Parada especial en Michoac¨¢n contra el terror del narco
Bergoglio insisti¨® en acudir a esta zona marcada por la violencia
El papa Francisco llega este martes a Morelia, capital de Michoac¨¢n, tierra f¨¦rtil para el sembrad¨ªo y el tr¨¢fico de drogas que grupos armados se disputan desde hace a?os a sangre y fuego. No hay lugar mejor que este para alzar la voz contra el terror del narco, como se espera que haga tras reprender al alto clero y al poder pol¨ªtico en la Ciudad de M¨¦xico y pedir perd¨®n en Chiapas a los ind¨ªgenas por el maltrato a su cultura. En una visita cargada de recados, le ha llegado la hora a los gerifaltes del terror.
Esta es la regi¨®n donde surgieron hace tres a?os las autodefensas, civiles contra los abusos de Los Caballeros Templarios, un cartel con tintes de secta religiosa por el mensaje mesi¨¢nico que adoptaron algunos de sus l¨ªderes. Nazario Moreno, El Chayo, abatido por el ej¨¦rcito en marzo de 2014, orden¨® construir capillas con su imagen en la puerta y el hecho de que el Gobierno lo diera equivocadamente por muerto le vali¨® para reclutar a drogadictos que pensaban estar viendo a un hombre resucitado.
El Gobierno de Pe?a Nieto envi¨® al terreno a una persona cercana, Alfredo Castillo, que durante un tiempo tuvo plenos poderes respecto a la seguridad. La preponderancia de los Templarios fue menguando con la ca¨ªda de sus l¨ªderes, parte de las autodefensas se convirtieron en fuerzas rurales, que fue una forma de introducirlos en la legalidad, y la polic¨ªa y los militares ocuparon espacios hasta entonces reservados al narco. Sin embargo, episodios de violencia ocurridos sobre todo en Tierra Caliente, el polvor¨ªn del Estado, revelan que este no es todav¨ªa un lugar donde se viva en paz.
El Papa conoce bien Michoac¨¢n, un basti¨®n hist¨®rico del ala dura de la iglesia mexicana. En enero del a?o pasado nombr¨® cardenal a Alberto Su¨¢rez Inda, un hombre en quien conf¨ªa, para atemperar el conflicto armado en la regi¨®n. Las palabras de Francisco tendr¨¢n la gu¨ªa y el sustento de la experiencia en el terreno de Su¨¢rez Inda, que a los 75 a?os se vio obligado a emprender esta compleja tarea cuando estaba pensando m¨¢s bien en el retiro.
El hecho de que fuera Francisco quien insistiera en visitar esta tierra llena de orgullo a los morelianos. "La ciudad que elegiste", se lee en la publicidad en carreteras, fachadas y farolas. Heriberto Espinosa es lo que m¨¢s valora: "Es un gran honor. Michoac¨¢n es un desmadre, su mensaje de paz va a ser muy positivo".
Los sacerdotes michoacanos no se han mantenido al margen de la violencia, como ha ocurrido en otras partes de M¨¦xico, donde a menudo hacen buena carrera absolviendo los pecados de sicarios a cambio de dinero para levantar una parroquia o comprar un coche. En Apatzing¨¢n, n¨²cleo del conflicto entre carteles y autodefensas, cinco cl¨¦rigos han sido asesinados en los ¨²ltimos quince a?os. El padre Goyo, quien ha dado nombres y apellidos de pol¨ªticos y narcotraficantes que reman en la misma direcci¨®n, tuvo que tomarse un a?o sab¨¢tico por amenazas. Alfredo Gallegos, el sacerdote altanero de una peque?a parroquia, ofici¨® el domingo la misa como acostumbra, armado con un rev¨®lver, y en la homil¨ªa implor¨® por la seguridad de Francisco. "A m¨ª me dijeron que ni me asomara por donde pase", dijo a sus feligreses.
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