La aparici¨®n de refugiados entre los sospechosos agrava la crisis de Colonia
El jefe local de la polic¨ªa cae como primera v¨ªctima pol¨ªtica de los ataques a mujeres
El esc¨¢ndalo de las agresiones a mujeres en Colonia y otras ciudades alemanas crece hasta convertirse en un problema de primera magnitud para el Gobierno de Angela Merkel. La presi¨®n aumenta despu¨¦s de que el Ministerio del Interior confirmara que entre los 32 investigados hay 22 refugiados, posibilidad que la polic¨ªa y el Ayuntamiento hab¨ªan ocultado. La crisis se cobr¨® el viernes su primera v¨ªctima pol¨ªtica con la destituci¨®n del jefe policial de Colonia. Mientras, el Gobierno endurece su tono y se prepara para agilizar la deportaci¨®n de los asilados que violen la ley.
Los sucesos de Nochevieja en cifras
En Colonia se acumulan ya 170 denuncias por los sucesos de la pasada Nochevieja y otro centenar m¨¢s en Hamburgo. Dos tercios de las denuncias se refieren a agresiones sexuales.
La polic¨ªa investiga a 32 personas supuestamente relacionadas con los ataques, principalmente por robo y lesiones. 22 de los investigados son refugiados.
En torno a un millar de hombres, la mayor¨ªa con rasgos "¨¢rabes y del norte de ?frica", seg¨²n la polic¨ªa, se concentraron frente a la estaci¨®n. Grupos peque?os cometieron las agresiones.
Todo parec¨ªa tranquilo el viernes en el lugar donde ocurrieron las agresiones que han desembocado en una crisis nacional. Tan solo dos elementos suger¨ªan que algo excepcional hab¨ªa ocurrido en la plaza frente a la estaci¨®n de Colonia, al lado de su famos¨ªsima catedral g¨®tica. El aumento de la seguridad era evidente, con ocho furgonetas de la polic¨ªa. Y el partido populista de derechas Alternativa para Alemania hab¨ªan instalado all¨ª un puesto para convencer a los ciudadanos de Colonia de que han sido enga?ados y de que las agresiones de la Nochevieja confirman sus tesis antiinmigraci¨®n. El movimiento islam¨®fobo Pegida tambi¨¦n ha convocado para el s¨¢bado una manifestaci¨®n en el mismo lugar.
No muy lejos de all¨ª, Wolfgang Albers, el jefe de la polic¨ªa local, recib¨ªa la noticia a la que se hab¨ªa opuesto con todas sus fuerzas. El Gobierno de Renania del Norte-Westfalia, el Estado donde est¨¢ Colonia, se deshac¨ªa de ¨¦l envi¨¢ndolo a la jubilaci¨®n forzosa. Albers llevaba en la cuerda floja varios d¨ªas ¡ªel ministro del Interior federal le hab¨ªa acusado de no haber hecho su trabajo¡ª, pero en las ¨²ltimas horas su continuidad en el cargo se hab¨ªa hecho insostenible.
El responsable policial dijo a principios de semana carecer de pruebas de que entre los agresores hubiera refugiados. Su credibilidad qued¨® muy tocada despu¨¦s de que varios medios informaran de que, antes de los altercados, la polic¨ªa hab¨ªa identificado a un n¨²mero considerable de sirios con papeles de asilo. El golpe final se lo dio el Gobierno central, cuando hizo p¨²blica la cifra de refugiados entre los sospechosos. Las autoridades encontraron tel¨¦fonos m¨®viles robados en la Nochevieja en refugios para solicitantes de asilo y en sus alrededores. La mayor parte de los 32 investigados procede de Argelia (nueve) y de Marruecos (ocho).
Facilitar las expulsiones
Pero la crisis va mucho m¨¢s all¨¢ de un jefe de polic¨ªa local. A medida que se conocen nuevos detalles de unos sucesos que ya acumulan 170 denuncias en Colonia y un centenar en Hamburgo, crece la indignaci¨®n. Y al mismo tiempo, el Gobierno endurece su discurso. Merkel, la canciller que se hab¨ªa propuesto mostrar a los reci¨¦n llegados ¡°una cara amable¡± de Alemania, considera que lo ocurrido no es un ¡°hecho aislado¡±. Al contrario. La l¨ªder alemana dice tener dudas sobre si se trata de una muestra de ¡°desprecio a la mujer generalizado en algunos grupos¡±.
La Uni¨®n Cristianodem¨®crata que preside Merkel presentar¨¢ el s¨¢bado un documento que propone retirar autom¨¢ticamente el estatus de refugiado a aquellos que sean condenados en firme. Los democristianos quieren, adem¨¢s, incrementar la videovigilancia en espacios p¨²blicos.
La legislaci¨®n alemana estipula que para expulsar a un solicitante de asilo, este debe haber sido condenado a una pena de al menos tres a?os, con el condicionante adicional de que su vida no corra peligro si regresa a su pa¨ªs. Merkel considera ahora que estas condiciones son demasiado ventajosas. ¡°Tenemos que preguntarnos si no habr¨ªa que perder m¨¢s pronto el derecho a ser acogido entre nosotros. Y debo decir que yo creo que s¨ª¡±, dijo el viernes la canciller en un acto de su partido. ¡°Hay que hacerlo por nosotros y por los numerosos refugiados que no tienen nada ver que con los sucesos de Colonia¡±, a?adi¨®.
El vicecanciller y l¨ªder de los socialdem¨®cratas, Sigmar Gabriel, ha elevado tambi¨¦n el tono y propone estudiar todas las alternativas legales para enviar a su pa¨ªs a los refugiados que violen la legalidad. ¡°?Por qu¨¦ deber¨ªan pagar los contribuyentes alemanes para mantener en la c¨¢rcel a criminales extranjeros? La amenaza de ir a prisi¨®n en sus pa¨ªses es un disuasorio mucho m¨¢s potente que hacerlo en Alemania¡±, afirm¨® el n¨²mero dos del Gobierno al tabloide Bild.
Los sucesos de la Nochevieja son especialmente peligrosos para Merkel, que ha comprometido su prestigio ante los ciudadanos con una frase talism¨¢n: ¡°Vamos a lograrlo¡±. As¨ª resume la capacidad de Alemania de acoger a los refugiados. La canciller sigue oponi¨¦ndose al establecimiento de un cupo fijo de personas anuales, como le reclama Horst Seehofer, su rival interno en la familia democristiana. El l¨ªder b¨¢varo propone 200.000. El a?o pasado lleg¨® m¨¢s de un mill¨®n.
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