Libia apura la cuenta atr¨¢s para aprobar un Gobierno de unidad
El Consejo presidencial creado por la ONU debe presentar un nuevo Ejecutivo antes de una semana
Libia se est¨¢ metiendo en un callej¨®n sin salida del que ni siquiera el miedo a los avances del Estado Isl¨¢mico sirve para unir a los dos bandos enfrentados. Las Naciones Unidas propusieron el 17 de noviembre como primer ministro de un futuro Gobierno de unidad a Mohamed Fayez al Serraj, un diputado de perfil bajo y negociador. Junto a ¨¦l fueron nombrados los nueve miembros del Consejo Presidencial. Todos ellos ten¨ªan como misi¨®n formar un Gobierno en el plazo de un mes. Pero hay tantas tribus, facciones y guerrillas involucradas en el conflicto libio que el Consejo tuvo que proponer un Ejecutivo de 32 miembros para contentar a todos. Y eso solo pudo hacerlo despu¨¦s de rebasar en 48 horas el plazo previsto, bajo la presi¨®n de toda la comunidad internacional y con el voto en contra de dos de los nueve representantes del Consejo.
Despu¨¦s de vencer esa monta?a de negociaciones el Consejo Presidencial present¨® este lunes 25 de enero su propuesta ante el Parlamento de Tobruk, el ¨®rgano legislativo libio reconocido por la comunidad internacional. Y solo 15 diputados respaldaron al Ejecutivo mientras 89 lo rechazaban. Tobruk dio un plazo de 10 d¨ªas para que el Consejo Presidencial presente otro Gobierno con menos miembros. La fecha tope es el jueves 4 de febrero. Pero presentar un Ejecutivo m¨¢s peque?o es solo el menor de los problemas al que se enfrentan estos 10 hombres -el primer ministro y los nueve consejeros- elegidos por la ONU.
El mayor problema tiene un n¨²mero asignado, nombre y apellido. El n¨²mero es el art¨ªculo 8 del acuerdo de unidad firmado en diciembre en la ciudad marroqu¨ª de Sjirat. Ese art¨ªculo prev¨¦ que a partir del 10 de febrero el Consejo Presidencial tendr¨¢ que pronunciarse sobre el nombramiento de altos cargos. O sea, deber¨¢ designar al jefe del Ej¨¦rcito. Y aqu¨ª viene el nombre y apellido: el general Jalifa Hafter, el hombre al mando de las tropas leales al Parlamento de Tobruk, no quiere que lo echen a un lado. Ha sido ¨¦l quien plant¨® cara a las milicias islamistas que apoyan al Gobierno de Tr¨ªpoli, no reconocido internacionalmente. En Tobruk es un h¨¦roe y en Tr¨ªpoli un criminal de guerra.
El problema para la ONU es que si se retoca el art¨ªculo ocho del acuerdo para acomodar a Hafter en el nuevo Gobierno del pa¨ªs puede abrirse la caja de los truenos. Muchos representantes de las dos facciones libias que firmaron en diciembre el acuerdo de paz en Marruecos podr¨ªan rechazarlo ahora. As¨ª que el primer ministro propuesto por la ONU, Mohamed Fayez al Serraj, y los nueve miembros del Consejo Presidencial trabajan estos d¨ªas contrarreloj en el hotel Residence de T¨²nez para presentar otra propuesta de Ejecutivo en Tobruk. Tienen su sede en T¨²nez porque en Tr¨ªpoli les ser¨ªa imposible poner ahora mismo el pie.
Mientras tanto, la comunidad internacional presiona para que el general Hafter y sus diputados afines acepten el acuerdo y al nuevo Gobierno. ¡°Presionamos, sobre todo, a trav¨¦s de Egipto, que es el principal aliado del general Hafter¡±, se?ala una fuente diplom¨¢tica occidental. ¡°Pero la capacidad de influencia de Egipto es relativa¡±.
¡°El principal obst¨¢culo ahora mismo¡±, explica Wolfram Lacher, analista del Instituto Alem¨¢n para Asuntos Internacionales y de Seguridad, ¡°es la fragmentaci¨®n del pa¨ªs, incluido el Parlamento de Tobruk. En un Parlamento donde no hay bloques pol¨ªticos cohesionados sino una multitud de intereses, es muy dif¨ªcil lograr un acuerdo¡±.
En el caso dificil¨ªsimo pero no imposible de que Tobruk acepte el 4 de febrero la nueva propuesta, la comunidad internacional tendr¨¢ motivos para festejar la decisi¨®n. Pero el festejo ser¨¢ muy corto. Porque en la otra punta del pa¨ªs una parte de las milicias que respaldan al Parlamento de Tr¨ªpoli se oponen a este Gobierno de Unidad. De hecho, cuando el enviado especial de la ONU para Libia, el alem¨¢n Martin Kobler, pronunciaba el 1 de enero una conferencia de prensa en el aeropuerto de la capital, fue expulsado por las autoridades de Tr¨ªpoli. Por tanto, si Tobruk llega a aceptar el Gobierno apoyado por la ONU, habr¨¢ que hacer todo lo posible para sumar al Parlamento de Tr¨ªpoli, cosa imposible hasta ahora.
Mientras tanto, el pa¨ªs contin¨²a en su din¨¢mica suicida. Este mi¨¦rcoles fue secuestrado en Tobruk el diputado Mohamed al-Raid, uno de los pocos que aprob¨® el acuerdo de Gobierno de unidad de la ONU. En medio del caos no dejan de llegar voluntarios terroristas al pa¨ªs para unirse a las filas del Estado Isl¨¢mico. El s¨¢bado pasado, el ministro argelino de Asuntos Magreb¨ªes, Abdelkader Messahel, emiti¨® un comunicado en el que asegura que desde hace varias semanas se registra ¡°un flujo masivo e inhabitual¡± de marroqu¨ªes procedentes de Casablanca que intentan acceder a Libia a trav¨¦s de Argelia. Este 23 de enero las autoridades argelinas aseguran haber interceptado a 270 marroqu¨ªes que pretend¨ªan acceder a Libia sin visado de trabajo. Cuatro d¨ªas despu¨¦s, Argelia suspendi¨® de forma indefinida los tres vuelos semanales que un¨ªan Argel y Tr¨ªpoli.
La comunidad internacional necesita urgentemente un interlocutor, un Gobierno libio de transici¨®n que permita al menos frenar el avance del Estado Isl¨¢mico. Pero ese Gobierno no termina de llegar.
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