Un rezo jud¨ªo en femenino
Un nuevo libro de oraciones cambia el lenguaje para incluir a mujeres y gais
Cuando los israelitas cruzaron el Mar Rojo huyendo del Ej¨¦rcito egipcio cantaron un poema a Dios. Mois¨¦s lo recit¨® a los hombres para que lo repitieran mientras que su hermana Miriam hizo lo mismo con las mujeres. As¨ª se cuenta en el ?xodo. Sin embargo, cuando se recrea el c¨¢ntico en el rezo jud¨ªo, s¨®lo se cita a Mois¨¦s.
Corregir este y otros elementos del lenguaje lit¨²rgico jud¨ªo que discriminan a mujeres, gais, solteras que adoptan o miembros de otras religiones es precisamente el objetivo de un nuevo libro de oraciones diarias (sidur, en hebreo) publicado el mes pasado por el movimiento jud¨ªo conservador de Estados Unidos. Los conservadores, tambi¨¦n llamados tradicionales, suponen un 18% de los m¨¢s de cinco millones de jud¨ªos del pa¨ªs (el segundo del mundo donde esta comunidad es m¨¢s numerosa, despu¨¦s de Israel) y representan, desde sus inicios en el siglo XIX, un punto medio entre las otras dos grandes ramas: la reformista, marcada por el aperturismo, y la ortodoxa, apegada a la tradici¨®n.
¡°Nuestra sensaci¨®n es que muchas personas necesitaban rezos que les hicieran sentir bienvenidas a la sinagoga. Algunos rezos son problem¨¢ticos, dicen cosas en las que no creemos, y ten¨ªamos que encontrar la forma de abordarlos con una voz contempor¨¢nea¡±, explica por tel¨¦fono desde Massachusetts Edward Feld, el rabino que coordin¨® la edici¨®n de la obra, titulada Sidur Lev Shalem y en la que, junto al original en hebreo y la traducci¨®n al ingl¨¦s, un comentario explica el significado y origen de cada parte de la liturgia. Un sidur contiene las plegarias necesarias tanto para las tres oraciones diarias que marca el juda¨ªsmo como las espec¨ªficas de la jornada sagrada, el sabbat, y otras conmemoraciones.
El sidur tradicional est¨¢ escrito en masculino. A diferencia del castellano, en hebreo el verbo var¨ªa si el sujeto es hombre o mujer. En la nueva edici¨®n se incluyen las dos opciones para que las mujeres se sientan parte del rezo. En los fragmentos en los que se venera a los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob ahora se menciona tambi¨¦n a las matriarcas Sara, Lea y Raquel. Y, en la medida de lo posible, se opta por palabras neutras. Dios, por ejemplo, deja de ser ¡°Rey¡± y a veces, incluso, se le nombra en segunda persona (¡°T¨²¡±) para no emplear la f¨®rmula ¡°?l¡±. ¡°La Biblia meti¨® a las mujeres y la Edad Media las sac¨®. Nosotros volvemos a incluirlas¡±, afirma el rabino.
Lo mismo sucede con las parejas de homosexuales y lesbianas. Ahora podr¨¢n recitar las oraciones que acompa?an los principales hitos de la vida sin pronunciar pronombres que les chirr¨ªen. ¡°Somos claramente conscientes de que las familias son hoy muy variadas. El lenguaje est¨¢ muy politizado y queremos que quien lo escuche no lo perciba como algo que le deja de lado, sino como algo que pueda rezar¡±, resume Feld. En 2012, el movimiento conservador concluy¨® que los matrimonios entre personas del mismo sexo tienen ¡°el mismo sentido de santidad y alegr¨ªa que el que se expresa en los matrimonios heterosexuales¡± y estableci¨® rituales para los mismos. Los reformistas le llevaban la delantera.
El libro no solo abraza el lenguaje inclusivo y las nuevas realidades sociales. Tambi¨¦n trata de ser una puerta a las familias en las que solo uno de los dos c¨®nyuges es jud¨ªo. Estos matrimonios mixtos suponen el 58% de los que celebran los jud¨ªos en Estados Unidos y plantean un perenne debate en el seno de la comunidad: ?c¨®mo mantener una vida jud¨ªa y transmitirla a los hijos cuando se convive con una pareja de distinta religi¨®n? Una de las formas es flexibilizar los ritos y difuminar la marcada l¨ªnea entre jud¨ªos y no jud¨ªos que vertebra los rezos originales. En el nuevo sidur, por ejemplo, se ha cambiado una frase: el sabbat ya no es un "regalo para los jud¨ªos¡±. Es un ¡°regalo para todos¡±.
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