Macabra cuenta atr¨¢s para 21 desaparecidos en Guerrero
Unos secuestradores exigen pagos millonarios para liberar a los rehenes. Algunas familias no han denunciado por miedo al crimen organizado
El supervisor de tr¨¢nsito del pueblo de Arcelia, un hombre joven, fuerte, de pocas palabras, se acerca a la entrada del palacio municipal, en el z¨®calo, con una hucha entre las manos. Una fotograf¨ªa cubre buena parte de la lata, la imagen de un muchacho y su beb¨¦. ¡°?Colaboran?¡±, ruega, ¡°es para ayudar a la familia del profesor que levantaron¡±. Se refiere a Javier Calder¨®n, uno de los cinco maestros que un grupo de hombres armados secuestr¨® el pasado lunes en una comunidad rural del vecino pueblo de Ajuchitl¨¢n. El supervisor, que prefiere ocultar su nombre por seguridad, es amigo de Javier desde la secundaria. Explica que los secuestradores piden tres millones de pesos -170.000 d¨®lares- para liberarle y que los quieren antes de tres d¨ªas.
Se ofrece a llevarnos a casa de la familia, a quince minutos del centro de Arcelia, en la regi¨®n de Tierra Caliente. Dice que igual quieren contar lo que saben, que igual ayuda en algo. Cuando el carro para frente a la casa, baja y dice: ¡°esperen¡±. Pasan cinco minutos, sale, entra de nuevo. Al rato vuelve al carro, abre la puerta, entra, agarra su hucha y se disculpa. ¡°Lo siento, pero es que no quieren hablar. Les da miedo¡±. Justo hace un momento, dice, el pap¨¢ de Javier ha colgado el tel¨¦fono. Negociaba la venta de su camioneta para costear el rescate. Ya vendi¨® dos vacas.
Igual que ellos, las otras cuatro familias de los maestros secuestrados buscan la manera de juntar el dinero. Algunos se pasean con huchas por Arcelia y otros pueblos de la zona. Tambi¨¦n las dejan en tortiller¨ªas y dem¨¢s locales comerciales. Su dolor languidece junto al de otras 16 familias, que esperan la vuelta de los suyos despu¨¦s de que un comando armado los secuestrara el pasado s¨¢bado en el poblado de El Salitre, junto al basurero municipal, a media hora del centro de Arcelia, a cinco horas de la Ciudad de M¨¦xico.
Aunque todo el mundo en Arcelia, en Ajuchitl¨¢n y en sus comunidades, sabe que los maestros secuestrados fueron cinco, apenas una familia ha denunciado la desaparici¨®n. Las dem¨¢s no lo hacen por miedo, porque negocian con los secuestradores, que piden entre dos y tres millones de pesos. De los otros 17, los del s¨¢bado, ya solo quedan 16. Uno apareci¨® muerto el lunes m¨¢s all¨¢ de El Salitre, en San Miguelito. Lo hab¨ªan matado a golpes. Las autoridades buscan a los 21 en la misma zona. A todos, sugieren familiares y vecinos, se los llev¨® la misma gente.
El se?or Victorino Albarr¨¢n cr¨ªa cerdos en El Salitre. Detr¨¢s de su casa, cuenta, encontraron dos cuerpos, los primeros dos.
Las familias de los maestros secuestrados buscan la manera de juntar el dinero que piden por el rescate
En la noche del s¨¢bado 9 de enero, un grupo de unos 30 hombres armados, seg¨²n testimonios recogidos por la prensa local, secuestraron a parte de los invitados de una boda que se iba a celebrar en un poblado m¨¢s all¨¢ de El Salitre y San Miguelito, a tres cuartos de hora de la cabecera municipal de Arcelia. Tres murieron en el asalto. Dos eran taxistas. 17 desaparecieron. Uno de ellos apareci¨® muerto el lunes. Se llamaba Eutimio Tinoco y ten¨ªa un negocio de tortiller¨ªas. En cuanto a los otros, algunos han recibido llamadas de los secuestradores, otros no. El hijo de Tinoco, que adem¨¢s de su padre le secuestraron a un hermano, dice que le piden cinco millones de pesos.
El se?or Victorino sale de su casa y conduce al lugar donde encontraron a los taxistas, un paraje fantasmag¨®rico, nubes bajas y cerros amarillentos animados por la lluvia que cae a destiempo y que nadie, en Arcelia, espera por estas fechas. ¡°Ah¨ª fue¡±, se?ala, ¡°ah¨ª dejaron a dos. Yo no vi nada porque nunca salgo, pero escuch¨¦ como¡como 15 disparos¡±. No hay nada. Nubes, cerros, gru?idos de cerdo, lluvia, el silencio del campo.
De vuelta en Arcelia aparecen varias patrullas del Ej¨¦rcito, la Polic¨ªa Federal, la Gendarmer¨ªa. Al menos 600 hombres buscan a los 21 desaparecidos. El martes salieron adem¨¢s dos helic¨®pteros, pero hoy se quedaron en tierra por el mal tiempo.
Fuentes de la investigaci¨®n reconocen que la b¨²squeda se ci?e a los t¨¦rminos municipales de Ajuchitl¨¢n y San Miguel Totolapan, otro pueblo vecino. El alcalde de Arcelia, origen de la mayor¨ªa de los secuestrados, se?ala que ¡°datos periciales¡± recogidos por los investigadores les conducen all¨ª.
El motivo de la ola de secuestros es la disputa por la plaza, en manos del c¨¢rtel de La Familia
El alcalde Adolfo Torales, del PRI, reconoce que una de las l¨ªneas de investigaci¨®n que maneja la fiscal¨ªa de Guerrero apunta a San Miguel Totolapan, concretamente al grupo de ¡°El Tequilero¡±. A lo largo del d¨ªa, el nombre de El Tequilero surge en diferentes conversaciones, al igual que sin¨®nimos como ¡°los de all¨¢¡±, ¡°los del otro lado¡± o ¡°los contras¡±. Vecinos de Arcelia, comerciantes, trabajadores municipales comentan que el grupo de El Tequilero es una c¨¦lula de Guerreros Unidos que quiere hacerse con la plaza de Arcelia, en manos del c¨¢rtel de La Familia desde hace a?os. Ese es el motivo, cuentan, de la ola de secuestros.
Guerreros Unidos es un nombre conocido para los medios de comunicaci¨®n mexicanos. Es el grupo criminal acusado de estar detr¨¢s del secuestro de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en septiembre de 2014.
Hoy, mi¨¦rcoles por la tarde, familiares de los desaparecidos aguardan noticias frente a la oficina local de la fiscal¨ªa en Arcelia. Son, en este caso, allegados de los que se llevaron cuando iban a la boda el s¨¢bado. La p¨¢gina de Facebook de un diario local ha publicado que han aparecido otros dos cuerpos. Es mentira, dice uno de los investigadores. Es mentira, zanja m¨¢s tarde el fiscal regional, Carlos Vinalay. Pero nadie les quita la cara de susto, ni el temor, ni la necesidad de hacer cuentas para juntar cantidades imposibles para cualquier arcelense. Sigue la cuenta atr¨¢s.
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