Las dos caras irreconciliables de Libia
Los principales opositores a un Gobierno de unidad son el general Hafter, en el bando del Este, y el presidente del Parlamento de Tr¨ªpoli, en el oeste
Las dos personas m¨¢s antag¨®nicas de Libia tienen m¨¢s rasgos en com¨²n de lo que podr¨ªa parecer en principio. Ambos llevan meses boicoteando las propuestas para un Gobierno de unidad presentadas por la ONU. Aunque tienen poderosos enemigos en sus propios bandos, ambos contin¨²an ejerciendo el control. Los dos nacieron en el Este del pa¨ªs. Y ninguno pretende renunciar a su cuota de poder. Toda la presi¨®n del Consejo de Seguridad de la ONU y de los pa¨ªses vecinos de Libia no ha servido para torcerles el brazo y hacerles firmar un acuerdo
El general Jalifa Hafter (tambi¨¦n transcrito como Haftar en medios anglosajones), est¨¢ al mando de lo que ¨¦l proclam¨® en 2014 como Ej¨¦rcito Nacional Libio. Este cuerpo obedece al Parlamento de Tobruk, pr¨®ximo a Egipto de forma geogr¨¢fica y estrat¨¦gica, aunque veces puede dar la sensaci¨®n de que es el Parlamento de Tobruk quien obedece a su Ej¨¦rcito. Y en la otra punta del pa¨ªs, Nuri Abu Sahmin preside en Tr¨ªpoli un Parlamento apoyado por un grupo heterog¨¦neo de milicias en su mayor parte islamistas. Hafter considera que Abu Sahmin es un terrorista y ¨¦ste tacha a Jalifa de criminal de guerra gadafista.
Es cierto que Hafter fue en su d¨ªa un alto mando al que Gadafi dec¨ªa querer como un hijo. Se hab¨ªa formado como militar en la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica y se uni¨® a Muamar el Gadafi en el golpe de 1969. Gadafi se consideraba su padre espiritual. Pero en 1987, durante la guerra entre Libia y Chad (1978-1987), Jalifa cay¨® prisionero junto a 400 hombres y Gadafi lo abandon¨® en manos del enemigo.
Fuerzas especiales de Estados Unidos consiguieron liberar a Hafter en 1990 y el general vivi¨® 20 a?os exiliado en una casa pr¨®xima a la sede de la CIA en Langley (Virginia). Sus rivales lo acusan tambi¨¦n de servir a los intereses de la CIA. Pero si hay alguien en este momento que entorpece el af¨¢n de Estados Unidos por acabar con el Estado Isl¨¢mico en Libia ¨¦se es el general Hafter.
El Gobierno de unidad propuesto por la ONU debe ser aprobado por el Parlamento de Tobruk, internacionalmente reconocido. Y una vez que se apruebe, el Consejo Presidencial dispondr¨¢ de poderes para nombrar a las autoridades del pa¨ªs. O sea, Hafter podr¨ªa dejar de ser el jefe del Ej¨¦rcito, cosa a la que no parece muy proclive.
Pero volvamos a 2001, cuando estall¨® la primavera ¨¢rabe y Nuri Abu Sahmin era un perfecto desconocido para sus seis millones de compatriotas. En ese momento Hafter volvi¨® a Libia. Quiso proclamarse muy pronto Jefe del Ej¨¦rcito, pero no encontr¨® demasiado respaldo. Despu¨¦s de dos a?os de turbulencias, en junio de 2013 result¨® elegido como presidente del Parlamento en Tr¨ªpoli Nuri Abu Sahmin, con 96 votos a favor sobre un total de 184. Era un diputado del bloque Fidelidad a la sangre de los M¨¢rtires, constituido por un grupo de 70 diputados independientes. Naci¨® en la ciudad de Zawara, pr¨®xima a T¨²nez y pertenece a la minor¨ªa ¨¦tnica de los bereberes, que apenas representan el 10% de la poblaci¨®n.
Hab¨ªa estudiado derecho y trabaj¨® en una planta petroqu¨ªmica cercana a su localidad. Sus cr¨ªticos aseguran que no tiene ni carisma ni talla de estadista. En un pa¨ªs tan afianzado en los lazos tribales se da la circunstancia de que Abu Sahmin tampoco posee el respaldo de una tribu poderosa. ¡°Pero le respaldan algunas de las guerrillas m¨¢s fuertes de Tr¨ªpoli, sobre todo el Frente de la Firmeza. Y tiene un lazo muy estrecho con el muft¨ª Sadiq al-Gharian, m¨¢xima autoridad religiosa del pa¨ªs¡±, se?ala Mattia Toaldo, investigador para Libia en el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. ¡°No obstante, Abu Sahmin se volvi¨® islamista por mero oportunismo pol¨ªtico¡±, a?ade Toaldo.
En diciembre de 2013 el Parlamento de Tr¨ªpoli declar¨® la sharia como fuente de legislaci¨®n. Al mes siguiente, Abusamin se vio envuelto en un esc¨¢ndalo de car¨¢cter sexual. Un grupo de hombres armados, miembros de alguna milicia, lo sorprendi¨® en su casa de noche junto a dos mujeres. Abu Sahmin, que est¨¢ casado y con hijos, fue interrogado. El v¨ªdeo del interrogatorio circul¨® por Internet. Aquello le puso en una situaci¨®n bastante inc¨®moda, pero logr¨® superarla.
¡°Hafter maneja mucho poder en Tobruk y Abu Sahmin es de hecho el presidente de lo que podr¨ªamos llamar la Rep¨²blica de Tr¨ªpoli¡±, apunta Toaldo. ¡°Dar¨¢n las razones oficiales que quieran, pero lo cierto es que ninguno quiere renunciar al poder¡±.
¡°A ambos los acusan de corrupci¨®n¡±, indica un diplom¨¢tico que solicita el anonimato. ¡°En Tobruk se maneja mucho dinero que llega principalmente de Egipto para compra de armas; y en Tr¨ªpoli se tiene buen acceso al dinero del petr¨®leo, porque la sede del Banco Central y de la empresa nacional de petr¨®leo est¨¢n all¨ª¡±.
Tambi¨¦n les une el fracaso. Hafter lleva m¨¢s de un a?o prometiendo que ya est¨¢ a punto de liberar a la ciudad de Bengasi de los terroristas y la ciudad sigue desangr¨¢ndose d¨ªa a d¨ªa. Abu Sahmin tampoco ha logrado poner de su parte a las principales guerrillas de Misrata. Pero ambos resisten en sus feudos. Y ni la ONU, ni las principales potencias del mundo han logrado moverles la silla. Hasta hoy.
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