Enredos de altar
Una investigaci¨®n period¨ªstica saca a la luz una controversia eclesial por la primera boda de La Gaviota
M¨¦xico no necesita guionistas. Todos los d¨ªas teje sus propias y sorprendentes tramas. La ¨²ltima en emerger ha sido una enrevesada historia eclesi¨¢stica que tiene como protagonistas a un presb¨ªtero injustamente castigado, una boda anulada y una novia tan famosa como Ang¨¦lica Rivera, reina de las telenovelas y actual esposa del presidente Enrique Pe?a Nieto. A una semana de la llegada del Papa, la pol¨¦mica est¨¢ servida.
En el centro de la madeja, seg¨²n los documentos revelados por la revista Proceso y el portal Aristeguinoticias.com, se sit¨²a el sacerdote Jos¨¦ Luis Salinas. Conocido como el cura de las estrellas, durante a?os goz¨® de los parabienes de los actores de Televisa hasta el punto de celebrar los sacramentos en las oficinas del grupo de comunicaci¨®n. En el c¨¦nit de su carrera cat¨®dica, en diciembre de 2004, Salinas ofici¨® en las dulces playas de Acapulco para Ang¨¦lica Rivera y el productor Jos¨¦ Alberto Castro. Pese a que en su d¨ªa la uni¨®n parec¨ªa perfecta, el tiempo jug¨® en contra y la pareja no cuaj¨®. En 2008 se divorciaron por la v¨ªa civil, y al a?o siguiente. el matrimonio eclesi¨¢stico fue anulado por defectos de forma.
Para entonces, Rivera, encumbrada por su papel de La Gaviota en la telenovela Destilando amor, hab¨ªa encontrado una nueva pareja. Era Pe?a Nieto, el pujante gobernador del Estado de M¨¦xico. En noviembre de ese mismo a?o, el futuro presidente, aprovech¨® un viaje al Vaticano para anunciar en la Bas¨ªlica de San Pedro su deseo de casarse con Rivera y pedir la bendici¨®n papal. Esta segunda boda, difundida como un gran acontecimiento social y pol¨ªtico, se celebr¨® en noviembre de 2010.
Pero detr¨¢s del boato, se mov¨ªan aguas turbulentas. Al menos para el padre Salinas. Despu¨¦s de la anulaci¨®n del matrimonio de La Gaviota, la Arquidi¨®cesis de M¨¦xico, dirigida por el ultraconservador y pol¨¦mico cardenal Norberto Rivera, carg¨® contra el presb¨ªtero. Una investigaci¨®n de su Tribunal Eclesi¨¢stico concluy¨® que el cura, adscrito a la di¨®cesis de Parral (Chihuahua), oficiaba ¡°abusivamente¡± y sin licencia eclesi¨¢stica en la Ciudad de M¨¦xico. Pero el mayor varapalo le vino por la uni¨®n de Rivera y Castro. El tribunal determin¨® que el padre Salinas hab¨ªa pedido firmar a la pareja un acta de matrimonio en la iglesia de Nuestra Se?ora de F¨¢tima, de la Ciudad de M¨¦xico, para poder casarlos ocho d¨ªas despu¨¦s en una ¡°boda simulada¡± y sin autorizaci¨®n en la playa de Acapulco (donde el obispo local proh¨ªbe celebrar enlaces). Todo este c¨²mulo de ¡°irregularidades¡± condujo, tras un juicio expr¨¦s, a que se le prohibiese oficiar en el territorio de la Arquidi¨®cesis. Ese fue su castigo.
El padre Salinas no tard¨® en apelar a la Santa Sede. En una misiva dirigida a Roma, aleg¨® que el arzobispado le hab¨ªa purgado para hacerse con su cuota de poder en Televisa, pero tambi¨¦n para facilitar la anulaci¨®n matrimonial a Ang¨¦lica Rivera y permitir as¨ª su casamiento con el gobernador. En una sorprendente vuelta de tuerca, el presb¨ªtero se?alaba que dicha nulidad no ten¨ªa sentido porque el jam¨¢s cas¨® a la pareja, sino que en Acapulco s¨®lo hab¨ªa oficiado una ¡°misa de agradecimiento¡±. La verdadera boda, a su juicio, se hab¨ªa celebrado a manos de otro cura y con anterioridad en la iglesia de Nuestra Se?ora de F¨¢tima.
En su reclamaci¨®n, Salinas recibi¨® el apoyo de personalidades como Enrique Gonz¨¢lez Torres, jesuita y en aquel momento rector de la Universidad Iberoamericana, y tambi¨¦n del obispo de Parral, Jos¨¦ Andr¨¦s Corral Arredondo, quien en su carta al Vaticano, afirm¨®: ¡°Creo que con tal de sacar a como diera lugar la nulidad solicitada, no dudaron en pisotear la dignidad de un buen sacerdote¡±.
Salinas tambi¨¦n impugn¨® el castigo ante el Tribunal de la Rota. El 20 de noviembre de 2012, los jueces romanos fallaron a su favor y anularon la pena impuesta. El argumento, siempre seg¨²n los documentos aportados por Aristeguinoticias.com y Proceso, fue que se hab¨ªan vulnerado sus derechos de defensa: no se le hab¨ªa asignado abogado ni dado a conocer con detalle la acusaci¨®n ni citado al juicio. El proceso, en palabras de La Rota, incurri¨® ¡°una grave simulaci¨®n de justicia¡±. Pese a la sentencia a favor, la Archidi¨®cesis no restituy¨® al padre Salinas las licencias para el ejercicio sacerdotal. El 7 de octubre pasado, falleci¨® de c¨¢ncer de h¨ªgado.
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