Coco: ¡°Nos re¨ªmos incluso de la muerte¡±
¡°Solo se trata la blasfemia si es necesaria, si est¨¢ justificada¡±, explica la dibujante
Un a?o despu¨¦s del atentado contra la revista sat¨ªrica Charlie Hebdo, Corinne Rey, Coco, sigue movi¨¦ndose por Par¨ªs con escolta y acude a trabajar a la revista a una direcci¨®n que, por seguridad, es secreta. Coco fue la que, bajo amenaza, tuvo que abrir la puerta de la redacci¨®n de la publicaci¨®n a los hermanos Ch¨¦rif y Said Kouachi, que en nombre de Al¨¢ mataron a 12 personas, la mayor¨ªa de ellas compa?eros de la revista, muchos, dibujantes tan afamados como St¨¦phane Charbonnier (Charb), Jean Cabut (Cabu), Georges Wolinski o Bernard Verlhac (Tignous). Coco nunca ha querido rememorar p¨²blicamente aquellos momentos y se queja de la falta de pudor de los medios a la hora de intentar escarbar en sentimientos y detalles escabrosos de la matanza. Tiene 33 a?os y espera poder pasar p¨¢gina ayud¨¢ndose del primer aniversario de la tragedia que conmocion¨® a toda Francia.
Pregunta. Ha pasado un a?o del atentado de Charlie Hebdo. ?C¨®mo va usted?
Respuesta. Mejor. El tiempo pasa, lo que es importante cuando se vive algo tan duro y excepcional. Tras los atentados, me result¨® evidente volver enseguida a dibujar. Lo necesitaba. Tuve el inmenso privilegio de trabajar con Cabu, Charb, Luz y los dem¨¢s. Aprend¨ª todo de ellos. Tras lo ocurrido, me dije que deb¨ªa seguir por ellos. Creo que ellos habr¨ªan hecho lo mismo. Que la revista continuara era, adem¨¢s, la ¨²nica respuesta posible. No pod¨ªa morir por culpa de esos imb¨¦ciles.
P. ?Ha cambiado el humor? ?Se r¨ªen ustedes de la misma manera que antes?
R. Nos seguimos riendo de todo porque es el sentido ¨²ltimo de nuestro oficio. Es la actualidad la que nos dicta los temas y buscamos la reflexi¨®n, las preguntas y dar nuestro punto de vista. Lo que me gusta de la vi?eta de prensa es el compromiso que hay detr¨¢s del dibujo. Y lo que m¨¢s me gusta de Charlie es la libertad. El clima es tenso pol¨ªtica y socialmente, pero eso no nos debe impedir re¨ªrnos de todo; incluso de la muerte.
P. ?Ha cambiado su modo de trabajar?
R. Mucha gente me dice que he evolucionado. Ahora sabemos que ya no somos esa peque?a publicaci¨®n que trabaja en un rinc¨®n y que ni siquiera ten¨ªa 30.000 suscriptores. Lo que lamento es que hayamos tenido que sufrir un acontecimiento tan tr¨¢gico para que la gente comprendiera lo importante y necesario que es Charlie para nuestra democracia y nuestra libertad de expresi¨®n. Ahora hay mucha gente que no conoc¨ªa nuestra revista y la han descubierto tras el atentado. Intentamos mantener la finura, la iron¨ªa y la s¨¢tira, pero desconfiamos de los dobles sentidos.
P. ?C¨®mo han vivido los atentados del 13 de noviembre?
R. Inevitable volver atr¨¢s. Ten¨ªamos ya preparado el siguiente n¨²mero de la revista y rehicimos todo. Extra?amente, dibuj¨¦ f¨¢cilmente, como si tuviera algo en com¨²n con lo que acababa de ocurrir. Hice un monigote, un parisino que se divert¨ªa que podr¨ªa haber sido cualquiera de nosotros. Era una resistencia consistente en divertirse, ir a conciertos, vivir, dibujar y hacer m¨²sica.
P. Ustedes han recibido 10.000 dibujos durante este tiempo. ?Qui¨¦nes los han enviado? ?Cu¨¢les le han impresionado m¨¢s?
R. Nos los han enviado desde un ni?o de tres a?os hasta una se?ora de 90. Hemos le¨ªdo cada carta. Ha sido un trabajo enorme. Todav¨ªa hoy recibimos dibujos de apoyo. Para valorarlos se ha creado la asociaci¨®n Dibuja, Crea, Libertad. Se han seleccionado 145 para el libro Yo dibujo, que se publica el 7 de enero. Son 145 vi?etas en torno a la libertad de expresi¨®n y la mixtura. 145 dibujos que plantean preguntas tambi¨¦n. Hay algunos que son racistas, hay que decirlo. No podemos negar que hay ni?os de ocho a?os que hacen dibujos muy duros contra los musulmanes. Hay que hablarlo porque algunos lo hacen sin saber.
P. Algunos han dejado ¨²ltimamente la revista, como Luz¡
R. Luz ten¨ªa ya 23 a?os de experiencia en el dibujo de prensa. He recibido un gran golpe porque era muy colega de Charb. No cierra la puerta al dibujo porque tambi¨¦n le ha salvado la vida. El dibujo nos ha salvado a todos, creo yo.
P. ?Tienen ahora dificultades para encontrar nuevos dibujantes?
R. Llamamos a Vuillemin, un antiguo de la primera ¨¦poca de Charlie. Est¨¢ tambi¨¦n Dilem, un dibujante argelino muy comprometido. Es muy dif¨ªcil encontrar dibujantes para Charlie porque tiene un grafismo muy espec¨ªfico. La vi?eta de prensa tiene que ser sint¨¦tica, impactante y vehicular ideas fuertes. Hay que ser c¨¢ustico. Y la l¨ªnea de la revista es muy exigente.
P. Hay muchos que reivindican el derecho a la blasfemia. ?Se reconoce en esa militancia?
R. Personalmente, yo no blasfemo gratuitamente. Charlie Hebdo es una revista de actualidad. Sus autores se gu¨ªan por esa actualidad. Dibujar al profeta por el placer de hacerlo nunca ha sido Charlie. De hecho, lo hemos dibujado mucho, pero mucho menos que a Jes¨²s, por ejemplo. Solo se trata la blasfemia si es necesaria, si est¨¢ justificada.
P. Se ha publicado que hay problemas internos en la revista por el dinero.
R. Es obvio que hay disensiones en cierto momento. Fueron seis meses muy dif¨ªciles. Hay gente que quer¨ªa que la revista fuera en un sentido y otros como yo que cre¨ªamos que todo deb¨ªa seguir como antes. Finalmente, todo se ha llevado por el buen camino, con lucidez y mesura. La nuestra no es la vida normal de una empresa. ?Es que no habr¨ªa habido las mismas tensiones en cualquier peri¨®dico, incluido el suyo, cuando hay muerte, tristeza, conmoci¨®n, duelo y c¨®lera?
P. En enero todo el mundo fue muy solidario, pero eso ha cambiado mucho.
R. Creo que la gente que dec¨ªa que Charlie se lo hab¨ªa buscado ha debido darse cuenta de su tonter¨ªa. No es solo la libertad de expresi¨®n, sino la libertad simplemente la que ha sido atacada. La libertad de ir a un concierto, de tomar una copa. Ha habido una toma de conciencia distinta. Me ha escandalizado constatar que hay gente que transformaba a las v¨ªctimas en culpables. Emmanuel Todd se hizo una paja mental con argumentos sociol¨®gicos nada serios. ?Es que no se pod¨ªa ver el 11 de enero como una bonita manifestaci¨®n de apoyo y emoci¨®n? ?De apoyo hacia periodistas, dibujantes, polic¨ªas y jud¨ªos que fueron el objetivo de esos monstruos fan¨¢ticos?
P. El ¨¢lbum del a?o, una tradici¨®n para Charlie, no ser¨¢ como ning¨²n otro¡
R. Imposible no decir que no veremos m¨¢s dibujos de algunos. Hay vi?etas con las cuales tengo una emoci¨®n particular porque he visto hacerlas. Est¨¢ toda la inteligencia de Charb en el dibujo que dice ¡°?Y ahora pobre idiota?¡± con todas las cabezas cortadas y apiladas del ISIS. Est¨¢ el trazo fluido y las soberbias acuarelas de Tignous. Sin olvidar los dibujos de culos de Wolinski. De Cabu, pienso en ese dibujo sobre los migrantes en una barca con Marine Le Pen y Nicolas Sarkozy agujereada con un sacacorchos. Est¨¢ la gracia, la poes¨ªa del dibujo de Honor¨¦, que muestra a Al Baghdadi deseando el a?o nuevo con esta palabra: ¡°Y sobre todo la salud¡± (apareci¨® en el Charlie Hebdo del 7 de enero del a?o pasado). En un contexto tan duro, es incre¨ªble ver que la revista sale cada semana y que se publica este ¨¢lbum. Somos fieles a lo que somos y a lo que ¨¦ramos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.