Trabas para viajar, exportar o invertir

El cepo cambiario ha consistido en una acumulaci¨®n de limitaciones en el mercado de divisas con diversas consecuencias problem¨¢ticas.

Compra limitada de d¨®lares

Los ahorradores solo pod¨ªan comprar d¨®lares por el equivalente al 20% de los ingresos declarados. Hacienda era la que autorizaba un determinado cupo mensual para adquirir la moneda estadounidense, que es aquella en la que las clases altas y medias de Argentina han ahorrado desde la d¨¦cada de los setenta. Adem¨¢s, reg¨ªa un tope de hasta 2.000 d¨®lares por mes. Aquellos que no recib¨ªan la autorizaci¨®n oficial recurr¨ªan al mercado blue o ilegal, que funcionaba en las llamadas ¡°cuevas¡± de las propias casas de cambio, sociedades burs¨¢tiles o agencias de viajes. Hasta ayer mismo, el d¨®lar oficial cotizaba a 9,83 pesos y el ilegal, a 14,48.

Permiso a los turistas

Los viajeros deb¨ªan pedir autorizaci¨®n a Hacienda para hacerse con divisas. Los residentes que viajaban al extranjero solo pod¨ªan adquirir por la v¨ªa oficial lo que las autoridades les permit¨ªan seg¨²n un misterioso criterio que ten¨ªa en cuenta el destino y la cantidad de d¨ªas del viaje. En cambio, pod¨ªan pagar sin restricciones con tarjeta de cr¨¦dito o d¨¦bito fuera de su pa¨ªs. Pero muchos recurr¨ªan al mercado ilegal. Los turistas extranjeros tambi¨¦n cambiaban sus divisas en las ¡°cuevas¡± para conseguir una mejor tasa de cambio, y al irse solo pod¨ªan deshacerse de sus pesos en esos locales.

Dinero preso y poca inversi¨®n

Las multinacionales apenas pod¨ªan girar los beneficios a sus casas matrices. El Banco Central autorizaba con cuentagotas que las filiales de empresas extranjeras repatriaran beneficios a sus pa¨ªses de origen, lo que desalent¨® la inversi¨®n. Se calcula que estas compa?¨ªas acumulan unos 10.000 millones de d¨®lares sin remitir a sus pa¨ªses, seg¨²n Mat¨ªas Kulfas, que fue gerente general del Banco Central entre 2012 y 2013, y que ahora considera que el cepo fue un ¡°error¡±. Ese dinero se ver¨ªa afectado por la devaluaci¨®n que provocar¨¢ la liberaci¨®n del tipo de cambio, con las consiguientes p¨¦rdidas para las empresas.

Pero no solo se desincentiv¨® la inversi¨®n extranjera, sino la de los propios argentinos, que han acumulado fuera del sistema financiero, en cajas fuertes y en bancos del extranjero, hasta 400.000 millones a lo largo de la historia, seg¨²n la ONG Tax Justice Network. Pocos estaban dispuestos a traer d¨®lares para cambiarlos en el mercado oficial cuando en el ilegal cotizaban entre el 50% y el 70% m¨¢s caros, seg¨²n la temporada.

Barreras a las compras

Los importadores necesitaban autorizaci¨®n para comprar divisas con las que pagar los productos. En 2012 se generalizaron las barreras para las compras externas no solo para bienes de consumo sino tambi¨¦n para insumos y maquinarias usados por el aparato productivo de Argentina. En la actualidad, los importadores, incluidas las industrias locales, deben 9.500 millones a sus proveedores del extranjero. Las trabas impidieron que el peso caro incentivara un aluvi¨®n de productos importados.

Desaliento a la exportaci¨®n

Muchos exportadores perdieron competitividad por la apreciaci¨®n de la moneda argentina, tanto en la agricultura como en la industria y los servicios. Una devaluaci¨®n los alentar¨ªa. Sin embargo, las exportaciones de bienes y servicios de Argentina suponen solo el 15% de su PIB, lo que evidencia que su mercado interno es clave para su econom¨ªa y una depreciaci¨®n del peso lo deteriorar¨¢.?