Dem¨®cratas y republicanos ara?an voto a voto en un fin de campa?a igualado
Trump derrotar¨ªa a Cruz en Iowa y Clinton saca una leve ventaja a Sanders
De norte a sur, de este a oeste, los aspirantes a suceder a Barack Obama en la Casa Blanca recorren este fin de semana el estado de Iowa ara?ando voto a voto, el que les sirva para tomar impulso en la larga carrera a la nominaci¨®n.
Nada est¨¢ decidido, nadie se atreve a vaticinar el resultado de los caucus, las asambleas vecinales que el lunes por la noche abrir¨¢ el proceso de elecci¨®n del nuevo presidente. Esta ha sido una de las campa?as m¨¢s imprevisibles de la historia reciente, con un multimillonario neoyorquino, fanfarr¨®n y demagogo, liderando por sorpresa los sondeos republicanos, y un socialista de 74 a?os desafiando a una de las marcas pol¨ªticas m¨¢s potentes de este pa¨ªs, los Clinton.
En el campo republicano, los ¨²ltimos sondeos prev¨¦n una ventaja de magnate Donald Trump sobre el senador por Texas, Ted Cruz. En el campo dem¨®crata, la ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, saca una ventaja leve al senador por Vermont, Bernie Sanders.
Ni este, ni ninguno de los sondeos publicados en los ¨²ltimos d¨ªas es concluyente. Los caucus ¡ªun sistema complejo y rudimentario, por medio de reuniones de votantes¡ª no son elecciones al uso. Participar en ellos requiere un esfuerzo mayor que depositar la papeleta a lo largo de la jornada. La movilizaci¨®n ser¨¢ clave. Si los candidatos heterodoxos ¡ªTrump y Sanders¡ª ganan, significar¨¢ que han logrado llevar a los caucus a personas que nunca acud¨ªan. Tambi¨¦n ser¨¢ un aviso a establishment, una se?al de descontento con el statu quo.
El sondeo del Des Moines Register, el principal diario de Iowa, da a Trump un 28% de votos republicanos y a Cruz un 23%. Seg¨²n el mismo sondeo, Clinton sacar¨ªa un 45% de votos dem¨®cratas y Sanders un 42%.
El s¨¢bado, en Cedar Rapids, la ex secretaria de Estado pr¨¢cticamente llen¨® el gimnasio del instituto Washington. En el improvisado escenario del centro escolar, con m¨¢s de 45 minutos de retraso, aparecieron primero Chelsea Clinton, el expresidente Bill Clinton, y despu¨¦s la mujer que ¡°por fin ocupar¨¢ la Casa Blanca¡±, dijo Lorna Crane, septuagenaria de larga melena blanca que confiesa que todav¨ªa le duele la p¨¦rdida de la nominaci¨®n de 2008. "Este a?o es su a?o", dijo.
En Iowa City, Sanders reuni¨® en la Universidad de Iowa a su mayor concentraci¨®n de personas en este Estado hasta la fecha. Entre 4.000 y 5.000 personas pudieron ver y escuchar cantar al senador de Vermont, que con 74 a?os se uni¨® al grupo Vampire Weekend al entonar la canci¨®n ¡®This Land is your Land¡¯, Esta tierra es tu tierra, un himno patri¨®tico de la izquierda estadounidense.
En la ciudad universitaria de Ames habl¨® el senador por Florida Marco Rubio, esperanza del establishment republicano para frenar a Trump y a Cruz. Rubio se presenta como un conservador fiable y optimista. Exhibe su biograf¨ªa ¡ªhijo y nieto de inmigrantes cubanos que creci¨® en un entorno humilde¡ª como garant¨ªa de que con su victoria relanzar¨¢ el maltrecho ¡®sue?o american'.
Ante los candidatos que, como Trump y Cruz, intentan capitalizar el voto del descontento, el de los ciudadanos irritados con las ¨¦lites pol¨ªtica y econ¨®mica o con la evoluci¨®n del pa¨ªs, Cruz dijo: ¡°Ten¨¦is derecho a estar indignados, pero la indignaci¨®n no es un proyecto¡±.
¡°?l no es un extremista como Ted Cruz y Donald Trump¡±, dijo al terminar el discurso Andrew Kent, un estudiante que hac¨ªa cola para fotografiarse con Rubio. Steven Green, que se desplaz¨® desde el vecino estado de Illinois para ver el mitin, compara a Cruz, que aspira a ser el candidato de la derecha cristiana, con un telepredicador. ¡°No estoy seguro de que crea lo que dice¡±.
En un v¨ªdeo en Facebook, Trump dio las gracias a los evang¨¦licos por su voto y mostr¨® una Biblia que le hab¨ªa regalado su madre cuando era peque?o. Captar el voto evang¨¦lico es clave para cualquier republicano. En un mitin en el este de Iowa, apareci¨® junto a Jerry Falwell Jr, hijo del reverendo que a finales de los a?os setenta convirti¨® a la derecha cristiana en una fuerza pol¨ªtica insoslayable.
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