Las alertas por contaminaci¨®n se vuelven cotidianas
La ONU calcula que el 70% de la poblaci¨®n mundial vivir¨¢ en ciudades en 2050 Las megaurbes buscan ponerle freno ahogadas por la poluci¨®n y los problemas de salud
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Desde Mil¨¢n a Nueva Delhi pasando por S?o Paulo y El Cairo. Las alarmas por contaminaci¨®n recorren el planeta. "Es uno de los problemas de salud p¨²blica m¨¢s importantes del mundo", se?ala Mar¨ªa Neira. La directora de Salud P¨²blica y Medio Ambiente de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) recuerda que "la contaminaci¨®n causa siete millones de muertes prematuras al a?o". Adem¨¢s, no solo se trata de enfermedades respiratorias: "Las part¨ªculas PM-2,5 [las m¨¢s peque?as] tambi¨¦n entran en nuestro sistema sangu¨ªneo y causan infartos y enfermedades cardiovasculares".
M¨¢s coches el¨¦ctricos y menos carb¨®n en Pek¨ªn
El n¨²mero de alertas por contaminaci¨®n ha aumentado significativamente este a?o en la capital china. Pero se debe a que el umbral para decretarlas se ha rebajado y es m¨¢s f¨¢cil rebasarlo. As¨ª se explica que la capital china nunca hubiera decretado una alerta roja en la historia y que solo este mes de diciembre lo haya hecho dos veces. El ¨²ltimo plan quinquenal de Pek¨ªn (2013-2017) contempla reducir el uso del carb¨®n: pasar de las 23 millones de toneladas anuales de 2012 a los 13 millones en 2017. Tambi¨¦n obliga a ciertas f¨¢bricas que producen acero, cemento y hierro a disminuir en un 30% sus emisiones. A otras se les ha amenazado con el cierre si no mejoran sus sistemas de tratamiento de residuos. Adem¨¢s, la ciudad calcula que en dos a?os el parque de veh¨ªculos el¨¦ctricos alcanzar¨¢ las 200.000 unidades (en todo el pa¨ªs circulaban en 2014 algo m¨¢s de 83.000).
Desde la Administraci¨®n estatal, se ha fijado el objetivo de reducir en un 40% la concentraci¨®n de las part¨ªculas PM-2,5 en 2020 respecto a los niveles de 2013 en el corredor Pek¨ªn-Tianjin-Hebei. Este es un reto en extremo complicado, ya que, con el crecimiento de poblaci¨®n previsto, solo lograr que la poluci¨®n no aumente requiere un ingente esfuerzo.
Los sistemas de control y alerta empiezan a generalizarse. Mil¨¢n, Roma y N¨¢poles han restringido el tr¨¢fico en diciembre para reducir la concentraci¨®n de part¨ªculas PM-10 tras saltar esas alarmas. En Madrid, se han tenido que aplicar medidas parecidas por la acumulaci¨®n de di¨®xido de nitr¨®geno.
Este es un fen¨®meno ligado a la concentraci¨®n de la poblaci¨®n en las ciudades. En 1994, 2.300 millones de personas viv¨ªan en zonas urbanas. Veinte a?os despu¨¦s eran ya 3.900, lo que supone la mitad de la poblaci¨®n mundial. La previsi¨®n de la ONU es que en 2050 se llegue a los 6.300 millones: casi el 70% de los seres humanos se concentrar¨¢ en entornos urbanos. La ONU estima que el ritmo m¨¢s alto de la tasa de urbanizaci¨®n se dar¨¢ en ?frica y Asia, donde ya est¨¢n localizadas las aglomeraciones m¨¢s grandes del planeta: Tokio (37,32 millones) y Nueva Delhi (22,7).
Niveles peligrosos
Un reciente estudio de la NASA mostraba la evoluci¨®n de las concentraciones de di¨®xido de nitr¨®geno entre 2005 y 2014. Se aprecia una reducci¨®n de la presencia de este contaminante en Europa y EE UU en la ¨²ltima d¨¦cada. Pero se observa un crecimiento considerable en las ciudades de India y China.
Tambi¨¦n, en urbes como El Cairo, donde el nivel de poluci¨®n es 20 veces mayor que lo recomendado por la OMS. Los 18,8 millones de cairotas respiran una cantidad de gases t¨®xicos equivalente a fumar un paquete de cigarrillos al d¨ªa. A pesar de ello, el Gobierno no realiza una medici¨®n peri¨®dica de la poluci¨®n. El Ejecutivo levant¨® en 2015 la prohibici¨®n sobre la compra de carb¨®n por parte de las empresas para que la usen como combustible. "La calidad del aire no es una preocupaci¨®n para el Gobierno. La sustituci¨®n del gas por el carb¨®n va comportar consecuencias muy negativas para la salud", apunta Amina Sharaf, experta de la ONG Centro Egipcio para los Derechos Econ¨®micos y Sociales. Una situaci¨®n parecida se vive en Nueva Delhi, "donde no hay un sistema de alertas", recuerda Neira.
Pero en las grandes ciudades de China ya se est¨¢n adoptando planes de control y avisos. La capital, Pek¨ªn, cuenta con un sistema de alerta desde 2013 que se basa en una escala de cuatro colores; el rojo es el m¨¢s grave. El programa contempla una serie de restricciones sobre el tr¨¢fico, la construcci¨®n y las industrias. A principios de diciembre, la ciudad activ¨® por primera vez la alerta roja, que es la que m¨¢s trastoca la rutina de sus 20 millones de habitantes por el cierre de guarder¨ªas y colegios y por las restricciones al uso de veh¨ªculos privados.
Pero, como recuerda la delegada de Movilidad de Madrid, In¨¦s Saban¨¦s, estas son "medidas de emergencia". "Lo importante es establecer medidas estructurales", a?ade. Acciones como las que contempla el plan estrat¨¦gico de S?o Paulo (21,1 millones de habitantes) para el periodo 20142016, como que el 100% de la flota de autobuses se alimente de fuentes renovables o programas para reducir el uso de coches. "Una parte fundamental del problema viene de los combustibles f¨®siles", apunta Mar¨ªa Neira. A pesar de estar desencadenado por gases diferentes, el calentamiento global y la poluci¨®n comparten enemigo. "Si no se cambia el modelo por el clima, hag¨¢moslo por la salud", a?ade la responsable de la OMS.
Con informaci¨®n de Ricard Gonz¨¢lez y Carla Jim¨¦nez.
Nueva Delhi, el aire m¨¢s sucio del mundo
La OMS calific¨® en 2014 el aire de Nueva Delhi como el peor del mundo. Este invierno el Tribunal Supremo de Delhi dijo que era una ¡°situaci¨®n de emergencia¡±. El Supremo y el Gobierno de la ciudad han decretado medidas para paliar el problema desde el 1 de enero y durante dos semanas. Por ejemplo, reducir a la mitad el n¨²mero de veh¨ªculos privados en la ciudad y se ha prohibido temporalmente la venta de coches di¨¦sel con motores de m¨¢s de 2.000 cent¨ªmetros c¨²bicos, as¨ª como la entrada de camiones de m¨¢s de 10 a?os.
¡°Este es solo un comienzo para empezar a reducir la contaminaci¨®n, pero consideramos que es bueno¡±, asegura Anumita Roy Chowdhury, directora del Centro para la Ciencia y el Medioambiente. ¡°Deben realizarse cambios que perduren: un transporte p¨²blico que logre que la gente deje los coches, mejores rutas que conecten diferentes partes del pa¨ªs para que los camiones no tengan que cruzar Nueva Delhi¡±, dice Prashant Kumar, de la Universidad de Surrey.
Desde abril el ?ndice Nacional de Calidad del Aire monitorea la contaminaci¨®n en las ciudades, pero no hay un sistema de alerta; tampoco en Delhi, donde entre 2007 y 2014 las part¨ªculas aumentaron un 98% y el di¨®xido de nitr¨®geno, un 55%.
¡°Hace solo un par de a?os que en India se ha estado tomando consciencia de la contaminaci¨®n. Este es un proceso en el que todos estamos aprendiendo, desde la gente, los medios, el gobierno. Necesitamos seguir haciendo pol¨ªtica al respecto y que se transforme en regulaciones a nivel nacional en grandes ciudades y tambi¨¦n en m¨¢s peque?as que ya empiezan a sufrir de estos problemas¡±, asegura Chetan Bhattacharji, editor de la televisora NDTV.
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