Naoto Kan: ¡°Todas las centrales nucleares deber¨ªan cerrarse¡±
El exprimer ministro japon¨¦s, cinco a?os despu¨¦s del accidente de Fukushima, reniega de la energ¨ªa at¨®mica y critica a la empresa el¨¦ctrica que gestionaba la central
El Rainbow Warrior, buque insignia de Greenpeace, navega a una milla de la central de Fukushima cinco a?os despu¨¦s de la cat¨¢strofe nuclear. Un helic¨®ptero y un barco de la guardia costera escoltan a la embarcaci¨®n y controlan sus movimientos. No imaginan que en la cubierta, entre varios dirigentes de un organizaci¨®n ecologista que el Gobierno de Jap¨®n considera poco menos que un enemigo, se encuentra Naoto Kan (Ube, 1946), quien fue primer ministro del pa¨ªs el 11 de marzo de 2011. Antes de aquella ma?ana, era un gran defensor de la energ¨ªa nuclear. Hoy no tiene reparo en criticarla y se?alar la negligencia de Tepco, la compa?¨ªa el¨¦ctrica que gestionaba la central, en la gesti¨®n del accidente. ¡°Ah¨ª rebajaron el nivel de la tierra para aprovechar el mar. En parte, eso permiti¨® que el tsunami arrasase la central¡±, comenta con parte de la tripulaci¨®n se?alando la instalaci¨®n, que tardar¨¢ 40 a?os m¨¢s en desmantelarse.
Tepco y el Gobierno no se han responsabilizado lo suficiente de las v¨ªctimas y del desastre"
Aquel d¨ªa, un terremoto de magnitud 9 resquebraj¨® el fondo del Pac¨ªfico a unos 140 kil¨®metros de la costa noreste del pa¨ªs. El movimiento s¨ªsmico desemboc¨® en un tsunami con olas de m¨¢s de 15 metros y la muerte de unas 20.000 personas y 200.000 desalojados. Pero las olas provocaron tambi¨¦n la mayor cat¨¢strofe nuclear despu¨¦s de Chern¨®bil en 1986. Un lustro despu¨¦s, m¨¢s de 70.000 japoneses siguen desplazados en campos de barracones o viviendas provisionales a causa de los altos niveles radiaci¨®n. ¡°Tepco y el Gobierno no se han responsabilizado lo suficiente del desastre y de las v¨ªctimas. Para dejar de pagar las compensaciones es necesario que la gente vuelva, pero los que tienen ni?os est¨¢n asustados y no creen lo que les dicen¡±, sostiene ya en uno de los camarotes durante una entrevista con EL PA?S. El Gobierno japon¨¦s mantiene cerrada un ¨¢rea de un radio de 20 kil¨®metros y no hay una fecha de regreso clara para volver a habitar decenas de pueblos abandonados cercanos a la central como Namie, Iitate o Tomioka.
La Fiscal¨ªa imput¨® la semana pasada a tres altos directivos de Tepco y la compa?¨ªa sigue pagando indemnizaciones a todos los desplazados (llevan ya unos 50.000 millones de euros) hasta que regresen a casa. Y eso ser¨¢ cuando termine un largo proceso de descontaminaci¨®n en el que la radiaci¨®n no supere los 23 microsieverts/hora, una cifra todav¨ªa lejos de los actuales registros. Pese a todo, la cat¨¢strofe pudo haber sido mucho peor, recuerda Kan. Durante dos d¨ªas pens¨® que tendr¨ªa que evacuar Tokio. ¡°Antes del 11 de marzo cre¨ªa que Jap¨®n nunca pasar¨ªa por algo como lo de Chern¨®bil y pon¨ªa todos mis esfuerzos en vender las bondades de las centrales nucleares japonesas a otros pa¨ªses. Despu¨¦s de todo aquello tom¨¦ conciencia de que la mitad del pa¨ªs, alrededor de 50 millones de personas, podr¨ªan haber sido evacuadas de sus hogares. Es algo que solo sucede en situaciones de emergencia como las grandes guerras. Ahora pienso que todas las centrales nucleares deber¨ªan cerrarse y har¨¦ todo lo que sea ¨²til para eso suceda¡±.
Antes del 11 de marzo cre¨ªa que Jap¨®n nunca pasar¨ªa por algo como lo de Chern¨®bil y pon¨ªa todos mis esfuerzos en vender las bondades de las centrales nucleares"
Jap¨®n ten¨ªa 54 reactores nucleares en marcha que generaban el 29% de toda la energ¨ªa antes del accidente. Nadie pon¨ªa en cuesti¨®n esta industria ni su seguridad en una tierra azotada habitualmente por terremotos. Cinco a?os despu¨¦s de la mayor sacudida de la historia de Jap¨®n, m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n (seg¨²n todas las encuestas) preferir¨ªa renunciar a ella definitivamente. Sin embargo, se han vuelto a reactivar cuatro reactores y el Gobierno de Shinzo Abe no se plantea abandonar la cuesti¨®n nuclear. Pero Kan, inclinado a pensar que es una cuesti¨®n de tiempo que algo as¨ª vuelva a ocurrir? en alg¨²n lugar, no lo comprende. ¡°Jap¨®n no necesita en absoluto la energ¨ªa nuclear. Hemos sobrevivido estos cinco a?os sin ning¨²n apag¨®n¡±.
El exprimer ministro estuvo en el cargo 15 meses y fue muy criticado por su gesti¨®n del accidente. Pero ?Se siente culpable pasado el tiempo? Espera dos segundos y contesta. "Por supuesto. Pero sobre todo responsable. Sin embargo, los reactores se construyeron mucho antes de que yo llegara. As¨ª que al mismo nivel deber¨ªan serlo otras administraciones. El primer ministro Abe tambi¨¦n gobern¨® el pa¨ªs antes que yo, as¨ª que deber¨ªa tambi¨¦n sentirse responsable", se?ala.
¡°Jap¨®n no necesita en absoluto la energ¨ªa nuclear. Hemos sobrevivido estos cinco a?os sin ning¨²n apag¨®n¡±
Adem¨¢s, Kan revela ahora que la informaci¨®n que le proporcion¨® la compa?¨ªa el¨¦ctrica fue escasa y sesgada. ¡°A las diez de la noche, la informaci¨®n que recib¨ª es que no hab¨ªa agua en el reactor y por lo tanto no se hab¨ªa fundido. Sin embargo, ahora sabemos que a las 18.00 ya hab¨ªan empezado las fugas de radiaci¨®n¡±. Entonces, ?le enga?aron? ¡°Digamos que no sab¨ªan lo que hab¨ªa pasado. Falt¨® mucha comunicaci¨®n. La gente no ten¨ªa datos¡±. En caso de haber tenido m¨¢s datos, asegura, su reacci¨®n podr¨ªa haber sido m¨¢s eficaz. ¡°Hubiera usado el sistema de refrigeraci¨®n, por ejemplo, que estaba en el reactor y que no necesitaba electricidad. Pero no me informaron de ello¡±.
Poco despu¨¦s de esas primeras horas, revela Kan, el responsable de la central le dijo que abandonaba la planta con sus hombres. Hab¨ªan perdido el control de la situaci¨®n y solo quedaba ya salvar sus propias vidas. El exprimer ministro utiliza a menudo esta an¨¦cdota y la firme reacci¨®n para ilustrar el nivel de p¨¢nico que se vivi¨®. ¡°Hubo una comunicaci¨®n del director general de Tepco al ministro al cargo donde ped¨ªan marcharse. Quer¨ªan rendirse. Entiendo que pretendiesen proteger a sus trabajadores. Pero desde mi perspectiva, no pod¨ªa permitirlo. El desastre hubiera sido mucho m¨¢s grande. As¨ª que le llam¨¦ y le dije que se quedaban¡±, recuerda. Mejor o peor, cinco a?os despu¨¦s del accidente, la situaci¨®n y la vida de miles de personas sigue lejos de estar normalizada.
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