Los mitos del terrorismo yihadista
Es muy peligroso adoptar pol¨ªticas basadas en presunciones falsas
Desde los ataques del 11 de septiembre de 2001, los terroristas han asesinado a 93 personas en Estados Unidos. Casi la mitad, 45, fueron v¨ªctimas de yihadistas. Los restantes 48 murieron a manos de terroristas que nada ten¨ªan que ver con el Islam. Fueron asesinatos motivados por el odio contra m¨¦dicos y enfermeras que practican abortos, por el fanatismo paranoide en contra del Gobierno o por la ideolog¨ªa neonazi.
El an¨¢lisis de m¨¢s de 330 personas sentenciadas en EE UU desde el 11-S por cr¨ªmenes relacionados con el terrorismo yihadista revela un perfil que contrasta con las creencias m¨¢s comunes acerca de qui¨¦nes son estos terroristas. Cuando cometieron esos cr¨ªmenes ten¨ªan, de media, 29 a?os. Un tercio de ellos estaban casados y otro tercio ten¨ªan hijos. Hab¨ªan alcanzado el mismo nivel educativo que el promedio de la poblaci¨®n de Estados Unidos y la incidencia de problemas mentales en este grupo era menor que la del promedio del pa¨ªs. Otro dato importante es que todos los atentados letales de motivaci¨®n islamista fueron perpetrados por ciudadanos o por residentes legales en EE UU.
En resumen: los terroristas islamistas que han actuado en EE UU despu¨¦s del 11-S son personas sorprendentemente ordinarias. Y no llegaron de afuera. Son estadounidenses que han vivido siempre, o la mayor parte de su vida, en ese pa¨ªs. Adem¨¢s vale la pena se?alar que, en Estados Unidos, es 3.000 veces m¨¢s probable que una persona muera asesinada de un balazo disparado por uno de sus compatriotas, sin motivaciones ideol¨®gicas, que por un yihadista.
Estos datos provienen de Estados Unidos de Yihad, un reciente libro de Peter Bergen, experto en terrorismo islamista que salt¨® a la fama en 1997 por haber sido el productor de la primera entrevista televisada a Osama Bin Laden. El libro ofrece una detallada disecci¨®n de lo que Bergen llama ¡°terroristas cosechados en casa¡±. Estos son los estadounidenses que se radicalizan, convirti¨¦ndose en soldados de una guerra santa contra los no-creyentes, particularmente contra Occidente, y que se inspira en una extrema y distorsionada interpretaci¨®n del Islam. Particular preocupaci¨®n generan los llamados ¡°lobos solitarios¡±, terroristas que act¨²an a solas y sin haber tenido mayor contacto con redes internacionales o con otros sospechosos. Su aislamiento crea enormes dificultades para detectarlos antes de que cometan un acto terrorista.?
La gran pregunta es: ?Por qu¨¦? ?Qu¨¦ hace que personas que, a primera vista, no muestran mayores diferencias con el resto de la poblaci¨®n, decidan convertirse en yihadistas? No se sabe. Entre los expertos no hay consenso en la respuesta.
Algunas cosas, sin embargo, est¨¢n claras. La radicalizaci¨®n hacia la violencia yihadista tiene determinantes y contextos diferentes en cada pa¨ªs. El joven franc¨¦s que asesina inocentes y luego se suicida gritando Alahu akbar ha tenido una experiencia vital diferente a la del correligionario que ha hecho lo mismo en Estados Unidos. En Francia por ejemplo, menos del 10% de la poblaci¨®n es musulmana pero el 70% de su poblaci¨®n penitenciaria lo es. Este no es el caso en EE UU, aunque es el pa¨ªs con el mayor porcentaje de su poblaci¨®n encarcelada. La integraci¨®n de los musulmanes en la vida econ¨®mica y social en EE UU es m¨¢s arm¨®nica que en otros pa¨ªses.
Otra caracter¨ªstica frecuente ¡ªmas no universal¡ª entre los yihadistas es la existencia de un episodio detonador: alguna frustraci¨®n personal, graves dificultades econ¨®micas, el desconsuelo por alguna p¨¦rdida de un ser querido o un fracaso amoroso.
Pero no todas las personas que pasan por algo as¨ª se vuelven terroristas.
Al yihadismo tambi¨¦n se llega a trav¨¦s de procesos psicol¨®gicos m¨¢s complejos y menos evidentes. La Asociaci¨®n Americana de Psiquiatr¨ªa ha publicado en su bolet¨ªn mensual un interesante art¨ªculo que recapitula los resultados de las investigaciones m¨¢s recientes sobre el tema. Los psiquiatras centran su explicaci¨®n en la necesidad que tienen todos los adultos j¨®venes de lograr un cierto ¡°alivio existencial¡±. Y a?aden: ¡°Esto implica descubrir qui¨¦n es uno, ad¨®nde pertenece, qu¨¦ valora, qu¨¦ le da sentido a la vida, qu¨¦ puede aspirar a ser y c¨®mo puede demostrarle al mundo su val¨ªa¡ Para los j¨®venes marginados y que a veces est¨¢n en transici¨®n entre una sociedad y otra, el proceso de formaci¨®n de su identidad puede ser una tarea desesperanzadora¡±. Concluyen los psiquiatras: ¡°Las razones por las cuales los j¨®venes se unen a organizaciones terroristas tienen poco que ver con ser pobre, musulm¨¢n o psic¨®pata y m¨¢s con las vulnerabilidades de la naturaleza humana, que son exacerbadas por ciertos aspectos de las sociedades occidentales¡ Para los j¨®venes occidentales que est¨¢n en transici¨®n y se sienten marginados, solitarios, perdidos, aburridos, espiritual y existencialmente despose¨ªdos y abrumados por demasiada libertad, el ISIS y otras ideolog¨ªas superficiales pero contagiosas seguir¨¢n siendo muy tentadoras como soluciones instant¨¢neas a las profundas dificultades inherentes a la condici¨®n humana¡±.
Esta visi¨®n psicol¨®gica no aporta muchas ideas pr¨¢cticas acerca de c¨®mo prevenir el terrorismo yihadista. Pero, al menos, desenmascara los prejuicios que pasan por hechos incuestionables y nos hace ver lo peligroso que es adoptar pol¨ªticas basadas en presunciones falsas.
@moisesnaim
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