Macri promete acabar con los cortes de calles: "Si no se van los sacamos"
La ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich, aprueba un protocolo para que la polic¨ªa pueda despejar la calle "con armas no letales". "Les daremos cinco minutos", dice
Una de las cosas que m¨¢s sorprenden a las personas que viajan a Argentina es la facilidad y la frecuencia con la que un peque?o grupo de personas corta las principales calles y autopistas de Buenos Aires durante horas por distintas reivindicaciones. La polic¨ªa les observa, negocia, pero nunca utiliza la violencia, mientras los automovilistas atrapados se desesperan. Algo impensable en Espa?a y en general en Europa, donde cortar una avenida principal sin previo aviso suele ser garant¨ªa de cargas policiales. Esta pasividad tiene una explicaci¨®n hist¨®rica y pol¨ªtica: el largo reguero de muertos que dejaron en el pasado las represiones policiales.
Desde la llegada al poder de N¨¦stor Kirchner, en 2003, la polic¨ªa tiene ¨®rdenes expresas de no actuar. Hasta ahora. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, lo ha dejado muy claro: ¡°Les vamos a dar cinco o diez minutos. Les vamos a pedir por favor que se echen al costado. Si no se corren, los sacamos¡±. Bullrich, una ministra con imagen de dura y un largo recorrido pol¨ªtico desde sus or¨ªgenes en la izquierda, ha aprobado un protocolo para la polic¨ªa que por primera vez da ¨®rdenes claras: se desalojar¨¢ por la fuerza con ¡°armas no letales¡±. Pero no se proh¨ªbe a los agentes que lleven las otras.
Este tipo de medidas son arriesgadas en cualquier pa¨ªs, pero en Argentina tienen consecuencias mucho m¨¢s imprevisibles por la fortaleza de los sindicatos peronistas y la cultura de protesta callejera que est¨¢ muy instalada. Antes y despu¨¦s de la victoria de Mauricio Macri, frente al ministerio de Trabajo, en una de las principales avenidas de Buenos Aires, la Leandro N. Alem, pr¨¢cticamente a diario se corta la calle a media tarde y se queman contenedores para protestar por despidos o exigir mejoras salariales.
La orden pol¨ªtica es clara. Macri no quiere m¨¢s cortes de calles. Pero lograrlo es toda una odisea. ¡°La instrucci¨®n que tengo del presidente es que quiere que no haya m¨¢s cortes, que la gente pueda llegar a su trabajo o al hospital tranquilo¡±, explic¨® la ministra. La aprobaci¨®n del protocolo lleg¨® poco despu¨¦s de que grupos organizados de kirchneristas bloquearan durante horas Buenos Aires y otros puntos del pa¨ªs con 200 cortes simult¨¢neos para exigir el excarcelamiento de Milagro Sala, una dirigente social que lleva m¨¢s de un mes en prisi¨®n. La polic¨ªa no actu¨® y los cortes se levantaron cuatro horas despu¨¦s, con monumental colapso de tr¨¢fico. A partir de ahora la pol¨ªtica cambia pero la ministra admite que no ser¨¢ f¨¢cil. ¡°No lo vamos a lograr de un d¨ªa para otro. Si nos pasa lo de ayer no podemos dejar a todas las ciudades sin polic¨ªas para ir a 200 cortes, estar¨ªamos dejando a la gente indefensa. Vamos a ir generando las condiciones para que esto cada vez se realice menos¡±, explic¨®.
Sin embargo, este asunto genera una gran preocupaci¨®n por los antecedentes de la polic¨ªa argentina. En la represi¨®n de las protestas de 2001 hubo 39 muertos, y otros dos fallecidos muy simb¨®licos en 2002 acabaron con el adelanto electoral y la llegada de Kirchner al poder. Paula Livachky, directora del ¨¢rea de Justicia del CELS, un organismo de derechos humanos muy respetado en Argentina, muestra su gran inquietud: ¡°Nos preocupa el mensaje que se le da a la polic¨ªa, se est¨¢ habilitando claramente el uso de la fuerza. Adem¨¢s el protocolo no proh¨ªbe expresamente el uso de armas de fuego. Se criminaliza la protesta, se considera un delito el corte de calles y se invita a la detenci¨®n de personas. Argentina estaba a la vanguardia y era observada por muchas organizaciones porque proteg¨ªa el derecho a la protesta. Adem¨¢s el protocolo prev¨¦ un corralito para el periodismo que limitar¨¢ el control de la actuaci¨®n policial. Tememos que esto alimente un espiral de violencia, el Estado lo que deber¨ªa hacer es reducirla y no aumentarla¡±, explica. Todos los ojos est¨¢n puestos ahora en la polic¨ªa y los sindicatos para ver qu¨¦ hacen en la pr¨®xima protesta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.