Fr¨ªo en recuerdo de Anabel Flores
Orizaba vive el asesinato de la reportera con m¨¢s rumorolog¨ªa que rabia
El Sol de Orizaba, este mi¨¦rcoles, era una nevera. Hac¨ªa fr¨ªo en la ciudad donde trabajaba Anabel Flores, y hac¨ªa fr¨ªo en el peri¨®dico en el que escrib¨ªa, o con el que ¨Ccomo recalcan¨C ¡°colaboraba¡±. Con una lupa, la comercial de publicidad, que se encarga tambi¨¦n de redactar las notas de ¡°bodas, bautizos y actos culturales¡±, le¨ªa la primera plana de otro diario local, El Buen Tono: Hallan muerta a la reportera. Suena el tel¨¦fono. ¡°?S¨ª? S¨ª, 15 por 8. ?Qu¨¦ tipo de anuncio es? Ah, que no es un anuncio. Un aviso, un aviso de impacto ambiental. Entonces estamos hablando de un octavo de plana¡±. Cuelga. ¡°Yo nunca platiqu¨¦ con ella¡±, dice, con la compa?era asesinada, porque ella enviaba sus noticias desde casa. ¡°Orizaba es una ciudad tranquila¡±, comenta otro empleado. ¡°El 20 de febrero viene Pablo Hermoso a la plaza de toros¡±. Interviene otra vez la comercial: ¡°?No conoce la plaza? Es techada. Es muy bonita la plaza¡±.
Debajo del titular de portada de El Buen Tono, para el que tambi¨¦n hab¨ªa escrito, se lee en un recuadro de texto bajo una foto suya: ¡°Desde septiembre del 2014, Anabel Flores fue separada de su cargo como reportera de El Bueno Tono, al constatarse que su nivel de vida no correspond¨ªa con el sueldo que percib¨ªa. Manejaba una camioneta Patriot, de su propiedad, veh¨ªculo que dif¨ªcilmente puede ser adquirido por un reportero¡±.
En otra oficina, con la bandera de M¨¦xico atr¨¢s y al lado una imagen enmarcada del propietario del peri¨®dico, el redactor-jefe de El Sol dice enfundado en una cazadora con la cremallera hasta el cuello: ¡°No, eso no. Yo la conoc¨ª y no viv¨ªa con lujos¡±. Jos¨¦ Luis Ramos habl¨® con ella por tel¨¦fono el domingo, unas horas antes de que de madrugada entrase un comando armado en su casa y se la llevase, y Flores le dio la ¨²ltima noticia de su vida: ¡°Ha volcado un tr¨¢iler¡±.
¨C?Cree que el asesinato tuvo que ver con su trabajo?
¨CNo ¨Cdice fumando un cigarro¨C. Yo creo que sus notas no afectaron nunca a ningunos intereses.
¨C?Alguna vez han recibido amenazas?
¨CNo, no, no. Inclusive, no tenemos seguridad.
¨C?Ni se han sentido amenazados?
¨CNo, no, no.
¨C?Orizaba no es peligroso para el periodismo?
¨CYo creo que no.
¨C?Qu¨¦ tipo de criminalidad hay?
¨CLo que m¨¢s son robos a casas y asaltos, y espor¨¢dicamente alg¨²n enfrentamiento. El alcalde ha manifestado que es una de las ciudades m¨¢s seguras de M¨¦xico. Inclusive, hace tres o cuatro meses a Orizaba la nombraron Pueblo M¨¢gico.
La vivienda de la reportera est¨¢ en un recodo de una urbanizaci¨®n modesta. Tiene dos plantas. Bajo la lluvia hacen guardia agentes armados. La puerta est¨¢ cerrada. Dentro se escucha el llanto del beb¨¦ que Flores tuvo hace dos semanas. Suena el timbre y sale un muchacho: ¡°Disculpe, preferimos no hablar¡±. La puerta se vuelve a cerrar. A cada lado de la entrada hay una c¨¢mara de video-vigilancia.
¨C?Las han instalado ustedes o ya estaban?
¨CNo lo s¨¦ ¨Cresponde un agente, con uniforme de camuflaje.
Un periodista que la conoci¨® y que pide anonimato dice que est¨¢ pensando en dejar el oficio. ¡°Con Anabel ya son 17 reporteros asesinados en Veracruz. Da miedo. Cada d¨ªa est¨¢ peor¡±. El c¨¢rtel que manda en la zona son Los Zetas, un grupo tan violento que ha generado diversas maneras de mencionarlo sin pronunciar su nombre. Unos dicen Los Malos, otros dicen La ?ltima Letra por la ¨²ltima letra del abecedario y, otros, simplemente La Letra. El reportero lo susurra en voz baja y con un dedo hace sobre la mesa la marca del zorro.
?l cubre informaci¨®n policial, la misma que cubr¨ªa Flores. Cuenta que era ¡°reservada pero con chispa¡±. Y cree que en breve los peri¨®dicos de Orizaba dejar¨¢n de lado su caso. ¡°Esto tiene que desaparecer ya de la agenda, porque la situaci¨®n est¨¢ cabrona. Despu¨¦s del entierro, se olvida¡±.
El cuerpo lleg¨® a mediod¨ªa a la funeraria. La entrada tambi¨¦n estaba vigilada por polic¨ªas armados. El secretario de la Comisi¨®n Estatal para la Atenci¨®n y Protecci¨®n de Periodistas sale a hablar con la prensa. Es un funcionario joven que acaba de asumir el puesto como interino.
"Despu¨¦s del entierro, su muerte se olvidar¨¢", dice un reportero de Orizaba
¨C?Qu¨¦ opina de que el fiscal haya dicho que la periodista hab¨ªa tenido v¨ªnculos con un criminal?
¨CPor nuestra parte, no tenemos informaci¨®n que la relacione con eso ¨Cresponde Geiser Manuel Caso.
Seg¨²n el fiscal general de Veracruz, Luis ?ngel Bravo, una posible pista del asesinato es que un delincuente conocido como El Pantera fue detenido en 2014 mientras charlaba con Flores.
¨C?Eso no criminaliza a la v¨ªctima?
¨CHabr¨ªa que ver por qu¨¦ lo ha manifestado la fiscal¨ªa ¨Cdice Caso.
¨C?Pero qu¨¦ le parece que lo haya dicho?
¨CPues¡ me parece lamentable ¨Cse define al fin el encargado de velar por los reporteros¨C. Y no se deber¨ªa repetir.
¨C?C¨®mo definir¨ªa la situaci¨®n de Veracruz?
¨CHay obviamente un contexto de violencia. Y debe realizarse de manera inmediata un esfuerzo que incida en el Estado de Derecho.
¨C?Y c¨®mo definir¨ªa, en una palabra, la situaci¨®n del Estado de Derecho en Veracruz?
¨CReto.
¨C?Y en dos palabras?
¨CGran reto ¨Cresponde con parquedad el funcionario.
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