?frica dice adi¨®s al ¨¦bola, pero mantiene la alerta
Los expertos reclaman m¨¢s investigaci¨®n y un sistema de respuesta mundial m¨¢s ¨¢gil
Se acab¨®. La peor epidemia de ¨¦bola que el mundo ha conocido y que provoc¨® 28.637 contagios y 11.315 muertos llega oficialmente a su fin este jueves, justo 42 d¨ªas despu¨¦s de que el ¨²ltimo paciente fuera dado de alta en Monrovia, la capital de Liberia. Han pasado m¨¢s de dos a?os desde que aparecieron, en diciembre de 2013, los primeros casos de un brote que se extendi¨® con ferocidad por Guinea, Liberia y Sierra Leona, lleg¨® hasta Mal¨ª, Nigeria y Senegal e incluso salt¨® fuera del continente con casos puntuales en Estados Unidos y Espa?a. El mayor pico se vivi¨® en el verano de 2014 y durante el a?o pasado se fue extinguiendo lentamente.
La epidemia, muy mal gestionada en los primeros meses, deja tras de s¨ª en los pa¨ªses afectados sistemas sanitarios debilitados, que sufren una p¨¦rdida de confianza por parte de la poblaci¨®n y que est¨¢n obligados a mantener activa la alerta ante la sorprendente capacidad del virus para resistir hasta seis meses en el organismo de algunos supervivientes, as¨ª como un gran impacto psicol¨®gico en la poblaci¨®n que no pudo despedir a sus familiares. Al mismo tiempo, en la comunidad internacional se ha extendido una sensaci¨®n de enorme fracaso en la respuesta y la necesidad de aprender algunas lecciones, como la importancia de primar la investigaci¨®n en pat¨®genos hasta ahora considerados no prioritarios, para que algo as¨ª no vuelva a ocurrir.
Luis Encinas, responsable de Operaciones de M¨¦dicos sin Fronteras en ?frica Occidental que estuvo trabajando en los tres pa¨ªses m¨¢s afectados, lo tiene claro. ¡°Este brote ha sido descrito con frecuencia como una tormenta perfecta, una epidemia que atravesaba fronteras en pa¨ªses con sistemas p¨²blicos de salud d¨¦biles y diferentes, que nunca hab¨ªan experimentado el ?bola con anterioridad. Sin embargo, esta es una explicaci¨®n demasiado conveniente. Para que alcanzara las dimensiones que adquiri¨® y se descontrolara de tal manera, muchos mecanismos e instituciones tuvieron que fallar. Y lo hicieron con consecuencias tr¨¢gicas y evitables¡±, asegura.
En el objetivo de las cr¨ªticas, el primer organismo es la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), a la que se acusa de lentitud en la respuesta y falta de liderazgo, algo que ha asumido la propia agencia. ¡°No obstante ser¨ªa un error atribuir toda la responsabilidad a la OMS¡±, a?ade Encinas, ¡°nadie estaba preparado para la propagaci¨®n y la magnitud de pesadilla de esta epidemia, que demostr¨® ser un hecho excepcional que sac¨® a la luz cu¨¢n ineficientes y lentos son los sistemas de salud y de ayuda humanitaria en la respuesta a emergencias¡±.
Respuesta lenta
La declaraci¨®n de emergencia de salud p¨²blica internacional no lleg¨® hasta agosto de 2014, cuatro meses y medio despu¨¦s de que se conociera que era ¨¦bola, y la ayuda internacional no se concret¨® hasta el oto?o. ¡°Tres pa¨ªses (Estados Unidos, Reino Unido y Alemania) asumieron m¨¢s del 60% de los recursos destinados a la lucha contra el ¨¦bola, Espa?a qued¨® en el puesto 23 de la lista de donantes. El mundo est¨¢ hoy m¨¢s interconectado que nunca, en plena globalizaci¨®n, y los l¨ªderes mundiales no pueden dar la espalda a las crisis de salud con la esperanza de que sus pa¨ªses permanecer¨¢n confinados en su seguridad frente a los estados sin recursos que quedan lejos. Levantar un muro, aislarse, desarrollar las cuarentenas a¨²n m¨¢s punitivas no resuelven los problemas. Al contrario, exacerban la indignaci¨®n¡±, a?ade Encinas.
En palabras de la vir¨®loga espa?ola Dolores Fern¨¢ndez, que trabaja para el Instituto Pasteur de Dakar y estuvo con la OMS en Sierra Leona y Liberia durante el brote, ¡°para hacer frente a una pandemia inesperada, lo normal no es suficiente¡±. A su juicio, los pr¨®ximos meses son cr¨ªticos porque el virus ha mostrado una gran capacidad, desconocida hasta ahora por los cient¨ªficos, para resistir en el organismo de los supervivientes. De hecho, la ¨²ltima persona fallecida el pasado 23 de noviembre a causa de esta enfermedad, el adolescente liberiano Nathan Gbothoe, se contagi¨® por contacto con un paciente sanado. ¡°Hay que reforzar sus sistemas sanitarios y establecer sistemas nacionales de vigilancia epidemiol¨®gica llamados de alerta temprana¡±.
Sin embargo, Fern¨¢ndez destaca otro aspecto clave. ¡°La epidemia nos pill¨® por sorpresa, sin tratamientos ni vacunas, y con un conocimiento del virus muy limitado. El ¨¦bola era una enfermedad que raramente ocasionaba brotes y s¨®lo en pa¨ªses pobres, por lo que el sector privado ten¨ªa poco incentivo comercial en invertir en investigaci¨®n. Se ha demostrado que es esencial impulsar la investigaci¨®n para hacer frente a los pat¨®genos con potencial epid¨¦mico, no s¨®lo cuando aparecen, sino antes de que lo hagan. La mayor¨ªa tienen su origen en animales y nuestro trabajo como cient¨ªficos consiste en vigilar, identificarlos y entender c¨®mo dan el salto al ser humano. Pero creo que deber¨ªa fomentarse esta labor en los pa¨ªses donde emergen estas enfermedades, no en laboratorios europeos o americanos¡±. La buena noticia es que la epidemia ha permitido probar tratamientos y una vacuna que han demostrado alta eficacia. La mala es que esto debe mantenerse en el tiempo, como explica Fern¨¢ndez.
Para la antrop¨®loga madrile?a Almudena Mar¨ª, que trabaja para el Instituto de Medicina y Salud Internacional Charit¨¦ de la Universidad de Berl¨ªn y estuvo en los tres pa¨ªses, los sistemas de salud de Guinea, Liberia y Sierra Leona han recibido mucho apoyo econ¨®mico, t¨¦cnico y humano durante la epidemia, desde salarios hasta ordenadores, pasando por coches, formaci¨®n o una legi¨®n de voluntarios, ¡°pero ahora el desaf¨ªo es que esto se mantenga y que los sistemas de alerta funcionen¡±. Si hay algo en lo que el ?bola ha impactado es en la vida cotidiana de la gente. ¡°Su deseo es restaurar la normalidad y mirar al futuro. Muchas pr¨¢cticas que se instauraron durante la epidemia, como lavarse las manos, han desaparecido incluso antes de que acabara. Pero para personal m¨¦dico, enterradores y supervivientes el efecto ser¨¢ mayor¡±, a?ade.
Y es que el impacto psicol¨®gico es enorme. Airam Vadillo, psic¨®logo grancanario de M¨¦dicos del Mundo que trabaj¨® en Sierra Leona durante la epidemia, pone el acento en que muchos familiares de personas fallecidas no pudieron participar en los entierros y han vivido ¡°un duelo no cerrado, es decir, la falta de un ¨²ltimo adi¨®s hacia el familiar que se va sin avisar y no se le despide como se merece, seg¨²n sus costumbres y creencias espirituales¡±. Para tratar de hacerle frente, M¨¦dicos del Mundo est¨¢ promoviendo ceremonias f¨²nebres comunitarias. Otro problema es el del nuevo mapa social que emerge tras la epidemia. ¡°Hay muchos hu¨¦rfanos y nuevas cargas familiares. Afortunadamente el estigma que sufrieron los pacientes ya sanados y que fue muy intenso al principio ha ido desapareciendo. Las comunidades act¨²an como nuevos n¨²cleos familiares que arropan a los supervivientes¡±.
Espa?a: 56 sospechosos, un caso
El brote de ¨¦bola de ?frica salt¨®, por primera vez, fuera del continente. Fue un viaje programado. Numerosos pa¨ªses (Espa?a, Francia, Alemania, Noruega, Reino Unido, Italia, Estados Unidos) repatriaron a cooperantes enfermos. Y, pese a todas las prevenciones, hubo contagios en varios de ellos: Espa?a, Reino Unido y Estados Unidos. En todos la pauta fue similar: un cuidador de los enfermos se infect¨®. En Espa?a (el caso de la auxiliar de enfermer¨ªa Teresa Romero) y Reino Unido la cadena de transmisi¨®n acab¨® ah¨ª. En EE UU hubo tres casos secundarios.
Teresa Romero fue la ¨²nica enferma de ¨¦bola en Espa?a, pero el protocolo del Ministerio de Sanidad llev¨® a estudiar otros 55 casos. se trataba de personas con s¨ªntomas que podr¨ªan indicar ¨¦bola (pero tambi¨¦n muchas otras infecciones) reci¨¦n llegadas de ?frica. La mayor¨ªa fueron casos de malaria, aunque hubo tambi¨¦n faringitis y otras enfermedades.
Tambi¨¦n se controlaron 120 vuelos y 1.159 buques, con siete activaciones del protocolo de Sanidad Exterior ante sospecha de ¨¦bola (cinco asociadas a vuelos y dos a buques). Adem¨¢s, se han controlado 87 paquetes personales, de los que se han rechazado siete, ha indicado el Ministerio de Sanidad.
Espa?a tambi¨¦n organiz¨® el env¨ªo de 200 voluntarios a los pa¨ªses afectados.
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