Sin alternativas a la ruta de los Balcanes

El 25 de febrero, una quincena de refugiados sirios, todos ellos varones de 20 a 40 a?os, cruz¨® la frontera albanesa hacia Grecia por el paso de Kakavi¨¢. Ese ir a contramano no era un despiste. D¨ªas antes, para burlar el bloqueo de Idomeni, hab¨ªan entrado subrepticiamente en Albania, pero la polic¨ªa los detuvo en el bosque y los devolvi¨® a Grecia. Cabizbajos pero enteros, a pie, en fila india por el arc¨¦n de la carretera, pasaron por la cantina que regenta Yanis Mitsos, a 800 metros de la aduana. ¡°Es el primer grupo de refugiados que vemos por aqu¨ª. Nos dijeron que desde Albania quer¨ªan ir a Montenegro para llegar a Centroeuropa. En 2013, mucho antes de que estallara esta crisis, por aqu¨ª pasaban muchos inmigrantes, sobre todo asi¨¢ticos, pero refugiados no hab¨ªamos visto nunca¡±, explica.

¡°Pues lo van a tener dif¨ªcil¡±, interviene Mijalis, vecino de un pueblo de la minor¨ªa griega en Albania, ¡°Tirana ha blindado la frontera y hay fuerzas de seguridad por todas partes¡±. El viernes, Albania anunci¨® el despliegue de 450 miembros de sus unidades especiales para reforzar su linde. Los funcionarios de la aduana afirman no tener constancia del paso de refugiados pero tanto en Tirana como, seg¨²n fuentes oficiosas, en Italia se agilizan los planes de contingencia por si el desesperado flujo humano se torna hacia esos pa¨ªses.

Con Grecia convertida en una ratonera para 50.000 refugiados, seg¨²n c¨¢lculos de hoy de Cruz Roja; un tap¨®n de 5.000 en las islas del Egeo y casi 14.000 atrapados en Idomeni, resulta plausible imaginar rutas alternativas, m¨¢xime cuando el cerrojazo de los Balcanes es un hecho consumado (Bulgaria ha anunciado este domingo el env¨ªo del Ej¨¦rcito a su demarcaci¨®n con Grecia para impedir ¡°una posible invasi¨®n migratoria¡±). Pero que el paso de Kakavi¨¢ se convierta en la nueva puerta de salida de Grecia suena ut¨®pico; monta?oso, abrupto y hosco, parece el lugar menos indicado para el prototipo actual del refugiado: familias extensas y miles de mujeres y ni?os. Una senda impracticable para migrantes como la gran familia Qassil, unos kurdos de Kobane (varias parejas con 30 ni?os, y un hombre en silla de ruedas, con epilepsia y ciego), que esta ma?ana llegaron en tren a Sal¨®nica con la vana esperanza de proseguir viaje. S¨®lo acertaban a decir una palabra, ¡°Makedonia¡±, y se negaban a aceptar, incr¨¦dulos, que el paso estuviera cerrado.

El punto de no retorno, puede que definitivo, de la crisis se produjo esta semana. Grecia ha dejado de creer en el milagro de una respuesta equitativa europea y ha asumido que el pa¨ªs se ha convertido ya en un campamento de larga estancia, ¡°para dos o tres a?os¡±, seg¨²n el ministro de Inmigraci¨®n. Aunque el Gobierno se dispone a habilitar 100.000 plazas, fuentes oficiosas calculan que para fines del verano podr¨ªa haber hasta 200.000 personas atrapadas en Grecia. De ah¨ª que el primer ministro Alexis Tsipras acuda este lunes a la cumbre europea con una agenda de m¨ªnimos (solidaridad con los refugiados, gesti¨®n de los flujos migratorios desde Turqu¨ªa y reparto justo de responsabilidades entre los socios) que m¨¢s bien se antoja de m¨¢ximos.

Con los refugiados constre?idos, y la poblaci¨®n volcada en su ayuda (hay colectas diarias de alimentos y medicinas, como la que hoy colaps¨® la plaza Syndagma de Atenas; cientos de particulares reparten mantas o impermeables en los campamentos), las autoridades griegas han levantado en tiempo r¨¦cord varios centros de estancia temporal como el de Schisto en Atenas o Diavat¨¢ en Sal¨®nica, este ¨²ltimo un antiguo cuartel de nuevo bajo supervisi¨®n del Ej¨¦rcito y gestionado por un grupo de organizaciones, de C¨¢ritas a los ecologistas, donde ayer permanec¨ªan, en carpas de Acnur, alrededor de 1.900 sirios e iraqu¨ªes. ¡°La poblaci¨®n es flotante, porque depende de ellos quedarse; no es un centro cerrado y pueden irse cuando quieran¡±, explicaba un portavoz policial amparado en el anonimato.

¡°En Diavat¨¢ hay super¨¢vit de ayuda, porque est¨¢ cerca de la ciudad y todos los d¨ªas se acerca alguien con algo; intentamos repartirlo en otros centros, muy deficitarios¡±, explicaba Nan¨¢ Drisi, coordinadora de programas. Mientras, la situaci¨®n en el callej¨®n sin salida de Idomeni se coagula cada d¨ªa que pasa; de los 580 refugiados que sobre el papel se ha comprometido a dejar pasar la Antigua Rep¨²blica Yugoslava de Macedonia (FYROM, en sus siglas inglesas), apenas es elegido un centenar, como este domingo. "La previsi¨®n de hotspots y centros de estancia temporal en el norte de Grecia [hay seis en marcha] ya se ha quedado obsoleta incluso antes de terminar de construirse, las necesidades desbordan cualquier intento de previsi¨®n", se?ala Maristella Tsamatropulu, portavoz de Caritas Grecia. ¡°Y la frustraci¨®n [de los refugiados]? aumenta de forma tan patente que el lugar amenaza con convertirse en un polvor¨ªn¡±.