pero EE UU tem¨ªa problemas futuros si en el pacto aparec¨ªa un objetivo concreto fijado desde fuera.

El s¨¢bado, tras detectarse la f¨®rmula "deber" en el texto, la presidencia francesa decidi¨® cambiarlo. Y el texto qued¨® redactado as¨ª: "las partes que son pa¨ªses desarrollados deber¨ªan seguir encabezando los esfuerzos y adoptando metas absolutas de reducci¨®n de emisiones para el conjunto de la econom¨ªa". Se cambi¨® "deber¨¢n" (shall) por "deber¨ªan" (should). Estas dos f¨®rmulas hab¨ªan estado entre corchetes en los borradores del texto que se hab¨ªan trabajado durante los ¨²ltimos d¨ªas, lo que significaba que no hab¨ªa acuerdo. Seg¨²n fuentes de la negociaci¨®n, "en la versi¨®n anterior aparec¨ªa "should", pero hubo un error en el ¨²ltimo texto". "Esto ya estaba acordado", a?aden.

La presidencia de la cumbre, que estaba en manos de Francia por ser la anfitriona de la reuni¨®n, justific¨® el cambio como un error suyo a la hora de plasmar el texto. Tras dar unas breves explicaciones, Laurent Fabius, ministro franc¨¦s de Exteriores, pregunt¨® si todos estaban de acuerdo con el pacto y lo dio por aprobado.

El ¨²nico pa¨ªs que puso problemas fue Nicaragua, que critic¨® el cambio y dijo que no pod¨ªa respaldar el texto final. Pero este pa¨ªs, que ha sido muy duro en las negociaciones, no bloque¨® el pacto. Lanz¨® sus cr¨ªticas una vez que el acuerdo ya hab¨ªa sido dado por aprobado por la presidencia francesa de la cumbre.?

En ese art¨ªculo 4 est¨¢n resumidas muchas de las tensiones que durante a?os han impedido firmar un acuerdo mundial del clima. Una era esa vinculaci¨®n, que tampoco hac¨ªa gracia a China e India. Otra es la diferenciaci¨®n, que se mantiene en el texto final. China e India rechazaban que se les metiera en el mismo bloque que los pa¨ªses desarrollados a la hora de hacer esfuerzos. Finalmente, en el art¨ªculo se sit¨²a a los industrializados como aquellos que deben encabezar los "esfuerzos" y reducir emisiones. Al resto, entre ellos China e India, "se les alienta" a que, "con el tiempo", pongan en marcha "metas de reducci¨®n o limitaci¨®n de las emisiones". Pero teniendo en cuenta "las diferentes circunstancias nacionales". Mantener esta doble velocidad ha sido una de las principales reivindicaciones de los emergentes durante la negociaci¨®n.