La ardua reconversi¨®n industrial china
Las medidas para combatir el exceso de capacidad empiezan a generar malestar
Los alrededores de la ciudad china de Qianan, a unos 200 kil¨®metros al este de Pek¨ªn, parecen a ratos el Mordor de El Se?or de los Anillos. Chimenea tras chimenea humeante de las f¨¢bricas de acero, la principal fuente de ingresos de la regi¨®n de Tangshan, el aire se ti?e de marr¨®n y gris. Estas plantas producen m¨¢s acero que todo EE UU junto, y en los a?os en los que China crec¨ªa por encima del 10% trajeron una prosperidad sin precedentes a la zona. Pero la debilidad econ¨®mica ha cambiado las tornas.
Xia Xuge, de 38 a?os, es un hombre nervioso. La acerera que le empleaba desde que se construy¨® hace una d¨¦cada, Tangshan Antai, junto al pueblo de Tiejuzhai, cerr¨® sus puertas en octubre y dej¨® en la calle a unas 2.000 personas. Le adeudan la paga de cinco meses y no sabe ya de qu¨¦ amigo o de qu¨¦ familiar tirar. Tiene dos hijas y su esposa no trabaja.
¡°Estoy buscando trabajo de lo que sea. Pero es dif¨ªcil, es invierno y no hay mucha demanda de trabajo manual, solo encuentro cosas sueltas, aqu¨ª y all¨¢. He ido cuatro o cinco veces a las autoridades locales, pero no ha servido para nada¡±, comenta mientras da una calada al cigarrillo en medio de la calle. A un lado y a otro, los portones a¨²n lucen los carteles rojos t¨ªpicos del A?o Nuevo chino, con deseos de buena suerte y prosperidad. Unos deseos que suenan ir¨®nicos escuchando a Xia. ¡°La ¨²nica raz¨®n por la que no me voy a otra ciudad es que ya s¨ª que no podr¨ªa recuperar lo que me deben¡±, comenta. En la distancia alguien hace estallar un manojo de petardos, celebraci¨®n tard¨ªa de la Fiesta de la Primavera.
Gao Long, de la misma edad, ha salido a dar un paseo por el pueblo para aprovechar el sol de la tarde. Tampoco tiene nada mejor que hacer. Perdi¨® su trabajo en agosto y, como a su amigo Xia, le adeudan varios meses de salario. ¡°Nos dicen que la f¨¢brica volver¨¢ a producir. Quiz¨¢. Yo lo ¨²nico que he conseguido tras muchas idas y venidas es que me pagaran uno de los sueldos atrasados justo antes de A?o Nuevo¡±.
Un centenar de vecinos de Tiejuzhai, con una poblaci¨®n de cerca de 4.000 personas, est¨¢ en su misma situaci¨®n tras el cierre de Antai. Es una escena que se repite en otras aldeas cercanas donde las acereras que generaban empleo directa o indirectamente han cerrado en los ¨²ltimos meses. En Muchangkou, a apenas una docena de kil¨®metros y donde hace tres meses apag¨® sus hornos Sonting, una de las mayores empresas del sector, varias tiendas en la calle principal han pintado los caracteres ¡°Chu Zu¡± (¡°Se alquila¡±) en sus paredes. Inmigrantes llegados en los a?os de prosperidad para trabajar en la planta se marcharon por las fiestas de A?o Nuevo y no han vuelto. El viento levanta el polvo de las calles sin encontrar obst¨¢culos.
Los a?os del auge de la construcci¨®n, entre 2004 y 2014, animaron a muchos a abrir f¨¢bricas de acero en la zona, alentados por generosos incentivos municipales. Muchas empresas se endeudaron para crecer y atender la demanda. China se convirti¨® en el mayor productor de acero del mundo. En 2014, su capacidad era de 1.140 millones de toneladas y acumulaba m¨¢s de la mitad de la producci¨®n global. Tan solo Hebei, la provincia donde se encuentra Tangshan, produce 240 millones de toneladas.
La crisis golpea al acero, del que el pa¨ªs lleg¨® a ser el mayor productor
Dos a?os despu¨¦s, la ralentizaci¨®n de la econom¨ªa ha deprimido los precios -algunos tipos de acero han llegado a ser m¨¢s baratos que la col, la verdura t¨ªpica de los inviernos chinos-, ha minimizado la demanda y muchas compa?¨ªas se ven incapaces de devolver sus cr¨¦ditos.
En un intento de colocar su producci¨®n, el sector acerero ha tratado de mirar hacia el exterior. En 2015, sus exportaciones crecieron un 20%. La Uni¨®n Europea ha denunciado dumping.
Tambi¨¦n ha comenzado a reducir su capacidad. En 2014 se recortaron 31 millones de toneladas. Para 2017 se espera que se hayan eliminado 80 millones m¨¢s.
Dentro de su programa de reformas, el Gobierno chino ha prometido que finalmente atajar¨¢ la sobrecapacidad en sectores como el acero, el carb¨®n, el cemento o el cristal, uno de los grandes problemas de su econom¨ªa. El primer ministro, Li Keqiang, ha advertido en enero que ¡°China deber¨ªa poner un esfuerzo incesante en la reestructuraci¨®n, eliminando capacidad obsoleta y prohibiendo que se construya nueva¡±.
Pero hasta ahora, Pek¨ªn se ha mostrado reacia a medidas tajantes. Los gobiernos locales se resisten a perder esa fuente de ingresos. Muchas de las empresas que tendr¨ªan que reconvertirse son estatales, con intereses creados y numerosos empleados dependientes de ellas. Su cierre supondr¨ªa aumentar las filas de parados como Xia o Gao, y aumentar el riesgo de inestabilidad social. Todo un anatema para un r¨¦gimen que ha apostado su legitimidad al bienestar cada vez mayor de su poblaci¨®n.
¡°Las p¨¦rdidas de empleo a gran escala en el sector del acero pueden amenazar la estabilidad social¡±, ha reconocido Li Xinchuang, director del Instituto Chino de Planificaci¨®n e Investigaci¨®n Metal¨²rgica, a la agencia Xinhua. Li calcula que este sector puede perder 400.000 puestos de trabajo
En el distrito de Tangshan, de siete millones de personas, ya han ocurrido algunos de estos episodios. Seg¨²n la base de datos de la ONG hongkonesa China Labour Bulletin (CLB), en los ¨²ltimos 6 meses se han registrado ocho incidentes de protestas de trabajadores del acero por impagos de salarios o p¨¦rdida de empleo. El a?o pasado en todo Hebei se produjeron 51 manifestaciones de protesta por motivos laborales. En toda China la cifra lleg¨® a los 2.774 incidentes, el doble de 2014, seg¨²n las cifras de CLB. En dos tercios de los casos, los trabajadores reclamaban salarios impagados.
¡°Busco trabajo de lo que sea¡±, cuenta un parado al que deben cinco meses de paga
El presidente de la C¨¢mara de Comercio Europea en China, Joerg W¨¹ttke cuya instituci¨®n present¨® este lunes en Pek¨ªn un informe sobre el exceso de capacidad china, declara que ¡°no es posible acometer un proceso como ¨¦ste sin perder puestos de trabajo; no es realista¡±. Y agrega: ¡°si haces promesas falsas, te arriesgas a aumentar la temperatura de la inestabilidad social¡±.
Pero, matiza el comentarista econ¨®mico Song Qinghui, ¡°las oportunidades de recolocaci¨®n para estos parados son pocas. Carecen de las cualificaciones que demanda el mercado laboral actual¡±. En Qian?an, de dos millones de habitantes, la mayor¨ªa de los trabajos que se ofrecen se encuadran en el sector de ventas y piden ¡°una titulaci¨®n media o universitaria¡±, seg¨²n la Red de Informaci¨®n de Recursos Humanos de Tangshan.
El Gobierno chino ha prometido que estos desempleados recibir¨¢n formaci¨®n y ser¨¢n recolocados. Un proceso en el que, no obstante, tendr¨¢n que competir, por ejemplo, con los cerca de 300.000 soldados a los que Pek¨ªn va a licenciar como parte de la modernizaci¨®n de su Ej¨¦rcito. O con las otras decenas de miles procedentes de otros sectores en los que habr¨¢ recortes.
Al parado Gao, esas oportunidades -si llegan- pueden encontrarle muy lejos. ¡°He o¨ªdo que en el sur, en la isla de Hainan, est¨¢n ofreciendo sueldos de 5.000 yuanes (unos 800 euros) por limpiar alcantarillas. No me encanta la idea, pero si esto sigue as¨ª, me ir¨¦¡±.
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