El a?o que vivimos confusamente
Los atentados del ISIS han inoculado en Occidente el miedo ante el futuro
Los mejores carecen de toda convicci¨®n y los peores est¨¢n llenos de apasionada intensidad. W.B. Yeats, poeta irland¨¦s
Durante las celebraciones de Nochevieja en Nueva York, Londres, Par¨ªs, Madrid, M¨²nich, Bruselas y muchas ciudades m¨¢s las multitudes ten¨ªan un ojo puesto en los fuegos artificiales, el otro atento al peligro de una bomba de verdad. Tal confusi¨®n y miedo caracterizaron en 2015 el estado de ¨¢nimo de pa¨ªses que hasta la reciente crisis econ¨®mica hab¨ªan alcanzado grados de bienestar y libertad jam¨¢s vistos en la historia de la humanidad.
Domin¨® las noticias la amenaza del ISIS y los atentados de Par¨ªs, la expresi¨®n m¨¢s lacerante de una ansiedad e incertidumbre cuyos s¨ªntomas hemos visto en fen¨®menos tan diversos como la popularidad del demagogo Donald Trump en Estados Unidos, la implacable guerra siria, el creciente protagonismo geopol¨ªtico del autoritario Vlad¨ªmir Putin, la ola de refugiados que cae sobre Europa, la desigualdad social y la inseguridad econ¨®mica general, la intolerante correcci¨®n pol¨ªtica, el auge de la extrema derecha xen¨®foba en Francia, las dudas que despierta entre los alemanes la ya no tan f¨¦rrea Angela Merkel y, en Espa?a, el mar de los Sargazos en el que naufraga la pol¨ªtica catalana y nacional.
Las preguntas abundan. ?Bombardear las bases de ISIS o no? ?Coartar la libertad individual para contener el terrorismo? ?Cerrar las fronteras a los miserables de la tierra? ?Total libertad de expresi¨®n aunque algunos se ofendan? ?Austeridad o rienda suelta al gasto p¨²blico? ?Pactar con Putin y Asad? ?Coaliciones o no coaliciones? ?Refer¨¦ndum en Catalunya?
Respuestas claras las dicen tener algunos, especialmente desde la oposici¨®n pol¨ªtica, donde todo es m¨¢s f¨¢cil porque no hay que elegir, como cuando se gobierna, entre dos males. Sea desde la izquierda o la derecha ¡ªdesde Podemos en Espa?a o el Frente Nacional en Francia, desde el independentismo catal¨¢n al Trumpismo en Estados Unidos¡ª se asumen posturas inequ¨ªvocas que pretenden saciar el hambre de certidumbre de las masas. Algunos optan por creer en los sermones de los predicadores pero, al menos hasta ahora, la mayor¨ªa prefiere entender que no hay soluciones m¨¢gicas a la pobreza y el desempleo, a los conflictos ancestrales de Oriente Pr¨®ximo, a los retos que presenta la inmigraci¨®n y la confluencia geogr¨¢fica de culturas con historias, creencias y filosof¨ªas fundamentalmente distintas. Hay que tener mucha fe para creer en la magia de que a la vuelta de la esquina est¨¢ el para¨ªso, o incluso un mundo mejor.
Eso es lo que tiene ISIS, esa es la ventaja competitiva con la que juega. Nos amenaza no solo porque en cualquier momento puede poner una bomba en un avi¨®n, o en un tren, o en un teatro o en una plaza llena; tambi¨¦n porque representa todo lo que no somos y que anhelamos: un colectivo que lo tiene todo absolutamente claro. El espejo ante el pasado que nos ofrece pone de manifiesto nuestra moderna perplejidad. Hace 500 a?os los habitantes de Europa no ten¨ªan las dudas existenciales que tenemos hoy. En 1516 cre¨ªan en Dios y en el cielo y el infierno; en 2016, gracias entre otros a Voltaire y a Darwin, convivimos con la duda. Si creemos en algo es en el mercado, que parec¨ªa haber triunfado despu¨¦s del ocaso de la religi¨®n secular comunista, pero tras ocho a?os de crisis aquel ¨ªdolo nos decepciona. El consumismo es lo que m¨¢s nos une pero no nos llena el alma, como no deja de recordarnos el papa Francisco. Pero ni ¨¦l tiene el poder de convencimiento de los cl¨¦rigos fan¨¢ticos del ISIS. El Papa pide paz en Oriente Pr¨®ximo pero sus palabras se pierden en el viento huracanado de la guerra santa.
El Estado Isl¨¢mico juega con ventaja: es un colectivo que lo tiene todo absolutamente claro
Otro s¨ªntoma del desconcierto en el ambiguamente cristiano Occidente lo ofreci¨® hace poco el arzobispo de Canterbury, el l¨ªder la Iglesia anglicana (85 millones de fieles), cuando dijo que los ¨²ltimos atentados de Par¨ªs le hab¨ªan hecho dudar de su fe en Dios. ¡°Me han abierto una grieta en la armadura¡±, confes¨®. Lo cual no es exactamente la receta m¨¢s recomendable para evangelizar a las masas.
El ISIS, en cambio, prospera en su campa?a evangelizadora entre j¨®venes criados en Europa o Estados Unidos. Miles se han unido a la yihad. Cada uno de ellos tendr¨¢ su historia, como el converso al islam con un historial de enfermedad mental detenido la semana pasada por planear un atentado en Nueva York. Pero lo que todos tienen en com¨²n es la b¨²squeda de esa certeza divina de la que carecemos en los pa¨ªses ricos de Occidente. Aqu¨ª ni siquiera tenemos claro si debemos responder al fuego del ISIS con m¨¢s fuego y no pasa un d¨ªa sin que en alguna universidad se debata si se deber¨ªa permitir que d¨¦ una conferencia, o una clase, alguien bajo sospecha de discrepar de la ¨²ltima noci¨®n de lo que se debe o no opinar sobre el sexo, el feminismo o, incluso, la religi¨®n.
Una novedad que nos ha dejado el a?o 2015 ha sido lo que en el mundo acad¨¦mico anglosaj¨®n llaman el concepto de safe spaces, de ¡°lugares seguros¡± donde los estudiantes se pueden refugiar de todo lo feo, lo desagradable o lo duro que inevitablemente nos presenta la vida terrenal. El ISIS ofrece a sus devotos una especie de parodia de este fen¨®meno: un lugar de absoluta seguridad moral donde la violencia y el desprecio m¨¢s salvaje por nuestra delicadeza sobre cuestiones como la orientaci¨®n sexual, la igualdad de las mujeres o la libertad religiosa ofrecen el camino al para¨ªso celestial.
La cuesti¨®n en 2016 y en adelante ser¨¢ si surgir¨¢n m¨¢s l¨ªderes iluminados capaces de encandilar a las masas
No es ninguna casualidad que como contrapartida laica a las certezas del ISIS hayan surgido nuevos l¨ªderes y partidos pol¨ªticos en Occidente que tambi¨¦n venden ant¨ªdotos certeros al aturdimiento general. La cuesti¨®n en 2016 y en adelante ser¨¢ si se consolidar¨¢ la tendencia y surgir¨¢n m¨¢s l¨ªderes iluminados, m¨¢s peligrosos que los de hoy, capaces de encandilar a las grandes masas. Vale tener en cuenta que lo que algunos ya dicen de los musulmanes recuerda lo que dijeron otros, en otra ¨¦poca de confusi¨®n y declive econ¨®mico, de los jud¨ªos. Hay motivos para sospechar que de aqu¨ª a fin de a?o viviremos con m¨¢s miedo y confusi¨®n que hoy.
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